Francia se encuentra convulsionada por la rebelión de los «chalecos amarillos». El sábado pasado hubo cerca de 3.000 manifestaciones, bloqueos y cortes de carreteras y autopistas y se calculan que se movilizaron más de 300.000 personas en distintos puntos del país.
Miles de personas se manifestaron contra el intento del gobierno de Macron de aumentar el combustible, que pasaría de 0,80 a 1,30 euros, lo cual llevaría a un aumento general de precios. Durante toda la semana se mantuvieron barricadas en los peajes, bloqueos a depósitos de combustible, mientras en las redes sociales crece la masificación del reclamo y la convocatoria a una movilización este sábado en Paris.
Los rebeldes, sin dirección ni organización sindical o política reconocida, se identifican con chalecos amarillos, que son de uso obligatorio en las rutas francesas. La mayoría de ellos son de zonas campesinas y ciudades chicas. Es que según un informe de diario Le Mande, los sectores populares han sufrido un deterioro de sus condiciones de vida. En octubre se calculó una inflación de 1,6% y en lo que va del año el sector energético tuvo subas muy importantes: el gas 21%, gasoil de consumo doméstico 30,4%, nafta 14,6%. Pero los aumentos no sólo se encuentran en el sector energético, sino también en la canasta básica dónde por ejemplo, legumbres, mantecas y papas hay aumentado entre el 9 y 11,2%.
El reclamo contra los aumentos de los precios en los combustibles, ha sumado otras reivindicaciones más generales por las condiciones de vida en general, y se denuncia la falta de escuelas, hospitales, servicios públicos y transporte en muchas regiones del país. Reclaman contra el gobierno conservador de Macron por la suba del precio de la nafta y el gasoil, el costo de vida y los impuestos. Incluso en algunos sectores se plantea la salida del gobierno.
Bajo la consigna «Toda Francia a Paris!», crece en las redes sociales la convocatoria a participar de una movilización en la capital francesa. Se espera que miles de personas lleguen desde diversos puntos del país. Es que esta rebelión espontánea ha empalmado contra la bronca más general contra el plan de ajuste del gobierno, que ha anunciado la posibilidad de una represión. Este sábado será una gran pulseada para derrotar en las calles la política de Macron.