Declaración del Comité Ejecutivo del Movimiento al Socialismo (MAS)
El acuerdo alcanzado entre los representantes del gobierno de Andrés Manuel López Obrador y el de Donald Trump, para evitar el cobro unilateral de aranceles a todos los productos mexicanos importados desde Estados Unidos, es una confirmación de la humillante subordinación y grave dependencia de nuestro país ante el principal país imperialista.
El evento que había convocado López Obrador en Tijuana, la tarde de este 8 de junio, para expresar la “unidad nacional” en torno a su posición, frente a la intención de Trump de imponer aranceles, lo ha convertido en un acto para festejar. ¡Es ridículo! No hay nada que celebrar, no para la clase trabajadora y el pueblo pobre. Esa unidad a la que convoca AMLO, que se volverá contra l@s migrantes, favorece sólo a los poderosos, a los capitalistas, a sus partidos, a las iglesias, a l@s militares.
En los hechos, el gobierno mexicano se comprometió a convertirse en una extensión de la patrulla fronteriza gringa, con el despliegue en la frontera con Guatemala de 6 mil integrantes de la recién estrenada Guardia Nacional; además de recibir a todos los inmigrantes que en Estados Unidos hoy esperan el resultado de su solicitud de asilo, como producto de la reciente oleada migratoria, solicitudes que pueden resolverse hasta en 3 años.
La acción de la Guardia Nacional, que representa la militarización de la frontera sur, anuncia mayores violaciones a los derechos humanos, no sólo de las personas que intentan migrar, también de l@s poblador@s mexican@s, de los estados fronterizos.
Además, aún no conocemos los detalles del acuerdo, debido a la persistencia de la repudiable práctica de la “diplomacia secreta”, que oculta información importante de los términos de los compromisos adquiridos por el gobierno mexicano. Por ahora, el propio Trump ha informado a través de sus redes sociales que, producto del acuerdo, México comprará una gran cantidad de productos agrícolas a los estadounidenses.
Por ahora, con lo que se sabe, la clase trabajadora puede lamentar la confirmación de nuestra dependencia y subordinación respecto de la voluntad del imperialista y racista Trump. Es la consecuencia de no contar con una economía independiente, con la capacidad de generar conocimiento científico, tecnológico e industrial, para el desarrollo de un mercado interno poderoso, en el que sobre todo sean los trabajadores y las trabajadoras, así como el pueblo en general, quienes se beneficien de la producción de bienes y servicios generados en nuestro propio país.
Ciertamente, es absolutamente repudiable la intención de Donald Trump de usar esa dependencia para someter aún más a nuestro país a los intereses de los capitalistas gringos y fruto de su clara intención de reelegirse como presidente.
Ahora es más evidente la necesidad de que la clase trabajadora y el pueblo pobre luchemos por un proyecto de país independiente, que no dependa del libre comercio internacional, sino que tenga la capacidad de ser autosuficiente en materia de alimentación, y producción de bienes y servicios fundamentales.
Evidentemente, esa tarea no es del interés de los grandes capitalistas que se han beneficiado del libre comercio; efectivamente, eran ellos los que estaban sumamente preocupados con los aranceles a las importaciones en Estados Unidos, por el eventual encarecimiento de los productos que fabrican en nuestro país y venden en el del norte, muy probablemente en una menor cantidad debido a los aranceles.
La tarea de construir ese país independiente es de la clase trabajadora, que debe gobernar para impulsar ese modelo de país, en el que el estado, controlado por los trabajadores, invierta los recursos necesarios para generar la industria, la ciencia y la tecnología, para lograr el desarrollo en beneficio de las grandes mayorías y no de los capitalistas, como actualmente sucede y que el acuerdo confirma plenamente.
Comité Ejecutivo del MAS
Ciudad de México 8 de junio de 2019