Por Miguel Lamas, dirigente de la UIT-CI
22/01/2025. Entre 1940 y 1945, alrededor de 1.1 millones de personas murieron en Auschwitz-Birkenau, el mayor campo de exterminio de la historia de la humanidad. Las cámaras de gas y los hornos crematorios llegaron a matar hasta 5.000 por día. La mayoría eran judíos, pero también había militantes de izquierda, prostitutas, homosexuales, prisioneros de guerra de otros países, y demás.
Este campo de concentración estaba en Polonia, ocupada por la Alemania nazi en esos años de la Segunda Guerra Mundial. Los prisioneros eran trasladados en vagones para el transporte de ganado en los que viajaban hacinadas hasta ochenta personas, desde Italia, Francia, Hungría, el Báltico, Alemania y Polonia. Finalmente, el 27 de enero de 1945, el Ejército Soviético liberó Auschwitz.
Al cumplirse ochenta años, se hará un acto para repudiar una vez más este genocidio. Benjamín Netanyahu, el primer ministro de Israel, ha sido invitado a participar, ya que además es judío de familia polaca. Posiblemente no pueda o no quiera ir porque es responsable de un nuevo genocidio hoy en Gaza. Incluso, la Corte Penal Internacional -con sede en La Haya- tiene órdenes de arresto contra él. Polonia, al ser miembro de la Corte, estaría legalmente obligada a detenerlo. Aunque su gobierno aclaró que no lo haría. Lo relevante es que, por primera vez, se ha puesto en cuestión la participación de Israel en este evento.