Por Miguel Ángel Hernández, dirigente del PSL de Venezuela y de la UIT-CI
10/04/2025. Miles marcharon en las principales ciudades de Estados Unidos el pasado sábado 5 de abril contra la “motosierra” de Trump y su plan de ajuste y recortes del gasto público federal que ha ocasionado unos 121.361 despidos, de trabajadores de agencias federales, según un recuento hecho por CNN hasta finales de marzo. Las protestas se reprodujeron también en Canadá y México, y ciudades europeas como París, Londres, Lisboa, Berlin y Frankfurt.
Más de 1.200 manifestaciones con la consigna «Hands Off» (Manos Fuera), se llevaron a cabo en los 50 estados del país. Catalogadas como las más importantes desde el ascenso al poder de Trump, fueron convocadas por una coalición de unas 150 organizaciones de derechos civiles, sindicatos, como la Federación Nacional de Empleados Federales (NFFE) y la Federación Estadounidense de Empleados Gubernamentales (AFGE), el Sindicato Internacional de Empleados de Servicios, que representa a unos dos millones de empleados, organizaciones ecologistas como Greenpeace, defensores de derechos LGBTQ+, entre ellos Human Rights Campaign, el mayor grupo de defensa de las minorías sexuales en Estados Unidos, veteranos, activistas electorales, organizaciones propalestinas, y muchas otras.
Hubo marchas y concentraciones masivas en New York y Washington, y en otras importantes ciudades como Los Angeles, Detroit, Houston, Boston, y en estados como Florida y Colorado. Los manifestantes se concentraron en edificios federales, oficinas del Congreso, sedes de la seguridad social, en parques y ayuntamientos de todo el país.
En Los Ángeles, los manifestantes corearon consignas como “Poder para el pueblo”, y “Manos fuera de la educación”, en clara referencia a la orden ejecutiva de Trump (decreto) de cerrar la secretaría de Educación del país. En un estado donde los sindicatos docentes han realizado recientemente importantes huelgas por salario y otros reclamos laborales.
En Boston, capital del estado de Massachusetts, miles de personas se reunieron en el Boston Common con carteles que decían “Manos fuera de nuestra democracia”, “Manos fuera de nuestro Seguro Social” y “La diversidad, equidad e inclusión hacen fuerte a Estados Unidos. ¡Manos fuera!”.
También hubo protestas en Europa
En París, unas 200 personas, principalmente estadounidenses, se reunieron en la Place de la République para denunciar la política de Donald Trump con los lemas «Resistir al tirano», «Salvar la democracia» o incluso «Feministas por la libertad y contra el fascismo».
En Berlín, cientos de personas se manifestaron frente a un concesionario Tesla, empresa de Elon Musk. También se llevaron a cabo manifestaciones en Lisboa y Londres, en esta última ciudad varios cientos de personas se reunieron en Trafalgar Square gritando consignas como: “Manos fuera de Canadá”, “Manos fuera de Groenlandia” y “Manos fuera de Ucrania”.
El pueblo trabajador de EE.UU. contra el ajuste de Trump
Los objetivos centrales de las protestas fueron rechazar los despidos masivos en agencias federales; las racistas y xenófobas políticas migratorias del ultraderechista Donald Trump, deportando a cientos de inmigrantes en el marco de un discurso discriminatorio, que ha sido utilizado como retaliación política contra activistas propalestinos, como el caso emblemático de Mahmoud Khalil, activista de las protestas el año pasado en la Universidad de Columbia, quien actualmente se encuentra detenido a pesar de tener residencia, y a la espera de una decisión judicial sobre su eventual deportación.
Las protestas también son contra la “guerra comercial” desatada por Trump con la aplicación de aranceles a la mayoría de los países; contra el cierre de oficinas que se ocupan de la seguridad social, y las amenazas que se ciernen sobre Medicare y Medicaid; contra la reducción de las protecciones para las personas transgénero, entre muchos otros reclamos.
Elon Musk fue uno de los blancos principales de los manifestantes el pasado sábado en las movilizaciones. Se trata del hombre más rico del mundo, para el cual Trump creó el cargo de jefe de una nueva dependencia federal denominada Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE, por sus siglas en inglés), a través de la cual este milmillonario, alejado completamente de las necesidades e intereses de los trabajadores, se ha dedicado a cerrar oficinas públicas despidiendo a miles de trabajadoras y trabajadores con el supuesto objetivo de ahorrar 2 billones de dólares al gobierno.
Las manifestaciones no son un fenómeno aislado, sino que se inscriben en un contexto más amplio de descontento social que ha ido creciendo en los últimos años, expresado en múltiples huelgas y conflicto de trabajadores, en sectores como el docente, portuarios, empresas automovilísticas, industria del cine, que involucró a actores y guionistas.
Este proceso de luchas y conflictos de trabajadores ha intensificado la polarización social, ante el peligro que representa para los derechos sociales y las libertades democráticas, la agresiva política antiobrera y antipopular de Trump, quien desde que asumió la presidencia de Estados Unidos, ha gobernado a través de órdenes ejecutivas (decretos), sin contar con el parlamento, y en permanente conflicto con el sistema judicial, atacando abiertamente los derechos sociales, de salud, migratorios; así como contra mujeres y minorías sexuales.
La polarización política y social, exacerbada por la gestión de Trump, es una especie de revulsivo que puede seguir incrementando la movilización social, involucrando eventualmente a cada vez más personas, que ganan conciencia del peligro que representa que en el gobierno de la principal potencia imperialista se encuentre un ultraderechista, racista y misógino como Trump.
Desde la Unidad Internacional de Trabajadoras y Trabajadores-Cuarta Internacional (UIT-CI), decimos que es necesario darle continuidad a las movilizaciones en Estados Unidos y en todo el mundo contra el ultraderechista Trump y sus políticas antiobreras y antipopulares. Seguir impulsando la organización y la lucha hasta frenar el ajuste con el cual se pretenden liquidar las conquistas sociales del pueblo estadounidense.