Por: Partido Socialismo y Libertad
La tragedia que vive el pueblo venezolano es inaguantable. Nos morimos de hambre. La vida cotidiana es una calamidad. El transporte es un desastre. Miles de jovenes y trabajadores emigran del pais. En Caracas, los usuarios del Metro vivimos un calvario. Luego de trabajar 8 horas, regresar a nuestros hogares se convierte en algo insoportable y humillante. Pero al llegar a casa la incertidumbre es inmensa al no tener que darle de comer a nuestros hijos. Nuestros salarios fueron destruidos por la hiperinflación que generó el gobierno. Nadie en Venezuela puede vivir del salario.
Según un informe publicado el 26 de enero por Unicef, «cada vez más niños en Venezuela sufren desnutrición como consecuencia de la prolongada crisis económica y financiera que vive el país». Y la FAO reconoce que la cuarta parte de la población está subnutrida. Mientras tanto la boliburguesía y las transnacionales siguen saqueando nuestro país y llenando sus arcas superexplotando a los trabajadores y apoderándose de las riquezas del subsuelo.
Crece la protesta obrera y popular, el gobierno responde con represión
El 2018 comenzó tan caliente como terminó el 2017. La protesta obrera y popular sigue en ascenso. En los primeros 11 días de enero hubo 386 protestas (casi la misma cantidad de todo el mes de enero del 2017, cuando hubo 383) y 107 saqueos. Es importante destacar que los trabajadores comienzan a movilizarse por sus derechos. Cementeros, petroleros, docentes, universitarios y eléctricos, entre otros, salen a pelear por salarios, contra el hambre y las contrataciones colectivas.
Ante esto el gobierno sigue respondiendo con la represión, tal como hizo durante las protestas del 2017. De diciembre a enero ¡hay 700 personas presas por protestar exigiendo comida!, y 44 que protestaron en Caicara del Orinoco, se encuentran detenidas en El Dorado. La mayoría habitantes de zonas populares y campesinas. Son los presos del hambre.
Hace pocos días detuvieron a 3 dirigentes del sindicato de Lácteos Los Andes en Lara, que protestaban por sus derechos.
Paquetazo contra el pueblo y billete para los empresarios y para la deuda externa
El gobierno de Maduro aplica un ajuste brutal, nunca antes conocido en el país. Llevando a millones de personas al hambre y la desnutrición.
Mientras descarga la crisis sobre los hombros del pueblo trabajador, el gobierno entrega recursos millonarios a los empresarios a través de la banca pública y privada. Recientemente entregaron préstamos a diversas empresas, entre ellas a Polar. El vicepresidente Tarek El Aissami, prometió otorgar 10 billones de bolívares más, lo que equivale a un tercio del presupuesto nacional.
Queda en evidencia el doble discurso del falso gobierno socialista Maduro. Le dicen «pelucón» a Lorenzo Mendoza pero le dan billetes. Hablan de «guerra económica», vociferan contra la «burguesía», mientras le otorgan dinero a los empresarios a manos llenas, en la cara de un pueblo que se muere de hambre.
Es el mismo gobierno que se llena la boca hablando de antiimperialismo, y paga la deuda externa a los banqueros gringos y europeos. Recientemente el gobierno reconoció haber pagado ¡73 mil millones de dólares en 36 meses! Dinero que pudo destinarse a importar alimentos y medicinas, dotar de insumos a hospitales y escuelas o recuperar las industrias básicas y Pdvsa, que se encuentran por el suelo.
Elecciones presidenciales: el gobierno prepara otro fraude
Simultáneamente el gobierno a través de la ANC, convocó elecciones presidenciales para antes del 30 de abril. Nadie en Venezuela está pendiente de elecciones. Lo que preocupa a todos es la comida y los altos precios de los productos. Se está preparando un nuevo fraude, continuación de los realizados en las elecciones municipales y de gobernadores. El único objetivo que tienen es mantenerse contra viento y marea en el poder.
La MUD no es salida
Por su parte la MUD se dividió. El sector mayoritario encabezado por AD, PJ, UNT y Henry Falcón, sólo quieren preservar sus cuotas de poder en gobernaciones y alcaldías. En República Dominicana han seguido capitulando al gobierno, tal y como lo hicieron durante 2016 y 2017. Coinciden en algo con el gobierno: no quieren ver gente en la calle protestando. Pero el gobierno además les exige el reconocimiento de la ANC y que ordenen a otros gobiernos levantar las sanciones a Maduro y otros funcionarios. Nada bueno para el pueblo saldrá de esos diálogos.
Si el pueblo no pelea, nos seguirán matando de hambre
El Partido Socialismo y Libertad plantea que sí hay solución. Sólo hay una forma de terminar con esta tragedia que vivimos: salir a la calle a enfrentar al gobierno y su ajuste hambreador. Hay que seguir el ejemplo de los cementeros, de los petroleros de Petrocedeño y de los miles de habitantes de las comunidades que protestan exigiendo comida.
Llamamos a los activistas que alguna vez tuvieron expectativas en el chavismo y a los que se reivindican de izquierda, provengan o no del chavismo, a que rompan definitivamente con un gobierno hambreador y represivo, de falso discurso socialista. Los llamamos a colocarse del lado del pueblo hambriento que quiere luchar. A construir en la calle y en la lucha, una alternativa política de los trabajadores y el pueblo, independiente del gobierno y de los partidos que conformaron la dividida MUD.
Construyamos la Oposición de Izquierda en Lucha
La reciente conformación de la Oposición de Izquierda en Lucha (OIL), en la que participan individualidades, sindicatos y organizaciones políticas diversas, busca reagrupar a la izquierda verdaderamente revolucionaria, y a todos los activistas y jóvenes dispuestos a enfrentar al gobierno de Maduro. A todos los luchadores, provengan de donde provengan, los llamamos a incorporarse a OIL, para luchar por salario mínimo igual a la canasta básica -que ya ronda los 16 millones de bolívares-, por que el petróleo sea 100% venezolano, sin empresas mixtas ni transnacionales, por el no pago de la deuda externa, y que todos esos recursos se utilicen en un Plan Alimentario de Emergencia para importar comida y medicinas y estimular su producción nacional mediante una reforma agraria; por la defensa de las libertades democráticas; por la libertad de los miles de presos por protestar.