Por ARPT, sección de la UIT-CI en Bolivia
23/12/2025. El gobierno de Paz ha lanzado un paquetazo cuyo golpe más inmediato es el gasolinazo. Sin embargo, esta medida es solo la punta de lanza de una política global contra el pueblo trabajador, diseñada para beneficiar a grandes empresarios y transnacionales para que profundicen el saqueo del país.
El gasolinazo no es inevitable. La subvención no es el problema, el saqueo es el problema.
Después de años en que la oligarquía viene insistiendo en la necesidad del gasolinazo, y creando desde sus medios de comunicación el mito de la inevitabilidad del mismo. Evo Morales también es parte de esto, pues no solo intentó imponer su gasolinazo el 2010, sino que también insistió en su necesidad. Frente a toda esta campaña, debemos ser categóricos: el gasolinazo no es inevitable, ni siquiera es necesario.
El gobierno de Paz no se cansa en repetir mil veces que “no hay plata”, sin embargo, liberó de impuestos a las grandes fortunas de Bolivia. También mantiene el sueldo vitalicio a los antiguos presidentes e incluso lo incrementa mediante este decreto. Es decir que sí hay plata para los ricos.
El centro de la crisis económica del país no reside en la subvención sino en el saqueo, no es la inversión pública sino la rapacidad privada. Y este despojo supera de lejos, en su perjuicio a nuestra nación, al ocasionado por la deplorable corrupción, pero, además, la corrupción está directamente relacionada al saqueo privado.
En Bolivia tenemos tres áreas de saqueo intensivo. La explotación terrateniente que posee algunas de las mejores tierras de nuestro territorio, utilizadas para producir productos de exportación como soya, carne, aceite, azúcar, arroz. La oligarquía agroindustrial no paga impuestos acordes a su producción, sino que paga como si fuera un pequeño productor campesino. Se beneficia de subsidios, privilegios para importar maquinarias y agrotóxicos, se aprovecha de las leyes incendiarias, es decir, vive del Estado. Y las ganancias que obtiene de exportar no las regresa al país, sino que las deja fuera en paraísos fiscales. Ahí la fuga de capitales que impulsó la crisis del dólar.
Luego se encuentra la minería, en particular del oro, donde, en nombre de “cooperativas”, se camuflan empresas privadas de todo tipo, incluidas transnacionales chinas, norteamericanas, europeas y de países vecinos. Es así que tampoco pagan impuestos (aportan una suma mínima), mientras que extraen una gran riqueza del Bolivia a costa de contaminar nuestros ríos y amenazar la vida de las comunidades cercanas a sus zonas de explotación. Estas empresas no cumplen derechos laborales y se puede encontrar en ellas hasta trabajo infantil. Sus ganancias tampoco regresan a nuestro territorio.
Y el tercer espacio del saqueo son las transnacionales como las de hidrocarburos que no reinvirtieron nada, dejándonos sin gas y llevándose inmensas ganancias a sus metrópolis. También están presentes en minería.
Estos tres sectores fueron ampliamente favorecidos por los 20 años de gobiernos del MAS, al igual que en los anteriores 20 de gobiernos neoliberales e incluso más atrás, en el caso de las transnacionales y la oligarquía terrateniente que fueron ampliamente favorecidas por las dictaduras.
Por lo mismo, la solución para la crisis económica es poner un alto al saqueo del país, expulsar a las transnacionales, nacionalizar toda la minería del oro bajo administración de COMIBOL y una revolución agraria que expropie a los terratenientes para entregar las tierras a los trabajadores campesinos y así garantizar alimentos económicos para todo el pueblo trabajador. De estas medidas se conseguiría el dinero necesario no solo para mantener la subvención, sino para desarrollar nuestra nación.
Un paquetazo para profundizar el saqueo del país.
Pero Paz no solo decretó el gasolinazo, sino que con el D.S. 5503, su gobierno establece políticas para que la oligarquía, el gran empresariado y las transnacionales puedan seguir obteniendo grandes ganancias, mientras el pueblo trabajador paga la crisis pasando hambre.
El decretazo casi duplica el precio de la gasolina y triplica el precio del diésel, lo que conlleva al incremento proporcional de todos los precios, y en particular de los productos esenciales de la canasta familiar. Pero, además, la medida dictamina la libre exportación, lo que significa aún más escasez como se evidenció con la carne: mientras los empresarios más exportan, menos producto hay en el país, y más elevados son los precios. Es de hecho un decretazo que busca ganancias empresariales a costa del hambre del pueblo.
También, impone una serie de medidas y garantías para facilitar la aprobación del ingreso de transnacionales al territorio nacional, y blindar “la inversión privada” nacional o extranjera, que implica en los hechos que abrirán las puertas al saqueo de nuestros recursos naturales. Además de que vulnera la soberanía nacional al contraer compromisos que no podremos romper y que en el futuro con seguridad someterán al país a tribunales internacionales. Y, por si fuera poco, establece mecanismos para facilitar los trámites de endeudamiento del Estado. También prohíbe el financiamiento del Banco Central a las empresas estatales, apuntando a su quiebre y posterior privatización. Todo un paquetazo vendepatria.
Esta medida de Paz avanza en el proceso de devaluación, simplificando los mecanismos para que sea el gobierno directamente quien pueda modificar la cotización oficial del dólar.
Por otro lado, vulnera derechos laborales y sindicales al decretar la libre negociación salarial entre la empresa privada y los trabajadores, pasando por alto el rol sindical y el deber del estado de velar por los trabajadores del país.
Así Paz, junto al gasolinazo, mete de contrabando todo un paquete vendepatria y hambreador.
Por el triunfo de la Huelga General de la COB para derrotar el paquetazo de Paz.
Frente a esto, es necesaria la más amplia unidad en la lucha de todas las organizaciones sociales. La COB correctamente declaró la Huelga General Indefinida con bloqueo de caminos, y junto con ella distintos sindicatos, juntas de vecinos, organizaciones campesinas e indígena originarias, estudiantes, entre varias otras, llaman a la movilización.
Desde el Partido de los Trabajadores llamamos a fortalecer la lucha y sostenerla hasta la derrota de la política del gobierno de Paz y del conjunto de la derecha, el imperialismo y la oligarquía que lo apoyan, para lo cual es necesario construir un plan de lucha para derrotar el gasolinazo y todo el paquete hambreador y vendepatria del gobierno, en la perspectiva de establecer un gobierno de los trabajadores.
¡Viva la Huelga General Indefinida!
La Paz, 22 de diciembre de 2025


































