13/04/2012
Por La Protesta (Bolivia)
García Linera y Evo Morales, declararon ilegal la huelga de salud
En medio del paro de salud, vicepresidente de Bolivia justifica jornadas de trabajo de 14 horas y represión a huelgas
En medio del paro de salud, el gobierno boliviano salió a calificarla de «huelga criminal». Esto pese a que los médicos y trabajadores de salud cumplen con guardias por casos de urgencia. Pero García Linera va mucho más lejos y en recientes declaraciones afirma que habría que trabajar de 10 a 14 horas para enriquecer al país.
Afirmación tan antiobrera y reaccionaria que no se animaron a hacer ni siquiera los anteriores gobernantes y políticos neoliberales.
Lo que está en juego en la huelga de 30.000 trabajadores de salud pública y Cajas de salud (Cajas de atención de salud construidas por ley con aporte de los trabajadores), es la jornada laboral. En Bolivia desde hace 41 años los médicos y personal de salud tienen una jornada laboral de 6 horas, teniendo en cuenta que es un trabajo estresante, con riesgos para la salud y que requiere máxima atención. Pero, en el caso Boliviano, esta concesión resuelta por la dictadura de Banzer en 1971, es a cambio de no incluirlos en la ley de trabajo, esto es que no tiene pago especial de horas nocturnas, ni feriados, tampoco indemnización por despido. Sólo una parte menor de los trabajadores en huelga sí están en la ley de trabajo, que son los de las Cajas de salud. Pero no la masa mayor que trabaja en hospitales públicos y centros de salud. Que, cabe aclarar, no son gratuitos, sino que los pacientes deben pagar por la atención médica y hospitalaria.
El gobierno de Evo Morales sacó un decreto 1126 diciendo que deben trabajar 8 horas en vez de 6, sin ningún pago adicional por las dos horas de diferencia, ni tampoco son incluidos en la ley de trabajo los que no lo están. Estos trabajadores afirmaron que trabajarían 8 horas si les aumentaran el salario y los incluyeran en la ley general del trabajo.
Este fue el motivo del lanzamiento de la huelga por tiempo indefinido que ya lleva dos semanas. Lejos de intentar algún acuerdo el gobierno declaró ilegal la huelga y el ministro de interior que era «criminal», amenazando con procesos penales contra los huelguistas. El 12 de abril, el vicepresidente Alvaro García Linera afirmó en conferencia de prensa que «en cualquier parte del mundo lo que no debe parar es agua, luz, salud y educación». De esta forma abre las puertas a declarar ilegales todas las huelgas de trabajadores de electricidad, maestros, salud o de agua. Pero García Linera que muchas veces fue considerado un «teórico marxista», se autocalificó de «antiimperialista» y hasta de «bolchevique», agregó que: «ningún país en el mundo salió adelante en base al ocio, sino en base al trabajo, por eso «hay que trabajar y trabajar 8, 12, 14 horas si queremos un país fuerte y salir de la pobreza» (La Opinión, 12/4). Manifestó también que «un fabril o gremial trabaja más de 10 y 14 horas al día» (La Razón, 12/4).
Además de la repudiable intención de proscribir las huelgas en servicios públicos, vale la pena detenerse en las implicancias de estas afirmaciones de García Linera.
1) Por un lado adhirió a la teoría capitalista según la cual los ricos son ricos porque trabajan mucho. Esta teoría además de haber sido demostrada como totalmente falsa por Carlos Marx, está trágicamente desmentida por la evidencia histórica y especialmente en la historia de la actual Bolivia. Bolivia no es pobre por «trabajar» poco, Bolivia es riquísima en bienes naturales, pero saqueada, y su población fue explotada durante siglos. Los 8 millones de indígenas originarios que murieron trabajando hasta la extenuación en los socavones del cerro rico de Potosí durante la colonización española, no se hicieron ricos ni ellos ni sus hijos, ni su país, pero sí hicieron ricos a miles de colonialistas españoles y e Europa con la plata del Potosí.
El ejemplo moderno que aparentemente podría darle la razón a García Linera es China: con jornadas de trabajo de 10 a 14 horas, como le gusta a García Linera, China tiene fama de país rico y pujante. Pero la realidad es que los 200 millones de trabajadores que soportan esas condiciones de trabajo ganan miseria y no salen de ser miserables. Que los que se enriquecen son una elite de nuevos multimillonarios chinos (muchos de ellos también dirigentes del Estado y del partido «comunista») y sobre todo las transnacionales yanquis y europeas. Además de la pobreza de la mayoría de su población, China sufre la mayor contaminación ambiental del planeta. Es decir se confirmó la teoría marxista de que el capitalismo expropia a los trabajadores el fruto de su trabajo (plusvalía) dándoles a cambio sólo un miserable salario para que no mueran de hambre (que en el caso de Bolivia es el más bajo de Latinoamérica).
2) García Linera al decir que los países que más se enriquecieron fueron los que «más trabajaron» miente y niega sus anteriores teorías antiimperialista. Los países que más se enriquecieron en el mundo Europa y Estados Unidos, lo hicieron en base al mecanismo imperialista, capitalismo convertido en economía mundial, que explota a los países pobres con el saqueo de sus materias primas y mano de obra barata, el saqueo del Potosí y las riquezas de América, Asia y Africa que continúa, el asesinato o secuestro y explotación en esclavitud de millones de africanos.
3) García Linera es vicepresidente de Bolivia hace 6 años y dice sin sonrojarse que «un fabril o gremial (pequeño comerciante) trabaja más de 10 y 14 horas al día». Cabe destacar que si un trabajador de fábrica trabaja de 10 a 14 horas para un patrón, esto lo hace porque está obligado por la posibilidad de que lo despidan y porque en Bolivia el gobierno cuyo vicepresidente en García Linera no hace cumplir las leyes laborales. El pequeño comerciante individual no está sujeto a esas leyes. Pero su extenuante jornada sólo se explica por la miseria general, la pobreza de la sus clientes, y la enorme competencia de otros miles de gremiales (pequeños comerciantes) en las calles, producto de la desocupación masiva, que hace que no haya otros trabajos y que sólo trabajando esa cantidad de horas en el comercio se pueda redondear un ingreso suficiente. En ambos casos, pero peor aún respecto al fabril, es vergonzoso que el vicepresidente de Bolivia afirme como si fuese normal y hasta admirable, que un trabajador trabaje de 10 a 14 horas, sin tiempo para su familia ni ocio, violando así hasta las leyes laborales de Bolivia. Y esto además en un país adonde hay poquísimos trabajos formales sin que el gobierno haga nada por ponerle remedio a este desastre económico social. Gran parte de los trabajadores fabriles no están sindicalizados y son efectivamente, como reconoce el vicepresidente, sujetos a jornadas de trabajo de hasta 14 horas, y a cambio reciben un salario miserable.
En el siglo diecinueve los mártires de Chicago murieron para lograr la jornada laboral máxima de 8 horas, hoy el capitalismo pretende negarla. Y García Linera es un simple vocero de este capitalismo global que se vale hasta de ex izquierdistas para imponer su explotación despiadada.