Por MST, sección chilena de la UIT-CI
20/7/2022. El 4 de septiembre se llevara a cabo el plebiscito de salida, una votación obligatoria que pretende definir si queremos seguir con la constitución de Pinochet-Lagos, o cambiarla por la nueva propuesta constitucional. Sin dudas, un hecho político trascendente que no dejará indiferente a quienes luchamos en las calles durante la rebelión popular de 2019-20, y que sabemos que algo importante se juega ese día. Por eso, como MST hemos decidido llamar a “Aprobar contra la constitución de Pinochet”. En esta declaración, queremos explicarte las razones de esta decisión, e invitarte a participar de nuestra campaña.
¿Qué es lo que realmente está en juego este 4 de septiembre?
El país que estalló durante la rebelión popular de 2019-20, expresó el masivo y profundo descontento con la corrupción, injusticias y desigualdad social impuestas durante mucho más que los “30 años”. La constitución del 80’, impuesta a sangre y fuego por la dictadura de Pinochet, resultó en un modelo económico brutalmente explotador, que dejó las riquezas naturales y los esfuerzos de la clase trabajadora, al servicio de la rapacidad del imperialismo yanqui y las multinacionales, así como de los grandes grupos económicos chilenos.
Con el total apoyo de la ex Concertación, privatizaron derechos sociales, reprimieron criminalmente las protestas, y liquidaron la necesidad de tener una vida digna de todo un pueblo. El resultado fue cuantiosas fortunas de unas pocas familias, que hoy se ubican entre las más ricas del planeta. Por eso, hoy se atrincheran en el rechazo, una amplia gama de corruptos y saqueadores, desde la ultra derecha de Kast y la derecha, hasta ex presidentes como Frei junto a oscuros personajes de la ex Concertación, dirigidos abiertamente por el gran empresariado.
Nosotres, nosotras y nosotros en el MST, creemos fundamental darle continuidad al profundo descontento abierto en la rebelión popular, llamando a continuar la lucha por liquidar la constitución de Pinochet-Lagos, y la herencia nefasta que ha impreso en el país contra el bienestar de millones de familias trabajadoras, las mujeres, la disidencia sexual, los pueblos originarios y la juventud estudiantil y trabajadora. La tarea concreta en estos momentos es luchar por enfrentar el rechazo aprobando en el plebiscito.
El rechazo se sostiene sobre la mentira de que el país ha sido manejado “responsable y exitosamente” durante las últimas décadas, criminalizando la rebelión popular y las movilizaciones, imponiendo el engaño de que la constitución de Pinochet-Lagos “sólo necesita retoques”, y encima que esas reformas las haga el corrupto parlamento, silenciando los reclamos que exigimos en las calles.
Entonces ¿Por qué aprobar?
Decimos aprobar, pero queremos explicarte con total honestidad y claridad nuestra posición sobre la Convención Constitucional, la nueva constitución y aquellos sectores que dirigen la campaña del apruebo, partiendo por el gobierno y sus partidos. Porque consideramos que esta explicación ayuda a entender como pudimos pasar de un 80% de apoyo en el primer plebiscito, a las dificultades que enfrentamos en la actual campaña.
Desde el MST lo advertimos desde el anuncio del “Acuerdo por la Paz” que abrió el proceso constituyente en el país. El acuerdo, y las condiciones del mismo, fue impuesto de espaldas al pueblo y la clase trabajadora, entre las principales fuerzas políticas del país (derecha, ex concertación y Frente Amplio), con el objetivo de evitar la caída de Piñera producto de las masivas movilizaciones que se radicalizaban a mediados de noviembre de 2019.
Luego, una vez iniciado el proceso constituyente, seguimos denunciando que la convención estaba absolutamente amarrada de pies y manos para imponer los cambios necesarios, y que sería controlada por los grandes empresarios del país, a través de sus partidos y algunos falsos “independientes”. Y así fue. La derecha, coligada con la ex Concertación y el Frente Amplio, liquidaron cualquier cambio necesario y profundo al país en el nuevo texto. El Partido Comunista, que anunció que “rodearía la convención” con movilizaciones, no movió un solo dedo para convocar masivas movilizaciones para exigir a la CC soluciones de fondo.
