13 de abril de 2012
Centenares de miles en las calles, manifestaciones masivas que reflejaban el amplio sentimiento de lucha contra la Reforma Laboral y la política del Gobierno. Las manifestaciones se hicieron presentes no sólo en las grandes ciudades sino en infinidad de localidades a lo largo de todo el territorio.
El obrero/a de la gran industria y el transporte volvieron a ser el corazón de la lucha el 29M. El peso de CCOO y UGT sigue siendo mayoritario en las zonas fabriles, quizás con la excepción del País Vasco. Los dos sindicatos mayoritarios han recuperado la iniciativa, aunque puede que sea por poco tiempo si vuelven a imponer la desmovilización como han venido haciendo.
El sindicalismo alternativo había intentado impulsar la huelga general a través de jornadas de lucha, pero la capacidad de poner fecha a la huelga general está hoy en manos de CCOO y UGT. Esta realidad no quita la importancia del desarrollo de un activismo sindical más próximo a la base y más combativo, pero obliga a tener una política nada sectaria hacia CCOO y UGT, y a establecer puentes para el trabajo con un sector de la izquierda de los mayoritarios.
Las dificultades para sacar adelante la huelga no fueron pocas. A la gran división de la clase obrera que han introducido tantas reformas laborales con la precariedad, se unía la inercia de la desmovilización de tanto tiempo impuesta por las direcciones mayoritarias. Un sector trabajador cuestionaba la utilidad de la huelga si –como en septiembre del 2010- no había continuidad. Asimismo suponía un problema el escaso margen de 20 días desde la convocatoria formal de huelga. Sin embargo, quizás por entender que un fracaso de la huelga iba a acelerar la ofensiva de la derecha, los trabajadores y trabajadoras respondieron a la huelga con un apoyo mayoritario.
No hubo una recuperación de forma masiva del debate en asambleas, de la votación de comités de huelga, la coordinación por localidades… Sin un proceso por abajo, la huelga volvió a ser dictada desde arriba, desde los sindicatos mayoritarios y los comités de empresa. Recuperar esos métodos es imprescindible para asegurar un ascenso continuado de la lucha.
El movimiento del 15M también jugó su papel en la conformación de los piquetes por localidades. No hace falta minimizar la importancia que este movimiento ha tenido hasta ahora, como un elemento que ha reactivado el debate político entre miles de jóvenes y que ha servido para canalizar un sentimiento de rabia y rechazo a las medidas que imponía el capitalismo en crisis y los Gobiernos, pero es preciso resituar a cada uno en su lugar. La huelga general, lo que se entiende como parar la producción, está en manos de los sindicatos, no de los movimientos ciudadanos.
Y ahora, la continuidad
Toxo y Méndez pedían abrir negociaciones con el Gobierno y este respondió que no había ningún punto importante a negociar. No sólo esto, el día siguiente lanzaba los presupuestos más restrictivos de la democracia contra los trabajadores/ as. A su vez, desde la UE ya se le dice que quieren más reformas y recortes, y los grandes bancos que hay tras los denominados «mercados » presionan más y más sobre la deuda española para obtener más concesiones.
No hay espacio para la pasividad ni para perder el tiempo. Es decisivo que la huelga tenga continuidad en un plan de lucha, que combine nuevas convocatorias de huelga general, con la activación de luchas sectoriales, con convocatorias abiertas a toda la población contra la reforma laboral y los Presupuestos, en defensa del empleo, de los salarios y pensiones, de la sanidad y la enseñanza públicas. Es esencial preservar la organización que se creó durante la huelga general, los comités de coordinación allí dónde los hubo, volver a impulsar debates y asambleas para exigir el compromiso de todos los sindicatos en dar continuidad a la lucha.
Internacionalizar la resistencia
Grecia ha sido el banco de pruebas, con una tenaz resistencia del movimiento obrero y popular. Pero se han encontrado con un frente muy potente: gran banca europea, FMI, UE, Gobierno de unidad de los grandes partidos del arco parlamentario. Sólo es posible oponer a su unidad la unidad de los explotados… Es preciso avanzar en la coordinación de las luchas de resistencia y en la exigencia de una huelga general europea.