Publicamos el artículo elaborado por Cristina Mas y Josep Lluís del Alcázar, de la dirección de Lucha Internacionalista (LI) sección de la Unidad Internacional de Trabajadoras y Trabajadores – Cuarta Internacional (UIT-CI) en el Estado Español. El presente artículo es una respuesta política y un aporte para el debate sobre las posiciones de la Fracción Trotskista (FT) –organización referenciada en página web “La Izquierda Diario”- sobre la lucha de clases en Siria y la caída de Bashar Al-Assad, según su declaración publicada el pasado 14 de diciembre.
Cayó Al Assad, un criminal sangriento, “un régimen odiado por las masas de la región”, según la Fracción trotskista (FT) [1]. Se liberan los miles de presos políticos que abarrotaban sus cárceles de tortura y muerte. Decenas de miles de sirios salen a las calles para celebrar la caída del dictador en el exilio, o en el interior, desde el noroeste kurdo al sur druso, pasando por Hama, Homs y Damasco. La FT escribe: “Comprendemos su alegría por la caída de un régimen odiado y su esperanza de volver a casa y disfrutar de la liberación, aunque lamentablemente no la podamos compartir, dado que las fuerzas que han derrocado a Al Assad son también profundamente reaccionarias. Su triunfo no augura nada bueno para la mayoría de la población siria, diezmada y desgarrada después de 13 años de una terrible guerra civil y sucesivas intervenciones imperialistas.”
¿Cuál es la primera conclusión si la caída de Assad y el triunfo de un combinado de fuerzas rebeldes “no augura nada bueno” hasta el punto que impide a una fuerza revolucionaria celebrar la caída de un dictador brutal y sanguinario? ¿acaso es que Siria estaba mejor con el sangriento dictador? ¿Cómo es posible no compartir la alegría del pueblo sirio por la caída del tirano? Y es además insoportable el tono paternalista y profundamente colonial del comprende pero no comparte. ¿Acaso el pueblo sirio no sabe o no entiende lo que está ocurriendo? El pueblo sirio ha salido a la calle, ha sacado a miles de presos de las cárceles, miles han corrido a regresar del exilio para recuperar las vidas que el régimen y los imperialistas les han robado.
La juventud, la clase obrera, los campesinos, las mujeres y los pueblos de Siria afrontan, exhaustos, una montaña de dificultades y desafíos. No hay ninguna duda de que “el futuro de Siria es totalmente incierto”. Empezando por Turquía, Israel, EE.UU, Arabia Saudí, Qatar… que van a tratar de apuntalar al nuevo gobierno, para que recupere el control. Hay una carrera contra reloj, entre las nuevas autoridades que tratan que todo cambie sin cambiar nada y la gente que protagonizó la heroica revolución hace 14 años y fue ahogada en sangre. Se esperaría de un partido revolucionario que salga con todo, identificando las fuerzas obreras y populares que pueden ser el motor de cambio, sus organizaciones políticas que desde la izquierda combatieron al lado de la revolución por la caída del régimen y se vuelque en una campaña de lucha y solidaridad.
Pero esa actitud es imposible en quien no ve en la nueva situación una oportunidad para las masas, quien no está dispuesto a salir a festejar la caída del brutal régimen y la libertad de miles de torturados de las cárceles, y si durante los 14 años de lucha del pueblo sirio –ni siquiera en el periodo que hoy reconoce como revolucionario- no ha salido a las calles para intentar organizar la solidaridad con su lucha. Con los compañeros y compañeras de la FT tenemos una diferencia política y de método. Esperan a ver si sus presagios se cumplen instalados como comentaristas de la geoestrategia mundial. Nosotros hemos estado estos 14 años en la solidaridad con los avances y en las derrotas. Hoy festejamos y lucharemos con ellos para evitar que nadie les robe esa legítima alegría.