Un año y meses después, la convención constitucional parió un texto que no toca ninguno de los pilares del modelo económico y el régimen político impuesto por la dictadura. Incluso, no resuelve ninguna de las urgentes demandas que se expresaron en la rebelión popular. Muy lejos quedamos con este texto de terminar con la desigualdad, la corrupción y las injusticias, y así lo sentimos millones de trabajadores y trabajadoras, junto a otros sectores. Esa es la base real del fortalecimiento del rechazo.
No negamos avances parciales, propuestas que nos parecen necesarias y legítimas, contenidas en el nuevo texto. Pero no basta con decir que este texto es mejor que el impuesto por Pinochet, que de hecho sí lo es, sino leerlo a la luz de los intereses de la clase trabajadora y los sectores populares. Nosotres nosotras y nosotros en el MST no apoyamos este nuevo texto, que mantiene incólume el capitalismo en Chile, nuestro apruebo es única y exclusivamente contra el legado de Pinochet.
En este sentido, no nos representa la campaña oficial del Apruebo, ni mucho menos el actual gobierno y sus partidos. El mismo Boric que mantiene militares en Wallmapu, que reprime protestas estudiantiles y que defiende a la represiva institución de Carabineros, que se niega a tomar medidas contra los empresarios y a favor de millones de familias trabajadoras en medio de una de las peores crisis económicas que hemos sufrido, hoy nos dice que basta con aprobar para que todo esté mejor. Nada más falso.
Los cambios urgentes pasan hoy por recoger la desesperación de familias que ya no pueden vivir con el alza de los precios y los miserables sueldos, incluso la creciente falta de trabajo, los femicidios y crímenes de odio contra la disidencia sexual, o la brutal situación que vive el pueblo nación Mapuche en Wallmapu, sin resolver la terrible situación del estudiantado o seguir reprimiendo con pacos y milicos. Decir que se puede hacer una campaña por el apruebo con promesas para el futuro distante, sin resolver las demandas inmediatas, es la mejor forma de allanarle un triunfo fácil al rechazo. Por eso, nos negamos a ser cómplices del camino a la derrota que siembran los que con discursos de izquierda, vienen gobernando igual que la derecha y la ex Concertación.
Una campaña por el apruebo desde los reclamos de la rebelión popular.
Nosotres nosotros y nosotras, aprobamos contra el pinochetismo y su herencia, pero recogiendo las verdaderas demandas de las masivas luchas de la rebelión popular. Por eso decimos:
Aprobamos y exigimos la libertad de las y los presos políticos chilenos y mapuche.
Aprobamos y exigimos control de precios ahora, fin a la inflación provocada por el empresariado, sueldos mínimos iguales al real costo de la vida, prohibición de despidos y suspensiones.
Aprobamos y decimos por leyes inmediatas contra la violencia machista hacia las mujeres y la disidencia sexual. Por el reconocimiento de todos sus derechos y exigencias ahora.
Aprobamos y decimos Educación, salud y vivienda estatales, de calidad y gratuitos ahora.
Aprobamos y decimos fin al Estado de excepción en Wallmapu, fuera los milicos y las forestales, por la autodeterminación en su territorio del pueblo nación Mapuche.
Aprobamos y decimos que todas los recursos naturales pasen al Estado bajo control de trabajadores ahora.
Aprobamos y decimos disolución de Carabineros, juicio y castigo a todos los represores militares y civiles, partiendo por Piñera y los altos mandos de las Fuerzas Armadas y Carabineros, culpables de las atrocidades durante la rebelión popular.
Nuestro apruebo es un llamado no sólo a organizar comando contra el rechazo, sino también a organizarnos para enfrentar la actual crisis económicas movilizados en las calles, exigiendo un plan económico de emergencia para evitar que los costos los paguemos las familias trabajadoras. A solidarizar con todas las luchas, a impulsar todo los reclamos en un petitorio nacional que unifique a todes todas y todos los que luchamos.
MST, 20 de julio de 2022.