Por Unidad Internacional de Trabajadoras y Trabajadores-Cuarta Internacional
El pueblo haitiano está librando una lucha decisiva por su derecho a la autodeterminación, con grandes movilizaciones por la salida del gobierno corrupto e ilegítimo de Ariel Henry, quien encabeza un régimen sostenido por el imperialismo y con vínculos históricos con el crimen organizado. El aumento mayor al 100% en el precio de los combustibles, exigido por el FMI, ha sido la gota que colmó el vaso, en el marco de una elevada inflación y un aumento del hambre y la precariedad. Antecedidas por huelgas de los trabajadores de las empresas textileras, a principios de año, en agosto se realizaron las primeras protestas de carácter nacional y luego del aumento de los combustibles en septiembre el país ha entrado en una virtual huelga general.
Los voceros del gobierno estadounidense y de la ONU atribuyen las protestas, que son masivas, a la influencia de las pandillas, que ejercen un control territorial sobre algunas zonas del país y han realizado bloqueos para extorsionar a las empresas del combustible. Estas pandillas, fortalecidas en el marco del colapso del Estado burgués haitiano y el desastre económico y social dejado por la ocupación imperialista de 14 años, entre 2004 y 2017, son repudiadas por el pueblo haitiano, que precisamente denuncia la incapacidad del gobierno para garantizar la seguridad de las comunidades populares ante el auge de los secuestros y la delincuencia de esos grupos.
Desde 2018 se han escenificado grandes luchas contra el régimen corrupto del Partido Haitiano Tèt Kale (PHTK), impuesto en 2011 por EEUU, la OEA y la ocupación militar a cargo de los cascos azules de la ONU, cuando impusieron en la presidencia de manera fraudulenta a Michel Martelly, y posteriormente a Jovenel Moïse en 2016. Estos gobiernos fueron los principales responsables del desfalco de más de 2 mil millones de dólares del fondo de Petrocaribe. Bajo este régimen saqueador, la burguesía financiera incluso se apropia de significativos porcentajes en la transferencia de remesas que envían emigrados a sus familias en Haití, con la complicidad del gobierno.
El imperialismo estadounidense, con el apoyo de la ONU y la OEA, mantiene junto a los gobiernos de Francia, Alemania, Canadá, Brasil y el Estado español un organismo de tutelaje político llamado Core Group, que efectúa una intensa injerencia en la política interna haitiana. Esta injerencia mantuvo en pie al gobierno ilegítimo de Jovenel Moïse cuando se convirtió en un gobierno de facto y luego de su asesinato por parte de elementos del propio régimen, en julio del año pasado, el gobierno de EEUU se ha negado a revelar la información de la que dispone sobre un crimen que fue planificado y financiado por empresas e individuos que viven en EEUU y ejecutado por personas vinculadas a la DEA y otras agencias de seguridad estadounidenses. El rol del ex presidente Martelly, residente en Florida, tanto en tramas de lavado de dinero como en el asesinato de Moïse, lo que en rigor fue un golpe de Estado, ha sido ampliamente denunciado y evidenciado en reportajes periodísticos, pero el gobierno estadounidense sigue garantizando su impunidad.
La reciente renovación del mandato de la BINUH, la oficina de la ONU para Haití, contó con la aprobación unánime de los gobiernos que integran el Consejo de Seguridad, incluidos China y Rusia. El informe fue co-patrocinado por EEUU y México. China también ha venido planteando la propuesta de una nueva fuerza de ocupación de la ONU. Los gobiernos de EEUU, México y República Dominicana, a su vez, vienen cometiendo atropellos y violaciones a los derechos humanos de las personas obligadas a emigrar de Haití por la crisis. Todo ello forma parte de la activa complicidad de los gobiernos con el agravamiento de la crisis y el sufrimiento del pueblo haitiano.
Creemos que la salida a la crisis es un gobierno de las organizaciones obreras y populares de Haití. En lo inmediato, y dada la urgencia de la situación, llamamos a las organizaciones de izquierda, sindicales, populares y democráticas de Latinoamérica, el Caribe y el mundo, a una campaña internacional de solidaridad con el pueblo haitiano, que haga suyas las principales exigencias levantadas por las luchas populares haitianas de los últimos años, realizando acciones unitarias ante las embajadas de los países miembros del Core Group y de Haití:
-No al aumento de los combustibles y al ajuste promovido por el FMI.
-Fuera el Core Group y la BINUH de Haití, no a la ocupación militar y la injerencia imperialista.
-Abajo el gobierno ilegítimo de Ariel Henry. Que se respete el derecho democrático del pueblo haitiano a su autodeterminación.
-Que Francia devuelva la riqueza robada a Haití durante la extorsión posterior a su independencia y que EEUU indemnice a Haití por la ocupación militar perpetrada en el siglo XX y su apoyo a dictaduras y golpes de Estado. Que la ONU indemnice a Haití por las violaciones de DDHH y la epidemia del cólera que generó durante la ocupación de la Minustah.
-Recuperación de los fondos robados de Petrocaribe y devolución de todas las fortunas obtenidas mediante la corrupción y depositadas en el sistema financiero estadounidense, europeo y los paraísos fiscales.
-Respeto a los derechos humanos de las personas migrantes haitianas.
¡Solidaridad internacional con la lucha del pueblo de Haití!
Unidad Internacional de Trabajadoras y Trabajadores-Cuarta Internacional (UIT-CI)
3 de octubre de 2022