Sobre las direcciones del movimiento rebelde
Compartimos la caracterización del HTS como una fuerza burguesa, islamista, más exactamente sharista, reaccionaria. También lo es Hamás, que saludó inmediatamente la caída del régimen sirio, y que mantiene relación con el HTS, y eso no nos ha impedido salir con todas las fuerzas en apoyo al pueblo palestino. Lo mismo que ante Hezbollah a quien defendemos en su enfrentamiento junto al pueblo libanés contra la invasión de Israel sin por ello dejar de denunciar su papel criminal en la represión sobre la revolución siria.
No juzgamos nunca a los pueblos por sus direcciones, pero en el caso de Siria aún no está escrito que HTS sea su dirección. Se trata de partidos burgueses islamistas reaccionarios pero que en un momento histórico aparecen a los ojos de las masas palestinas, libanesas y sirias como referentes de liberación. Por ello, sin dar la menor confianza en su dirección estamos con la resistencia palestina o libanesa a la ocupación israelí como estuvimos con la lucha del pueblo sirio por el derrocamiento de Al Assad.
Compartimos la crítica sobre la dirección kurda y su dependencia política de la estrategia de los EE.UU. Pero una matización: no criticamos en absoluto la obtención de armamento norteamericano de las YPG, sí criticamos la colaboración directa con las tropas norteamericanas desplegadas en Siria y su dependencia política. Pero esta caracterización de la dirección de nuevo no cuestiona nuestro apoyo al pueblo kurdo ante la opresión de Turquía y las fuerzas que controla directamente, el Ejército Nacional Sirio.
Sobre los bloques o los campos y la lucha palestina
La caída de El Assad efectivamente debilita el peso de Rusia, Irán y China. Por ello la FT entiende que favorece a Turquía, EEUU e Israel. Pero ¿Dónde quedan las masas sirias, esas que salen a la calle? La FT no les otorga ningún papel. Por eso, y aunque dice criticar el campismo, realmente se instala en el campismo y en la parálisis.
Leemos: “algunos hoy presentan la caída de Al Assad a manos de milicias yihadistas y proturcas, con el beneplácito de EEUU e Israel, como resultado de una “revolución democrática triunfante”. “Netanyahu ve la caída de Assad como expresión de debilidad de Hezbollah y de Irán y por lo tanto como la oportunidad de desarrollar el proyecto de crear un “gran Israel”.
O sea, ¿que la caída cuenta con el beneplácito de Israel al servicio de su proyecto de expansión? Si eso fuera así, estaríamos en contra la caída de Assad. Pero no es así, la caída de Al Assad es el resultado diferido de la revolución del 2011 y supone un avance. Si Israel ataca Siria no es porque ahora está en mejores condiciones para su proyecto de Gran Israel, sino porque la caída del régimen que durante 50 años le aseguró el frente del noreste sin ninguna amenaza, ahora pudiera caer con su arsenal en manos de sus enemigos. Israel sabía que los complejos militares y las fábricas de armas químicas que hoy ataca no eran un peligro en manos de Assad, contra Israel, por eso ahora los destruye.
La caída del régimen de Al Assad tiene muchos elementos comunes con lo ocurrido el 7 de octubre. La acción armada de Hamás desencadena una ofensiva brutal de Israel, pero no es menos cierto que abre una posibilidad histórica en la lucha del pueblo palestino, con un Israel más cuestionado que nunca. Está por escribirse el resultado. Lo mismo respecto a la caída de El Assad.
Atrapada, aunque no quiera por la lógica de bloques o campos, la FT escribe sobre el reaccionario régimen iraní: “Es un régimen debilitado, que se volvió bastante impopular y dividido internamente.” ¿Bastante impopular? El término es insultante. Es el régimen criminal que reprimió a sangre y fuego el movimiento Mujer, vida y libertad. Que, aprovechando las amenazas y provocaciones de Israel, aceleró las ejecuciones sumarias de activistas (651 sólo en los primeros diez meses del 2024). Estuvimos con el movimiento de las mujeres, de los pueblos, construyendo solidaridad internacional. Sigan con su partida de ajedrez geopolítica y también en este caso olviden los pueblos de Irán y su lucha por hacer caer la dictadura teocrática.
