El 15 de marzo se cumplieron 4 años del levantamiento popular contra el régimen de Bashar El Assad. 200.000 muertos, ciudades y pueblos destruidos, más de 7 millones de desplazados, y otros 3 millones de refugiados en el exterior, es el balance de este régimen sanguinario que no ha dudado en utilizar todo el arsenal mortífero contra su pueblos para permanecer en el poder.
La intervención de Rusia e Iran armando al régimen, junto a la intervención militar directa de Hezbollah han sido decisivas para cambiar el rumbo del frente militar dandole al régimen supremacía militar. Pero la resistencia popular en Alepo y en otras ciudades demuestra la voluntad y la decisión del levantamiento popular, y le impide al régimen completar la derrota.
El régimen alentó la composición del ISIS decidiendo vaciar las cárceles de los islamistas presos. El ISIS contó con la financiación directa y armamento de Arabia Saudí y Qatar, la absoluta complicidad del régimen turco para su abastecimiento y venta del petróleo de las zonas que controla. Los enfrentamientos entre ISIS y el régimen han sido esporádicos, lo que demuestra la colaboración que han mantenido para intentar destruir la revolución. El carácter reaccionario del ISIS no está sólo en la brutalidad de sus acciones, comparables a las del régimen, sino que su objetivo ha sido destruir la revolución.
Sólo cuando el ISIS fortalecido se atreve a avanzar contra Bagdad y el Gobierno de la ocupación americana, Obama decide empezar los bombardeos contra el ISIS, mientras rehabilita internacionalmente el régimen asesino de Bashar frente al peligro islamista. Por ellos la intervención imperialista no sirve para defender al pueblo iraquí, sirio o kurdo, sino para fortalecer los dos régimenes contra sus pueblos.
La derrota del ISIS en Kobane es un triunfo de la lucha kurda y es vital para empezar a revertir la situación. Grandes movilizaciones en solidaridad se desarrollaron en Turquía para denunciar cómo Erdogan impedía a los jóvenes kurdos ir a combatir a Kobane mientras saludaba avance del ISIS, que tuvo como saldo más de 40 muertos por la represión policial y por la intervencuón de grupos paramilitares que asesinaban con impunidad para aterrorizar las marchas de protesta. La complicidad del gobierno turco ha sido esencial para el avance del ISIS y el aislamiento de la resistencia kurda en Siria.
Alepo es el otro símbolo de la resistencia popular. El asedio de meses al que está sometido por las tropas del régimen de un lado y las del ISIS por otro, hace que la resistencia sea muy precaria, sin apenas armas ni comida, pero a su vez demuestra al mundo la voluntad de lucha de la revolución siria.
Pero la revolución siria y kurda ha estado aislada de la solidaridad internacional. Una parte de la izquierda se alineó en apoyo directo al régimen de Bachar avalando el asesinato masivo con excusas de supuestos complots de la CIA e Israel, cuando ahora se ve claramente los acuerdos de Washigton con Teherán y su colaboración con el régimen de Bashar. Otra gran parte de los movimientos de solidaridad con los pueblos ha callado y mirado para otra parte, mientras el pueblo sirio y los kurdos resistían heroicamente y cientos de miles de sirios se convertían en los nuevos inmigrantes del sur de Europa.
Ya basta de silencio, ya basta de complicidad. Llamamos a las organizaciones de la izquierda internacional, a los movimientos de solidaridad a hacer sentir su voz en solidaridad con la lucha del pueblo sirio y del pueblo kurdo. Los llamamos a multiplicar los actos de solidaridad en vuestros países, a coordinarnos, a hacer sentir la voz de la solidaridad entre los trabajadores/as y los pueblos.
Unidad Internacional de los Trabajadores-Cuarta Internacional (UIT-CI)
Organización Comunista Siria
Marzo de 2015