Durante todos estos años, el gobierno de Barcelona En comú-Podem en el Ayuntamiento de Barcelona, ha evidenciado estar lejos de ser una opción para hacer de Barcelona una ciudad al servicio y para la clase trabajadora. Los «Ayuntamientos del cambio» no han roto con la lógica de privatización y precariedad y han continuado con una política económica al servicio de los bancos, las empresas y de acatamiento a las órdenes del Estado, la Unión Europea y los organismos financieros internacionales.
El mapa de las externalizaciones en Barcelona es alarmante, pues, según el mismo informe del Ayuntamiento, 250 servicios se encuentran en esta situación, de los cuales el 55% corresponden a servicios que se prestan a la ciudadanía y el 45% a servicios necesarios para el funcionamiento del Ayuntamiento. Todo esto ocupa en total 14.800 trabajadoras y significa más de 582 millones de euros anuales*. Y hay que aclarar que gran parte de las externalizaciones corresponden a derechos sociales. Millones de dineros público que se destinan a empresas e iniciativas privadas, empeoramiento de la calidad del servicio, y precariedad laboral son algunas de las consecuencias de esta política.
Durante todos estos años la vivienda se ha convertido en el principal problema de la ciudad. La burbuja inmobiliaria y la subida exorbitante del precio de alquiler ha ido acompañada de una falta de políticas públicas de vivienda y alquiler social y de una cantidad de desahucios (muchos de los cuales son abiertos, es decir, sin especificar una fecha) que llegan aproximadamente a 40 semanales. Es evidente que no solo el turismo es el culpable de la expulsión de las vecinas de los barrios o de que los fondos de inversión especulen con edificios enteros, y que la falta de políticas públicas allana el camino y reproduce esta situación.
El reciente anuncio de la falsa disolución de los antidisturbios de la Guardia Urbana (UPS), pues, serán incorporados a una nueva unidad UREP (Unidad de Refuerzo de Emergencias y Proximidad) y el aumento de la presencia policial en los barrios es una muestra de que se sigue haciendo frente a la inseguridad con políticas represivas que tan solo empeoran la situación. Pero además, los cuerpos de seguridad del ayuntamiento, han continuado con su racismo institucional, con las redadas a los manteros ,intentando generar un enfrentamiento entre vendedores ambulantes con el pequeño comercio haciendo creer que son responsables de su crisis, cuando los responsables son las grandes multinacionales y las politicas que las benefician.
Pero además Barcelona ha estado protagonista estos últimos años de un proceso de movilización popular por la autodeterminación con hechos históricos como el referéndum del 1-0 y la huelga general del 3-0. Esto ha sido un antes y un después en la conciencia de millones que han demostrado a lo que se puede llegar con la fuerza de la organización popular y de clase y que han evidenciado el verdadero carácter de este Régimen heredero del franquismo. Pero estos hechos también han mostrado la adaptación de En comú-Podem al Régimen y sus instituciones y que se apoya la autodeterminación hasta que la ejercemos.
Los recientes resultados electorales en las elecciones estatales, evidencian lo que puede pasar cuando no se plantean verdaderas soluciones a las necesidades sociales y cuando lo que había nacido para presentarse como una alternativa a este Régimen acaba convirtiéndose en su «pata izquierda» y en furgón de cola del PSOE. Esto ratifica todavía más, la necesidad de una verdadera alternativa de izquierdas que plantee la doble ruptura: con el capitalismo y con la monarquía. Y en este sentido seguimos considerando un grave error la decisión de la CUP no haber encabezado una alternativa estatal, (Ver pág. Centrales con análisis generales). Su presencia, además, podría haber dejado este espacio en mejores condiciones de cara a las del 26M. A pesar de ello, desde Lucha Internacionalista creemos que es la candidatura de CUP-Capgirem Barcelona quien mejor representa esta alternativa a nivel municipal y por eso hemos decidido formar parte de la misma, incorporando además a dos de nuestras compañeras en las listas: Marga Olalla como número 3 y Anna Lletjós como Concejal de Distrito por Sarrià-Sant Gervasi. Ello a pesar de mantener nuestras crí- ticas, principalmente en cuando a cuestiones metodológicas y de funcionamiento.
En conclusión, a las elecciones municipales de Barcelona hacemos un llamamiento a votar por esta candidatura. Y como siempre, lo hacemos para hacer de nuestros cargos electos un altavoz de las luchas en las instituciones. Y lo hacemos conscientes que nuestro programa -por la internalización y gestión pública directa de los servicios públicos; contra la precariedad y por una jornada laboral de 30h; por una vivienda digna, la expropiación de los pisos vacíos y contra el desahucios; por la socialización de los cuidados y el aumento urgente de presupuesto para políticas de prevención y eliminación de las violencias de género; por la acogida de las personas refugiadas y por los derechos y acceso a los recursos municipales de todas las personas migradas; por el fin de la represión; contra la contaminación, por la eliminación del amianto y la expulsión de las empresas contaminantes; por el cupo laboral para las personas trans; entre otros – tan solo es posible mediante la movilización y la ruptura con las políticas neoliberales y el Régimen del 78.
Rosario Mendieta