Por: Corriente Socialista de los Trabajadores-PSOL
El día 24/01, el ex presidente Lula fue condenado en segunda instancia por los jueces del TRF de la 4ª Región. La pena es de 12 años y 1 mes por los delitos de corrupción y lavado de dinero. Lula, pre candidato a la presidencia de la República por el PT, permanecerá en libertad y va a apelar la sentencia llevando el caso a los tribunales superiores (STJ, TSE y STF). El PT y el Frente Brasil Popular, que gobernaron durante 13 años el país, afirman que estamos viviendo un golpe, la restricción de la democracia y que Lula tiene que ser absuelto a toda costa.
Nosotros discrepamos totalmente de esa tesis. El ex presidente y su partido llegaron a esta situación porque se convirtieron en un instrumento de la clase dominante, gobernando al servicio de los banqueros, contratistas y del agronegocio. Lula y Dilma, junto con el industrial José Alencar y con el ex presidente de la Cámara Michel Temer, aplicaron medidas contra los trabajadores y el pueblo: reformas neoliberales como la jubilatoria, construcción de Belo Monte, pactos con Feliciano y los fundamentalistas contra la agenda feminista y LGBT, nominación de Joaquim Levy, Medidas Provisorias 664 y 665 restringiendo derechos laborales y previsionales, el Programa de Protección del Empleo que recortó salarios de los metalúrgicos, el pago de miles de millones al sistema financiero, rondas de privatización del petróleo, etc. E impusieron medidas que restringen las libertades democráticas: fuerza de seguridad nacional para reprimir movilizaciones, la judicialización de las huelgas de los empleados federales en el gobierno de Lula, acción de la AGU pidiendo ilegalidad de la huelga de FASUBRA (2011) y descuentos ilegales contra la huelga de estatales (2012) en el gobierno de Dilma, así como la ley antiterrorista y la contrarreforma política en sociedad con Eduardo Cunha. Los otros atentados fueron la ocupación militar de la Maré y la militarización de Río de Janeiro para la Copa de la FIFA, utilización del ejército para garantizar la subasta de Libra, además de la represión de los gobiernos federal y estatales del PT, PSDB y PMDB en las jornadas de junio y las manifestaciones de 2014.
Lula y el PT se rindieron a los mecanismos corruptos del sistema
En esa conversión, Lula y el PT pasaron a defender a las instituciones burguesas y a gobernar a través de métodos corruptos igual a Sarney, Collor y FHC. Compraban votos para mantener la «gobernabilidad» junto a las oligarquías. No vacilaron al blindar amigos, como la Medida Provisoria para conceder status de ministros a Henrique Meireles (en la época presidente del Banco Central); al realizar las «operaciones abatidas» en el congreso nacional contra las CPIs (Comisiones Parlamentarias Investigadoras), como la de Petrobras; o desmantelar operaciones policiales, como la Satiagraha (Opportunity) y el Castillo de Arena (contratistas). Entraron en la financiación patronal de las campañas, donde las empresas apoyan a candidatos que después de elegidos benefician a las empresas «donantes». El gran ejemplo fue el escándalo del mensalão, donde el PT utilizó sobornos para aprobar la reforma neoliberal previsional (proyecto de FHC). El otro fue la transformación de Petrobras en un esquema de financiamiento partidario: dinero público inyectado en el cártel de las contratistas que retornaban como aportes de aliados. En ese proceso la cúpula del PT enriqueció, cambió de lado y se degeneró, convirtiéndose en asesores, voceros y lobbistas de las contratistas. No por casualidad Lula poseía amistad con los dueños de la OAS y un «pacto de sangre» con Odebrecht. No es por otro motivo que los dirigentes históricos del PT están en su mayoría condenados o presos por corrupción.
Atrás quedaron los tiempos en que iban presos por luchar contra la dictadura o realizar huelgas obreras. El ex presidente Lula está tan comprometido con los esquemas corruptos que recientemente dio declaraciones contra el «fuera temer», dijo que no revocaría las reformas del actual gobierno del PMDB / PSDB, articula alianzas electorales con el PMDB en innumerables estados, promete una segunda «Carta a los banqueros», además de comandar la desactivación de la huelga general del día 05/12. Todo porque junto con el PMDB y PSDB integra un gran acuerdo nacional para salvar a los corruptos.
Es sintomático que las declaraciones en defensa del derecho de Lula a ser candidato en 2018 incluyan al presidente Michel Temer (PMDB), el ministro de Hacienda Henrique Meireles (PSD) y el ex presidente FHC (PSDB). Por esos y otros motivos entendemos que no podemos defender a Lula. Desgraciadamente en los partidos de izquierda (como la dirección mayoritaria del PSOL y la comisión política del PCB) y en los movimientos sociales (MTST e INTERSINDICAL), primó el apoyo al ex presidente, lo que en nuestra opinión es un error. Lo peor fue cuando los sectores del PSOL o Guillermo Boulos (MTST) convocaron a los actos y se subieron al lanzamiento electoral de Lula. Defendemos que el papel de la izquierda debe ser otro: romper con Lula y el PT y construir un tercer campo para las luchas contra la reforma previsional de Temer y un Frente de izquierda con el PSOL, PCB, PSTU y otras organizaciones para poner en pie una alternativa política.
¡Movilizar exigiendo el castigo a todos los corruptos!
No podemos depositar ninguna confianza en la justicia burguesa que integra el acuerdo que deja impune a Michel Temer y sus ministros, Aécio Neves y José Serra, los presidentes de la Cámara y del Senado, Rodrigo Maia y Eunício Oliveira y ex presidentes, como Sarney y FHC, los jefes de la pandilla del PMDB / PSDB. Basta ver al nuevo jefe de la Policía Federal, que actúa para dejar a Temer y al «diputado de la Mala» libres y sueltos, para tener la certeza de la impunidad que reina en Brasilia. Todos deberían ser condenados por corrupción, perder sus cargos y tener sus bienes confiscados.
La justicia burguesa nunca es imparcial. El juez Sergio Moro y la operación Lava Jato, por ejemplo, colocaron bajo secreto la lista de Odebrecht en 2016, ayudaron a Temer vetando preguntas formuladas por Eduardo Cunha y ahora se compadece con un bandido como Sergio Cabral.
Para que haya un efectivo castigo de todos los corruptos, sin selectividad, hay que ocupar las calles y luchar contra la pérdida de derechos y la reforma previsinal. Batallar por asambleas de las categorías y plenarias unificadas que impongan un plan de lucha contra esa votación que está fijada para febrero y que pueda romper el acuerdo que llevó a la cancelación de las huelgas generales de julio y diciembre. Volver a ganar las calles por Fuera Temer, y todos los corruptos y los involucrados en esquemas ilícitos: PMDB, PSDB, DEM, PT, etc. pues fue la presión popular la que puso en prisión a los caciques del PMDB (Eduardo Cunha y Sergio Cabral).
Ocupar las calles para exigir la divulgación de todos los audios y la apertura de todos los secretos fiscales, bancarios y telefónicos de los involucrados en el Lava Jato, la cárcel y embargo de los bienes de todos los políticos y empresarios corruptos, la estatización de las empresas involucradas en el Lava Jato, como así también la revocación de todas las medidas contra el pueblo, votadas durante la vigencia del mensalão y del lava jato, como la reforma previsional de 2003, las Medidas Provisorias 664 e 665 de 2016, la PEC 55 de 2016, la tercerización y la reforma laboral de Temer.
25/01
Corriente Socialista de los Trabajadores – Tendencia del PSOL