Por Luis Covas
El 4 de junio de 1989 la dictadura del Partido Comunista ahogó en sangre una movilización obrero-estudiantil de masas. Las distintas cifras hablan de entre 3.000 y 10.000 muertos. Según el gobierno chino, hubo 3.000 heridos y solo 200 muertos. Desde entonces se consolidaron las medidas de restauración capitalista y la represión.
Desde 1978, bajo la conducción del sucesor de Mao, Deng Xiaoping, la burocracia del PC puso en marcha a todo vapor un proceso de restauración del capitalismo y semicolonización imperialista del país. El pueblo chino empezó a resistirlo.
En 1989 los estudiantes no se movilizaban a favor del capitalismo. Aún existían las bases sociales no capitalistas conquistadas con la expropiación de la burguesía y el imperialismo con el triunfo de la revolución socialista en 1949, aunque la burocracia las venía demoliendo aceleradamente desde 1978. Era una revolución política, contra la dictadura burocrática del PC. Los estudiantes cantaban la Internacional, iban con banderas rojas y vivaban al PC, exigiendo cambios.
Desde abril salen a la calle los estudiantes, masivamente. Un gran reclamo es la libertad de prensa y democracia. Se forma en Pekín un Sindicato de Estudiantes Autónomo. Luego se conoce una declaración de una Asociación de Trabajadores de la ciudad de Pekín. Además de apoyar a los estudiantes, denuncia “la larga dictadura de la burocracia despótica”, y exigen aumentos de salarios, estabilidad de precios y publicidad de los ingresos de los funcionarios “incluidos sus mujeres e hijos”, entre otras medidas.
El Diario del Pueblo, órgano oficial de la burocracia del PC, llamó a combatir a una “pequeña minoría” de “rufianes y contrarrevolucionarios”. El 25 de abril declararon ilegales a los comités de estudiantes. El 27 hay movilizaciones de estudiantes y trabajadores en Pekín.
El 13 de mayo, mil estudiantes comienzan una huelga de hambre en la Plaza de Tiananmen, centro de Pekín. Se van sumando huelguistas por centenares. El 17 de mayo se manifiestan en Pekín un millón de personas. En 21 ciudades hay movilizaciones. Esos días Gorbachov, jefe de la URSS, visita Pekín. Se solidariza con sus pares burocráticos contra los estudiantes, aunque estos lo reivindican como “gran reformador”. El 18 y 19 de mayo vuelven a juntarse un millón, y se van haciendo notar cada vez más las columnas obreras de distintas empresas y reparticiones oficiales. Marchan también soldados. Los Batallones 38 y 39 se niegan a reprimir y llegan adhesiones a los huelguistas de hambre de cadetes del Ejército, la policía y la Marina. La movilización del domingo 21 en Shangai tiene medio millón. Las declaraciones de estudiantes y obreros se han ido radicalizando, en una creciente ruptura de las ilusiones en el PC. Entre el 24 y el 25 prácticamente han desaparecido las tropas de las calles, sólo han quedado las masas.
Para fin de mes la burocracia logró reunificar los mandos del ejército y se prepara para reprimir, con batallones de regiones lejanas, mientras comienza a decaer la movilización. El jueves 1 de junio las tropas comienzan a asentarse en distintas zonas de Pekín. El viernes, más de 300.000 personas rodean a los huelguistas participando en un festival con un cantante popular. En la noche del 3 al 4 de junio la burocracia desata una feroz represión sobre la Plaza ocupada. Con una masacre, logran desalojarla. Al mismo tiempo, hay movilizaciones en Shangai y otras ciudades. Para el 7 de junio ya hay “calma” en Pekín. Luego vendrán las torturas a los presos, las condenas de muerte. Las distintas cifras hablan de entre 3.000 y 10.000 muertos. Según el gobierno chino, hubo 3.000 heridos y solo 200 muertos.
Con la represión masiva, el gobierno logró detener esa revolución política, derrotando al movimiento de masas. Impuso un golpe contrarrevolucionario, que fue usado por la dictadura del PC chino para fortalecer su régimen totalitario y avanzar en la restauración capitalista.
Las medidas de la burocracia estalinista china, en los años posteriores a Tiananmen, liquidan lo poco que quedaba del plan central estatal y se avanza cualitativamente en la aplicación de las leyes del mercado; en las privatizaciones de las empresas y de la banca; en la inversión extranjera, en la creación de una nueva burguesía china, con lo cual se consolida la restauración y la transformación de China en un estado y un país capitalista. El PCCh logra el triunfo de transformarse en una burocracia burguesa que domina el país con una feroz dictadura.
Lo más grave es que el neoreformismo, el castrismo y el chavismo y amplios sectores de la izquierda mundial, defienden, reivindican a la dictadura China como parte del Socialismo del Siglo XXI y hasta por su supuesto carácter de nueva potencia” que sería parte del “mundo multipolar” contra el imperialismo yanqui.
La UIT-CI está en la vereda de enfrente de estas posturas contrarrevolucionarias y hace campaña permanente contra la Dictadura del PCCh en China. Llamando a la unidad de acción de todos los que coincidan con este objetivo. De esta forma nos ponemos del lado de las masas chinas que luchan por derribar a la dictadura capitalista y de partido único en China. Por medio de esa campaña apoyamos todas las luchas obreras y campesinas de China y nos unimos por las siguientes consignas de movilización:
• Por el derecho a la huelga y a formar libremente organizaciones obreras, campesinas y estudiantiles.
• Basta de trabajo esclavo en las empresas. Plena libertad sindical
• Por aumentos de salarios. Por el respeto a las 8 horas de trabajo
• Por la libertad de los dirigentes sindicales presos
• Por la vuelta a las comunas campesinas. No los impuestos de los lacayos del PC. No a la quita de tierras.
• Por la reestatización de las empresas privatizadas bajo el control obrero
• Por el restablecimiento de las normas del “tazón de hierro de arroz”. Educación y salud gratuita para todos.
• Basta de robo de las multinacionales. Por la nacionalización de la banca y del comercio exterior
• Fuera el imperialismo y el capitalismo. Por una nueva revolución socialista que retome las banderas de la revolución de 1949, conducida por las nuevas organizaciones obreras y campesinas.
• Por un gobierno revolucionario obrero y campesino
• Por la construcción de un partido socialista revolucionario
Después de Tiananmen siguió creciendo la miseria que dio lugar a las luchas y al crecimiento de importantes huelgas obreras en China. Seguramente las masas se repondrán de aquella derrota y serán protagonistas de nuevas y grandes luchas obreras y populares que darán inicio a una nueva revolución que terminará con la dictadura capitalista.