Por Miguel Angel Hernández, dirigente del PSL, sección venezolana de la UIT-CI
23/1/2025.
En medio de una ola de frío ártico, cruda manifestación del cambio climático que niega el ultraderechista Donald Trump, éste asumió como cuadragésimo séptimo presidente de Estados Unidos, el pasado 20 de enero.
Lugar privilegiado en la ceremonia tuvieron Elon Musk el CEO de Tesla y SpaceX, Jeff Bezos, fundador de Amazon y propietario de The Washington Post, Mark Zuckerberg, el CEO de Meta y cofundador de Facebook, Sundar Pichai, CEO de Alphabet, empresa matriz de Google y Tim Cook, CEO de Apple. Reflejando que el de Trump será un gobierno de los CEO de las grandes transnacionales. Así como gobernantes y líderes ultraderechistas de otros países como Javier Milei, Nayib Bukele, Giorgia Meloni y Santiago Abascal de Vox en el Estado español.
Su discurso de media hora se caracterizó por la arrogancia, la prepotencia y el ultranacionalismo. «Estados Unidos recuperará el lugar que le corresponde como la nación más grande, más poderosa y más respetada de la Tierra, inspirando temor y admiración en todo el mundo». Refiriéndose al canal de Panamá, afirmó amenazante: “y lo vamos a recuperar”.
Tildó de criminales a los inmigrantes: “muchos de ellos provenientes de prisiones e instituciones psiquiátricas que han ingresado ilegalmente a nuestro país desde todas partes del mundo”. Amenazó con una guerra comercial: “aplicaremos aranceles y gravámenes a países extranjeros para enriquecer a nuestros ciudadanos”, y ratificó su carácter misógino y antiderechos al afirmar que “será política oficial del gobierno de Estados Unidos que sólo haya dos géneros, masculino y femenino”. El acto además se cerró con el discurso de un rabino sionista.
En su primer día como presidente de la principal potencia imperialista del mundo, Trump firmó una batería de decretos, que ya prefiguran el carácter profundamente antipopular de su gobierno, y que marcan una ofensiva de ataques contra los derechos del pueblo norteamericano y los pueblos del mundo.
Algunas de esas medidas son eliminar directrices previas que apuntaban a reducir el precio de medicinas; congelar contrataciones de empleados públicos y enviar a sus casas, con el objetivo de despedirlos posteriormente, a empleados federales que ingresaron al gobierno en el marco de un programa por la diversidad, la equidad y la inclusión; la ciudadanía por nacimiento; medidas que favorecían la protección del medio ambiente, lo que Trump denomina “el ambientalismo radical”; decretos para eliminar los programas en favor de la diversidad sexual. Anunció también la retirada de Estados Unidos del acuerdo climático de París, por segunda ocasión, también de la Organización Mundial de la Salud. Declaró la «emergencia energética nacional», para ampliar significativamente y sin controles ambientales, la extracción de petróleo y gas. Igualmente indultó a los 1500 ultraderechistas que tomaron violentamente el capitolio estadounidense en el 2021, entre muchas otras medidas.
El regreso del ultraderechista Donald Trump a la presidencia es la manifestación en Estados Unidos de la crisis y decadencia social, económica y política que atraviesa desde hace años el sistema capitalista-imperialista.
Su nuevo gobierno no traerá ningún tipo de mejora para el pueblo trabajador, para las mujeres, la juventud estadounidense ni para los inmigrantes. Nada se puede esperar en beneficio de los pueblos del mundo, para los palestinos, para el pueblo ucraniano y demás pueblos explotados y oprimidos del mundo.
Será un gobierno que se apoyará en las grandes transnacionales, como ya se evidenció en el acto de juramentación, con la presencia de los CEO de varias empresas tecnológicas. Trump continuará la explotación del pueblo trabajador norteamericano y la expoliación de los pueblos del mundo. Estados Unidos seguirá siendo el gendarme del mundo, expresado en el eufemismo de “la paz a través de la fuerza”, que refleja su peligroso carácter fascistoide y agresivo, que no podemos minimizar y al cual debemos enfrentar, y que además puede envalentonar a otros lideres y gobernantes de la extrema derecha en el mundo.
Desde la Unidad Internacional de Trabajadoras y Trabajadores-Cuarta Internacional (UIT-CI), seguiremos llamando a la clase trabajadora, a la juventud, a las mujeres, a las disidencias y a los sectores populares de los Estados Unidos a movilizarse por sus reivindicaciones. En ese sentido es importante destacar las grandes marchas y concentraciones que se realizaron en todo Estados Unidos, el día antes de la toma de posesión de Trump. Miles marcharon en New York, Washington y otras 350 ciudades reiterando sus demandas por los derechos y libertades de las mujeres, en defensa de los inmigrantes, por la diversidad sexual, en apoyo al pueblo palestino, entre otros reclamos. Se manifestó así la disposición del pueblo estadounidense de enfrentar en las calles al ultraderechista Donald Trump. Como dijo uno de los manifestantes en la capital norteamericana: “No nos vamos a quedar quietos mientras los multimillonarios se enriquecen aún más y otros padecen hambre en las calles”.