Por: Partido Socialismo y Libertad
Para el próximo 10 de diciembre están convocadas elecciones municipales. Son las terceras que programa el gobierno en acuerdo con el CNE, desde julio de este año, después de postergarlas arbitrariamente durante todo el año 2016.
Estos comicios se van a producir en momentos en que se abate sobre el pueblo trabajador la más atroz tragedia económica y social de la historia contemporánea del país. Niños se mueren de desnutrición; familias enteras deambulan en las principales ciudades hurgando en la basura para comer algo; miles padecen enfermedades que habían sido erradicadas como la difteria y el paludismo; la hiperinflación destruye los salarios de los trabajadores. Despidos y «suspensiones» en empresas públicas y privadas, son el pan nuestro de cada día.
Mientras tanto el gobierno sigue pagando la deuda externa a costa de reducir drásticamente las importaciones de alimentos y medicinas. Recientemente Tarek El Aissami reconoció, con su cara muy lavada, haber pagado a los buitres imperialistas, 73 mil millones de dólares en 36 meses. Esto lo declaraba mientras iniciaban el proceso de reestructuración de la deuda con los acreedores. Un tácito reconocimiento de que no tienen dinero, pero lo que es aún peor, un mensaje a los mercados de estar dispuestos a seguir pagando aunque eso signifique el hambre para millones de trabajadores y habitantes de los sectores populares.
El gobierno entreguista de Maduro paga la deuda y remata las riquezas del llamado Arco Minero del Orinoco, entre ellas el oro, como se evidencia con el que dejó perder recientemente con el Deutsche Bank, por un valor de 1700 millones de dólares, en una operación de canje.
En este contexto el gobierno se apresta a ejecutar un nuevo fraude electoral, siguiendo el guión instrumentado con la Constituyente y en las elecciones de gobernadores. Maduro intenta distraer la atención del pueblo de sus principales problemas, con unos comicios que no despiertan ningún interés en la mayoría de la gente.
En la calle, en las empresas y comunidades, la preocupación fundamental del pueblo trabajador es la terrible situación social que vivimos. Todos vemos con angustia que se aproximan las fiestas decembrinas y no contamos con los recursos para la comida, para las hallacas o para «el niño Jesús» de nuestros hijos. Es evidente que las tensiones sociales se están agudizando. Y el gobierno lo sabe. Esta situación ya no se aguanta más. La posibilidad de un estallido social aumenta cada día con el deterioro de nuestro nivel de vida.
Maduro tomó la decisión dictatorial de mantenerse en el poder contra viento y marea, aplicando un brutal ajuste económico, a pesar de que es repudiado por la mayoría del pueblo venezolano. Para ello, reprime y persigue a los que disienten, ahora imponiendo la «ley contra el odio», aprobada por la ANC. Además, mantiene a más de 300 personas detenidas por protestar y despoja de la inmunidad parlamentaria a diputados opositores, incluso proscribe a candidatos del propio chavismo, como Oswaldo Rivero (cabeza e´ mango) y Eduardo Samán, a pesar de que este último se reivindica chavista y madurista.
A Maduro, a Diosdado y a la ANC fraudulenta, no les interesa el sufrimiento del pueblo trabajador, que carece de agua; sufre los embates de la crisis eléctrica; tiene que lidiar con un transporte colapsado; hace largas colas en los cajeros para sacar unas migajas que no alcanzan para absolutamente nada; ve como su salario se vuelve sal y agua ante el avance arrollador de la peor inflación conocida por nuestro pueblo en toda su historia.
El Partido Socialismo y Libertad llama a los trabajadores y el pueblo venezolano a no dejarse engatusar por este gobierno hambreador y represivo. A no convalidar un nuevo fraude. Llamamos a abstenernos y retomar la movilización en la calle contra el gobierno de Maduro y su brutal paquetazo de ajuste.
Ninguno de los candidatos nos representa, ni darán respuestas a las urgentes necesidades que tenemos. La imagen de Cocchiola y Lacava abrazándose pone en evidencia que son caimanes del pozo.
En el seno del gobierno y del chavismo en general, la disputa es a cuchillos. La torta se redujo y ahora ya no hay negocios para todos. Por eso vemos en todos los municipios, 5, 6 y hasta 7 candidatos de los distintos partidos del Polo Patriótico. Mientras que la MUD formalmente dice que se abstiene, pero es mentira, muchos de sus dirigentes se postulan por debajo de cuerda.
Ninguno de los candidatos habla de los problemas fundamentales del pueblo. Ni siquiera mencionan al gobierno de Maduro, el principal causante de todas nuestras calamidades. Intentan generar ilusiones en la gestión local. En que es posible «transformar» Caracas, Valencia o alguna otra ciudad. Engañan a la gente haciendo creer que es posible mejorar la vida en un municipio aunque se mantenga el hambreador y represivo gobierno de Maduro. Cuando la realidad es que de ganar cualquiera de los candidatos ligados a la MUD o los disidentes del chavismo, el gobierno les colocaría una alcaldía paralela, le quitarían los recursos, y hasta los meterían presos si no se arrodillan y juramentan ante la ANC fraudulenta.
El PSL defiende el derecho a elecciones libres, democráticas y transparentes, pero en el contexto actual de represión y restricción a las libertades democráticas, las elecciones sólo son un recurso del gobierno para mantenerse en el poder a través del fraude e intentar legitimarse internacionalmente. Nuestro partido plantea que sólo lograremos elecciones libres mediante la movilización obrera y popular. Sólo saliendo a la calle a protestar podremos derrotar al gobierno de Maduro y su paquete de ajuste.
Es necesario retomar la movilización del pueblo trabajador. ¡Esta situación es inaguantable! Debemos organizarnos desde abajo en las comunidades populares. Tal como lo vienen haciendo los universitarios y las comunidades en Maracay, los trabajadores del aluminio en Guayana, los de Euromax en San Diego, o los que se manifestaron en días pasados en Caracas ante el Ministerio del Trabajo, y muchos otros.
¡Ya basta de hambre! ¡Ya basta de pésimos servicios! ¡Ya basta de destrucción de nuestros salarios! Hay que volver a las calles contra el ajuste brutal que aplica el gobierno recortando las importaciones de alimentos y medicinas para pagar una deuda externa ilegal e ilegítima.
Sólo movilizados podremos construir una alternativa política de los trabajadores y los sectores populares e imponer un Plan Económico y Social Alternativo que parta del no pago de la deuda externa; la nacionalización del 100% de la industria petrolera; la confiscación de las propiedades de la boliburguesía y los empresarios de maletín que sobrefacturaron importaciones; reforma agraria y entrega de tierras a campesinos pobres; aumento general de salarios y escala móvil de salarios; contra las restricciones a las libertades democráticas; por la libertad de los presos por luchar y por elecciones libres y democráticas.