Por Miguel Lamas, dirigente de la UIT-CI
26/6/2023. Una disputa entre el líder del Grupo Wagner, Yevgeny Prigozhin, y la cúpula militar rusa, en torno a los combates en Ucrania, derivó en un motín en el que combatientes del grupo militar privado abandonaron el frente en Ucrania para tomar la ciudad sureña rusa de Rostov y marchar sin oposición aparente hacia la capital, llegando hasta 200 km de Moscú, para luego retirarse en menos de 24 horas el sábado 24 con un anunciado acuerdo con Putin.
El Kremlim informó de un acuerdo, con la mediación del presidente bielorruso Lukashenko (aliado de Putin), según el cual Prigozhin y sus tropas se irían a Bielorrusia y no habrá ninguna persecución penal contra ellos.
Antes de la rebelión del grupo Wagner, Prigozhin llevaba meses denunciando e insultando a los generales rusos, porque, según él no les entregaban municiones.
Al cierre de esta edición aún no está claro si el conflicto entre Prigozhin y Putin se resolvió por el este acuerdo. Pero, más allá de eso, es evidente que esto muestra una profunda crisis en el Estado ruso y el régimen de Putin, provocada en gran medida por el fracaso de la invasión a Ucrania.
En estos momentos es Ucrania la que ha pasado a una contraofensiva tomando centenares de pueblos que estaban en manos de Rusia en el sur del país. La resistencia popular militar ucraniana es la causa fundamental del fracaso ruso. Porque la gran diferencia no es del poderío militar, que es a favor de Rusia, sino de la diferencia moral. O sea, la moral del pueblo ucraniano es muy alta, por eso ha habido desde un principio miles de voluntarios, una unidad popular que no la tiene Rusia. Hay sobradas pruebas de que los soldados rusos no tienen moral en el combate y eso ha sido causa fundamental de su retroceso.
Por eso Putin ha tenido que cambiar los mandos y también recurrir al grupo Wagner paramilitar de una empresa privada, dirigido por un oligarca neofascista. Con el permiso de Putin, este grupo reclutó a gran parte de sus mercenarios en las cárceles, presos condenados por delitos graves que fueron liberados a condición de que se incorporaran al ejército mercenario.
Que un Estado imperialista deba recurrir a ejércitos privados mercenarios muestra su nivel de crisis. Ya Estados Unidos utilizó mercenarios en todas sus invasiones de últimos 30 años. Rusia también utilizó al grupo Wagner en operativos en Siria, Sudán y la República Centroafricana. Pero que además, como ocurrió ahora con el grupo Wagner, los mercenarios se rebelen armados contra el gobierno que los contrató, y luego que lleguen a un acuerdo con ellos, muestra un estado de crisis gravísima.
Por supuesto que el grupo Wagner y su jefe Prigozhin no representan nada progresivo. Por el contrario, pretenden fortalecer y hacer más cruel la invasión a Ucrania. Pero este enfrentamiento indudablemente debilita al imperialismo ruso y muestra el fracaso de la invasión.
Desde la UIT-CI hemos denunciado, desde el comienzo de la invasión rusa, que el imperialismo yanqui y de la OTAN quieren aprovechar el conflicto para adueñarse de Ucrania como semicolonia con acuerdos con su presidente Zelensky. Pero en primer lugar llamamos a la plena solidaridad con la resistencia del pueblo ucraniano que ahora está poniendo en crisis grave a los invasores rusos. ¡Saludamos la lucha heroica de resistencia del pueblo ucraniano contra la invasión! ¡Fuera invasores imperialistas rusos!