Por Prensa UIT-CI
El autor, que fue galardonado con el máximo premio de la literatura árabe, fue liberado e enviado a Egipto como parte del acuerdo de los intercambios pactados en Egipto. Por su interés, Reproducimos reportaje en La Nación, de Argentina.
15 de octubre de 2025, Elisabetta Piqué, corresponsal en Italia
Basim Khandaqji es un escritor que ganó el año último el International Prize for Arabic Fiction, el reconocimiento más prestigioso para la literatura en lengua árabes por su novela A mask, the colour of the sky (Una máscara, el color del cielo), libro que fue traducido a diversos idiomas. Además, es uno de los 250 palestinos con condena perpetua que fue liberado el lunes pasado de una cárcel israelí, como parte del canje por rehenes estipulado en el acuerdo impulsado por Donald Trump.
Nacido en 1983 en Nablus -Cisjordania ocupada-, a los 22 años y en plena Segunda Intifada, fue condenado a tres cadenas perpetuas por un atentado suicida de noviembre de 2004 en un mercado de esta ciudad, en el que murieron tres personas.
Según las Fuerzas del Ejército Israelí, Khandaqji, que era un estudiante universitario en ese momento, facilitó la entrada del terrorista suicida a esta ciudad. Mientras que para el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, fue juzgado “indebidamente”.
El lunes, después de 21 años tras las rejas, durante los cuales se convirtió en poeta y escritor (logró publicar gracias a su hermano que lo visitaba), fue deportado a Egipto, donde al momento, aún conmocionado, se encuentra en un hotel.
En una entrevista telefónica con LA NACION, al margen de expresar su indescriptible felicidad y sus sentimientos encontrados, no ocultó su escepticismo ante una posible resolución del conflicto palestino-israelí: “No creo en este plan de paz, pero al menos logró detener el genocidio en Gaza”, dijo.
-Primero de todo, ¿cómo está?
-Estoy bien. Ahora estoy en tierra de gente libre e intento entender qué pasó conmigo después de 21 años en prisión. Intento entender eso y lo lograré, creo.
-¿Ahora que ya está afuera de Israel, en libertad, qué planes tiene?
-Hay muchos planes en mi cabeza. Hay un texto que escribiré sobre un amigo que estaba en prisión. Escribiré una novela sobre él cuando me sienta descansado. Quizás dentro de un mes empiece a escribir esta novela. Escribí esa novela en mi mente, en prisión. En los últimos dos años no pude escribir, los carceleros israelíes nos quitaron todos los bolígrafos, los papeles, los cuadernos y los libros. Así que intenté escribir una novela en mi mente y creo que lo logré. Me centraré en esa novela sobre las relaciones entre palestinos e israelíes.
-¿Qué fue lo primero que hizo cuando llegó a Egipto? ¿Comió algo especial? ¿Pudo abrazar a alguien?
-Lamentablemente los israelíes, los ocupantes, se negaron a dejar pasar a mi familia a Egipto desde Cisjordania. Aquí estoy, en el hotel, en la hospitalidad del país egipcio. Por ahora no sé qué va a pasar conmigo, a dónde voy, dónde me voy a quedar. Estoy esperando ver a mi familia y tratar de entender, de pensar todo lo que hay detrás, alrededor mío y por delante…
-¿Podría describir cómo fueron estos 21 años en prisión?
-Lo que puedo describir es el momento en el cual, después de 21 años encerrado, me anunciaron que iba a ser un hombre libre… Hasta ahora no sé cómo describir eso… Pero puedo decir que son sentimientos encontrados: felicidad, pero también tristeza porque dejé a compañeros y amigos en prisión. Desafortunadamente, este acuerdo de intercambio no incluyó a todos los prisioneros en las cárceles israelíes.
-¿Cómo fue tratado allí?
-Cuando nos sacaron de prisión nos golpearon, cuando nos llevaron al punto de entrega en la frontera, nos golpearon. Me golpearon en el pecho y es muy doloroso, pero lo que duele es la libertad. Es el dolor de la libertad.
