Por Priscilla Vásquez, dirigenta de Propuesta Socialista, sección de la UIT-CI en Panamá
16/9/2025. Desde principios de año el pueblo trabajador panameño se movilizó masivamente contra el ajuste del gobierno reaccionario y represivo de José Raúl Mulino, así como en contra de la descarada injerencia del ultraderechista Donald Trump en los asuntos internos de Panamá. Ahora el gran ascenso obrero y popular en el país del istmo centroamericano entra en una nueva fase.
El 2 de febrero miles se movilizaron contra la visita del secretario de Estado Marco Rubio. La presencia de Rubio en el país se produjo con el trasfondo de las agresivas declaraciones de Trump, quien desde antes de ascender al poder, en plena campaña electoral, había manifestado sus intenciones de tomar el control del canal de Panamá, incluso si era necesario por la fuerza.
Mientras que el presidente José Raúl Mulino se mostraba dispuesto a satisfacer las exigencias del imperialismo norteamericano y sumisamente anunció que Panamá no renovaría su participación en la Iniciativa de la Franja y la Ruta de la Seda promovida por China.
La movilización del pueblo trabajador panameño dio un nuevo salto a raíz de la aprobación en la Asamblea de Diputados del proyecto de ley 163, privatizando la Caja de Seguro Social a mediados de marzo. Entre el 15 y el 29 de marzo se realizaron sendos encuentros de dirigentes y dirigentas sindicales, políticos y sociales, convocados por la Alianza Pueblo Unido por la Vida en los que se aprobó profundizar la lucha alrededor de un plan que incluía la pelea por la derogatoria de la ley 462, como había pasado a llamarse el instrumento que privatiza la Caja de Seguro Social; la defensa de la soberanía nacional y del canal; rechazo al intento del presidente Mulino de reabrir la mina de cobre, cerrada en el año 2023 por la Corte Suprema de Justicia; el rechazo a la construcción del embalse de río Indio y contra la brutal represión desatada por el gobierno de Mulino contra los manifestantes. También se aprobó convocar una huelga general de advertencia al gobierno.
En el marco de la visita del secretario de Defensa Pete Hegseth, en el mes de abril, el gobierno panameño suscribió con el de los Estados Unidos un memorándum de entendimiento en el cual se otorgaba paso preferencial a las embarcaciones del imperialismo norteamericano por el canal y se autorizaba la presencia de tropas, naves y aeronaves del ejército de los Estados Unidos en las antiguas bases militares que aún siguen estando presentes en el país, y que datan de la presencia imperialista en la zona del canal.
El 24 de abril se produjo una gran jornada nacional de movilización que reunió a miles de trabajadores, campesinos, jóvenes, mujeres y pueblos originarios en las calles de las principales ciudades y localidades de Panamá. La acción fue encabezada por los sindicatos docentes que habían decretado una huelga indefinida el día anterior. Previamente, el Suntracs (sindicato de la construcción) y los bananeros de Bocas del Toro habían aprobado sumarse a la huelga de los docentes a partir del 28 de ese mes. Desde ese momento la lucha del pueblo panameño se intensificó adquiriendo un carácter masivo.
El gobierno empresarial de Mulino desata la represión
En ese contexto, el gobierno de Mulino desató una feroz represión particularmente violenta en Bocas del Toro contra los bananeros. A pesar de firmarse un acuerdo entre la transnacional Chuquita Brands y el sindicato, la movilización de los trabajadores con el apoyo de las comunidades y pueblos originarios continuó, lo que ocasionó el ensañamiento del gobierno contra los manifestantes. La transnacional despidió a más de 5.000 trabajadores y la policía detuvo a Francisco Smith y Gilberto Guerra, secretario general y subsecretario general del sindicato.
Por su parte, Mulino ordenó la judicialización de los dirigentes del Suntracs. Detuvo a Jaime Caballero y Genaro López, giró orden de detención contra Erasmo Cerrud. Mientras que la persecución llevó al secretario general Saúl Méndez a asilarse en la embajada de Bolivia. Asimismo, suspendió los salarios a las y los docentes en huelga y dejó fuera del sistema a casi trescientos docentes.
Se abre una nueva etapa en la lucha
A pesar de las pretensiones del gobierno empresarial de Mulino y del imperialismo yanqui de aplastar mediante la brutal represión al movimiento de masas, la clase trabajadora y el pueblo humilde, aunque está debilitado, siguen resistiendo.
La feroz represión gubernamental y varios meses de movilización en las calles desgastaron el empuje inicial de los trabajadores y los sectores populares en lucha. Por su parte, el gobierno salió fuertemente debilitado del enfrentamiento con el movimiento obrero y popular.
La lucha entra ahora en una nueva fase. La pelea sigue abierta y se expresa en la resistencia de los estudiantes de secundaria que exigen la presencia en los colegios de sus profesores, a los que el gobierno intenta negarles el acceso a las instituciones educativas; continúa la pelea contra el embalse de Río Indio y la presencia de tropas norteamericanas, se inician piqueteos frente a la Asamblea de Diputados exigiendo la derogatoria de la ley 462 y se organizan acciones de solidaridad interna con los sectores en lucha.
Por un plan de emergencia obrero y popular
La disposición de lucha del pueblo trabajador panameño sigue vigente. Desde Propuesta Socialista creemos que es fundamental retomar la lucha para imponer un plan obrero y popular para que a la crisis la paguen los capitalistas y no los trabajadores, las trabajadoras y los pueblos.
Ese plan debe partir de eliminar toda represión y persecución a los y las que luchan y por la defensa de las libertades democráticas; anulación de todo tratado, memorándum o acuerdo con el imperialismo que lesione la soberanía. Por la recuperación y estatización inmediata de los puertos de Cristóbal y Balboa, la anulación de las concesiones de la energía eléctrica, telefonía y el transporte. Mantener los aeropuertos bajo la administración del Estado y no darlos en concesión, como negocia Mulino, a espaldas del pueblo, a compañías francesas.
Desconocer y no pagar la ilegítima y fraudulenta deuda externa con el FMI, anular todas las exoneraciones impositivas a los grandes capitalistas, nacionalizar la banca y el comercio exterior e impulsar una reforma impositiva para que paguen más los que más tienen.
Un plan de obras públicas que garantice empleos productivos y agua potable para toda la población panameña. Un plan de construcción de viviendas populares; reparación y construcción masiva de vías públicas y de hospitales.
Aumento del presupuesto para la salud y la educación, aumento de salarios para todas las trabajadoras y trabajadores, inyección económica urgente a la Caja de Seguro Social fortaleciendo un sistema solidario que proteja a la clase trabajadora y a los sectores más vulnerables.
La organización, movilización y lucha por un gobierno de los y las trabajadoras los hará realidad.