El gobierno de Syriza, encabezado por Alexis Tsipras, que se reclama de izquierda, terminó cediendo y pactando nuevos ajustes contra el pueblo griego. El ala izquierda de Syriza salió a oponerse y a denunciar el pacto de su gobierno. También lo hicieron otros sectores de la izquierda griega.
Escribe Miguel Sorans, de la UIT-CI, 23 de junio 2015.
Durante el mes de junio se darían encuentros decisivos que pondrían en juego si Grecia seguiría o no pagando la deuda externa, con los ajustes y bajo el control de la llamada Troika: FMI, Unión Europea (UE) y Banco Central Europeo.
La Troika estableció como último plazo para cerrar un acuerdo el lunes 22. Finalmente el gobierno de Syriza aflojó, acordando un nuevo ajuste contra el pueblo griego. El primer ministro Tsipras anunció que volvería a recortar las pensiones (jubilaciones) y a elevar el IVA, lo que significa mayor rebaja del salario y del nivel de vida al aumentar los precios de los productos. La reforma de las pensiones lleva a un recorte en lo que se llama las prejubilaciones y eleva la edad de jubilación de 65 a 67 años. Syriza acepta la imposición de la Troika de nuevos recortes sociales El objetivo es claro: seguir ajustando al pueblo trabajador para que se siga pagando la deuda y saqueando el país para cumplir con los banqueros de la UE. A cambio del acuerdo Grecia recibiría un nuevo desembolso de 7200 millones de euros, del «segundo rescate». La supuesta «ayuda» o «rescate» , es un nuevo salvavidas de plomo que ata a Grecia al imperialismo alemán y a la UE, con más deuda externa, que es impagable, y liquida la soberanía del pueblo trabajador griego.
Syriza ganó en enero las elecciones con el claro mandato popular de poner fin a los «Memorándums», es decir a los continuos listados de ajustes antipopulares que en los últimos años han hundido la economía griega. Con una baja del 25% del PBI, la desocupación trepó al 27% y las bajas de salarios, jubilaciones y presupuestos sociales superan en muchos casos el 40%. Cifras realmente criminales, de genocidio social.
Ni bien asumió, a comienzos de este año, el gobierno de Syriza fue dejando de lado su mandato. Inició negociaciones con la odiada Troika, a la cual empezó a llamar «las instituciones», con la explicación de que podía encontrarse una «solución» en la que «todos ganen». Con esa política el gobierno pagó en estos meses 1.800 millones de euros y postergó, por ejemplo, sin plazo su promesa de aumentar el actual salario mínimo de 684 euros a su valor anterior de 751 euros (cifras de miseria, con los precios europeos) y continuó con privatizaciones.
Los resultados de esa política equivocada están a la vista. El FMI y la Troika nunca dejaron de presionar y encima los banqueros griegos tuvieron las manos libres para organizar una fuga de capitales, de 3.000 millones de euros, en la última semana.
La única alternativa es romper con la Troika y dejar de pagar la deuda
El camino de las medias tintas y de querer convivir con el FMI ya se demostró que no le sirven a la clase trabajadora y a los pueblos. Esto ya ha fracasado rotundamente en Latinoamérica y vuelve a fracasar en Grecia, de la mano de gobiernos de centro izquierda, reformistas, que terminan conciliando con los banqueros y las multinacionales. Un claro ejemplo de ello ha sido el gobierno del PT de Brasil, de Lula y Dilma Rousseff que pagaron la deuda, pactaron con el FMI profundizando la miseria, el saqueo y la corrupción. Hoy son repudiados por sus propias bases obreras y populares. Tsipras y Syriza están siguiendo la misma receta.
La única salida para el pueblo griego es seguir luchando para imponer la ruptura definitiva con la Troika, la UE y dejar de pagar la deuda externa. Allí está la plata para superar la crisis humanitaria que se vive en Grecia. Allí está la plata para los pensionados, para elevar el salario y los presupuestos de salud y educación. Junto con ello hay que nacionalizar la banca y el comercio exterior para cortar toda fuga de capitales. Se necesita un plan económico de emergencia obrero y popular. Las medias tintas no van.
Estas propuestas son ya reclamadas por amplios sectores de la izquierda griega. El domingo 21, miles de personas se congregaron en las calles de Atenas, convocados por muchos de estos sectores, para repudiar un posible acuerdo y reclamar la salida de la UE.
Con razón, en la última reunión del Comité Central de Syriza, a fin de mayo, el 44% de los dirigentes (75 sobre un total de 170) votó por romper las negociaciones con la Troika, declarar el cese de pagos de la deuda y nacionalizar la banca. Ante el anuncio del nuevo pacto varios diputados y representantes del ala izquierda, integrantes de la tendencia Plataforma de Izquierdas, han salido públicamente a rechazarlo.
Por su parte, la organización OKDE (Organización Comunista Internacionalista, trotskista), reclama, entre otras consignas: ¡Romper las negociaciones con la UE y FMI ya! ¡Ni un solo compromiso con los chantajistas de la UE y el FMI! ¡Dejar de pagar la deuda! ¡Salir del euro y la UE! ¡Las nacionalizaciones bajo control obrero! ¡Restablecer a todos los que fueron despedidos! ¡Recuperar lo que se perdió en salarios y las pensiones! Al mismo tiempo convocan a preparar la movilización unida, salir a las calles y ocupar las plazas contra un acuerdo con la Troika.
Este es el camino para romper este nuevo pacto con el FMI y la Troika y para imponer un cambio de fondo para que la crisis la paguen los capitalistas, no los trabajadores. En Grecia se sigue librando una batalla decisiva contra los planes de ajuste que el imperialismo y el FMI quieren imponer en todas partes. Si el pueblo griego gana y derrota el plan de ajuste, ganamos todos los trabajadores. Por eso, hoy más que nunca es necesaria la solidaridad internacional con la lucha del pueblo trabajador griego y su juventud.