-Algo que siempre tuvo libertad fue su voz, ya que miles de personas leyeron su libro. ¿Qué importancia tuvo para usted saber que su voz era escuchada, que había tanta gente escuchando lo que tenía que decir desde la prisión?
-Sí, eso significó mucho para mí. Eso significa que soy el gran ganador, me siento ganador ahora porque mi escritura no trata sólo de derechos, es un acto de libertad, es un acto de desafío, es un acto de existencia. Y cuando escuché que me estaban traduciendo a muchos idiomas del mundo, eso me hizo sentir más orgulloso de mí mismo. Eso me hizo pensar más en cómo puedo desafiar esta ocupación. Entonces es muy importante escuchar eso, eso me anima mucho.
-¿Qué piensa que va a pasar ahora? ¿Qué piensa del plan de paz de Donald Trump?
-No sé si realmente es un plan de paz. Me preguntaron ayer sobre ese plan de paz, pero no veo que este sea un verdadero plan de paz porque necesita la voluntad del pueblo. Si hay una voluntad común entre israelíes y palestinos de decir que está bien, creo que sería parte del acuerdo del siglo. Pero es la visión de Trump. Y nosotros, como pueblo palestino, no podemos confiar en esta persona, que es impredecible y tenemos otra visión. Lo que al final resulta de este plan es que estamos en un estado entre el Mediterráneo y el río Jordán, con dos regímenes: el primero afirma que es la única democracia en Medio Oriente, encabezado por Israel. Y el segundo es un régimen de apartheid, de ocupación, liderado por Israel en Cisjordania, Jerusalén Este y la Franja de Gaza… Así que no creo en este plan de paz. Sin embargo, estoy muy feliz de que el baño de sangre en Gaza haya terminado y que mi pueblo allí pueda sentirse un poco mejor ahora, después de este genocidio que comenzó desde el cielo, la tierra y el mar. Insisto, no creo en este plan de paz, pero al menos logró detener el genocidio en Gaza…
-Cuando estaba en prisión, ¿le llegaban las noticias de lo que estaba pasando afuera?
-Me enteraba por los nuevos prisioneros que iban llegando o por mi abogado. Pero después de que gané el premio literario, me pusieron en aislamiento total, me golpearon y amenazaron…
-Después de 21 años en prisión, cuando le hablan de proceso de paz, de coexistencia entre los dos pueblos, de solución de dos Estados, ¿usted qué piensa? ¿Cree que pueden darse las condiciones?
– Mire, hoy estoy hablando de una nueva visión, de una nueva referencia ética entre los dos pueblos. Esta referencia ética o esta asamblea comienza de los comentarios entre los palestinos y todo aquel que es antirracista, antiocupación, antisionista. Hay muchos judíos en todo el mundo que creen en esto y creo que con ellos podemos hacer algo juntos. Pero ahora mismo no hay canales que podamos abrir con los sionistas o con los israelíes que no creen en la existencia del pueblo palestino. Y en cuanto a la solución de dos Estados, no creo que esta visión sea adecuada para la actualidad porque hoy en día hay más de un millón de colonos en Cisjordania: los colonos se apoderan de todas las tierras más importantes de Cisjordania y de Jerusalén Este. Entonces, ¿dónde está este Estado palestino de la frontera de 1967? ¿Dónde está entonces la visión?
-¿Y entonces cuál sería la solución?
-La solución de un solo Estado y de democracia para todos.
-Las Naciones Unidas dijeron que su juicio no fue justo. Israel lo condenó a 21 años de prisión por terrorismo. ¿Qué puede decir al respecto?
-Después del año 2000 hubo una enorme agresión contra el pueblo palestino y yo era un joven que en ese momento había decidido luchar contra la ocupación ilegal, que pensaba que esa era la única manera. Hoy he cambiado, hay otra cosa que podemos hacer y creo que hay otro tipo de resistencia.
Por Elisabetta Piqué