Lo mismo para Ucrania. “Ante la guerra de Ucrania, sectores reformistas como Die Linke, hasta organizaciones más pequeñas como la LIT o la UIT-CI se alinearon con el campo de la OTAN y el ejército de Zelensky”. “La guerra de Ucrania ha exacerbado el militarismo y los choques entre grandes potencias. Los imperialismos occidentales de la OTAN vienen actuando por procuración, sosteniendo al ejército ucraniano en su enfrentamiento con Rusia, que cuenta con el apoyo de Irán, China y Corea del Norte.” La FT, que quiere salirse del análisis de bloques o campos, acaba haciendo suyo uno de los grandes argumentos de Putin, cuando negando la nación ucraniana afirma que está enfrentando al imperialismo y la OTAN. Y ¿qué dice el pueblo ucraniano, los trabajadores y sus organizaciones? ¿No están, no opinan, son sólo instrumentos y víctimas? ¿tienen derecho a rechazar la invasión? Nosotros afirmamos que el pueblo ucraniano salió a enfrentar la invasión rusa y se organizó en masa en la Defensa Territorial, y que ese fue un factor decisivo para que el ataque de Putin no concluyera en tres días con la caída del Gobierno y su sustitución por uno títere de Moscú. Por eso estamos con ese pueblo, y sus organizaciones de clase, sin ninguna confianza con el neoliberal y atlantista Zelensky, y sin apoyar la OTAN. Del mismo modo que estamos con el pueblo kurdo contra la agresión turca sin alinearnos con el campo de… Estados Unidos.
A propósito de la revolución de 2011
En el 2011 se desencadena una revolución, con grandes movilizaciones por la caída del régimen y la construcción sobre el terreno de decenas de organismos de doble poder, los comités de coordinación que luchaban por expulsar al régimen y decidían cómo gestionar la vida diaria. También en territorio kurdo bajo otra forma. Con ellos, con la izquierda siria y kurda que estuvo en la revolución, debatimos y apoyamos.
La declaración de la FT afirma que en 2011 hubo “movilizaciones masivas”, un “profundo levantamiento popular” y afirma: “La violenta represión de Assad y la injerencia de potencias regionales como Turquía y diversas potencias imperialistas llevó a la regimentación de la resistencia de la mano de su militarización, este proceso socavó el carácter autónomo y de masas, impidió la continuidad del proceso revolucionario y dio poder a los movimientos reaccionarios y a sus patrocinadores extranjeros. De esta manera, la Primavera siria fue derrotada, dando paso a una guerra civil reaccionaria en varios frentes que resultó devastadora, dejando cientos de miles de muertos y millones de desplazados y refugiados.” El problema no fue la militarización de la revolución. Ante la brutal represión del régimen, el proceso revolucionario se armó, y ese era un paso necesario y legítimo que no cambió su carácter. Pero la contrarrevolución combinó la brutal represión del régimen, apoyado por Rusia, Irán y Hezbollah con la aparición de fuerzas reaccionarias apoyadas por EEUU, Turquía, y otros estados árabes. Cada uno en busca de sus intereses específicos, EE.UU para sostener el gobierno postocupación en Iraq amenazado por el ISIS, el segundo en un intento de destruir las bases kurdas de YPG.
Entendemos que hoy sin una implicación directa y una campaña internacional de apoyo a la reconstrucción de los comités de coordinación que dio la revolución del 2011 y con la izquierda siria que estuvo con la revolución, cualquier programa o afirmación genérica sobre una Siria socialista, como hace la FT, no es más que propagandismo y palabras vacías. Para quienes nos creemos el internacionalismo y la importancia de la solidaridad, no hacer nada también es una forma de intervención. Deja solas a las fuerzas de izquierda que luchan. Es la forma de hacer que sus malos augurios se cumplan.
Cristina Mas y Josep Lluís del Alcázar. 2 enero de 2025. 7 Publicado originalmente el 7 de enero de 2025 por Lucha Internacionalista, sección en el Estado Español de la UIT-CI.
1-https://www.laizquierdadiario.com/Siria-una-posicion-internacionalista-ante-la-caida-de-Al-Assad