El Espartaco venezolano – por Laclase.info – 17/5/2012
Hijo de un esclavo africano y una mujer indígena, José Leonardo Chirino nació en Curimagua, pueblo de la Sierra de Coro, en el noroeste de lo que hoy es Venezuela. Inspirado en los revolucionarios haitianos, José Leonardo Chirino se proponía luchar para abolir la esclavitud y establecer una República democrática e igualitaria. También influenció en Chirino su contacto con un importante número de cimarrones que habían escapado de la esclavitud bajo el yugo holandés en Curazao y otras islas caribeñas, y que vivían en la región de Coro.
El día 10 de mayo de 1795 estalló una insurrección de centenares esclavos y mestizos en la Sierra de Coro, bajo la bandera de la eliminación de la esclavitud y la abolición de las clases sociales, su proyecto igualitario y republicano lo llamaban «la ley francesa» en alusión a la Revolución Francesa, e incluía la eliminación de los impuestos a los indígenas, que en la práctica constituía un sistema de servidumbre.
Chirino intentó comunicarse con uno de los caciques indígenas de la región para ganarlo a la causa, en cuyo programa figuraba la reivindicación de eliminar los llamados impuestos de alcabala, pero la rebelión fue derrotada antes de que se pudiera propagar. Chirino permaneció fugitivo algunos meses pero fue finalmente capturado y asesinado por los españoles. Lo condenaron a la horca, el 10 de diciembre de 1796, sentencia que se ejecutó en la plaza Mayor de Caracas (sitio que hoy ocupa la Plaza Bolívar). Con la brutalidad propia de las autoridades coloniales, la cabeza de Chirino fue puesta en una jaula de hierro que se colocó en el camino hacia los Valles de Aragua y Coro, mientras que sus 2 manos cortadas se fijaron en Caujarao y Curimagua. Esto con la finalidad de aterrorizar a la población y desalentar futuras rebeliones.
Pese a ser derrotada, la rebelión encabezada por José Leonardo Chirino fue un hito en la lucha por la libertad y contra la explotación, por eso ha sido fuente de inspiración para varias generaciones de luchadores y continúa siéndolo en nuestros días.
Hoy en Curimagua un pequeño monumento recuerda su figura.
Orlando Chirino, el gran dirigente obrero de la Venezuela actual, nació muy cerca del lugar de nacimiento del gran héroe negro. Orlando dice que no sabe si desciende de José Leonardo, pero que sí lo admira como el primer jefe rebelde de los trabajadores esclavizados.