Solidaridad con la huelga de la clase obrera francesa contra la reforma del sistema de pensiones
Por UIT-CI
Desde los pasados meses de septiembre y octubre, Francia vive una serie de movilizaciones, incluyendo más de un mes de huelga por los trabajadores del transporte públicos franceses contra la reforma del sistema de pensiones impulsada por el presidente Macron. La huelga afectó al 75% de los maquinistas; a la mitad de las líneas de metro de París y la otra mitad funcionó con servicios mínimos y al 70% de los autobuses.
Estas luchas, que continúan, han obligado a las centrales sindicales a convocar una huelga general del sector que empezó el 5 de diciembre y que se prolongó hasta el 11, día en que el primer ministro francés Éduard Philippe expuso públicamente su proyecto de reforma. Se unieron importantes sectores de los trabajadores públicos como los funcionarios, sanitarios, bomberos e incluso los bailarines de la Ópera de París, sectores todos ellos que se han visto gravemente afectados por las políticas de ajuste del gobierno francés. El apoyo popular a la huelga es del 62% de la población francesa. Aunque SUD-Rail y la CGT daban apoyo a la huelga, UNSA y CFDT ordenaron levantar la huelga hasta después de las fiestas. Pero las asambleas de trabajadores se rebelaron y votaron por continuar. Esto fue acompañado por los comités de huelga barriales que plantearon seguir haciendo acciones durante las fiestas -algo nunca visto-y los docentes, que están de vacaciones, ya han planificado acciones con los ferroviarios y los conductores.
Las movilizaciones (huelgas y manifestaciones) han continuado durante las fiestas navideñas, convirtiéndose en la huelga más larga desde 1995, cuando tras tres semanas de huelgas, el entonces primer ministro conservador Alain Juppé tuvo que retirar su proyecto de reforma de la Seguridad Social y las jubilaciones de los funcionarios. La huelga ha mostrado la contundente voluntad de lucha de los trabajadores y ha producido dos pequeñas victorias: la dimisión del responsable gubernamental de la reforma de las pensiones y el retraso en la aplicación de la reforma a los bailarines de la Ópera de París. Aun así, Macron, el presidente de los ricos, insiste en implantar la reforma, a la que como máximo piensa introducir pequeños ajustes para «mejorarla».
Pero lo que está en juego no es solo el futuro de las pensiones sino también mantener la capacidad de lucha de la clase trabajadora y de los sectores populares franceses que durante el año 2019 han protagonizado importantes movilizaciones como la de los «chalecos amarillos» contra la degradación de las condiciones de trabajo y de vida en las zonas rurales y, en particular, contra el aumento del precio de la gasolina, que consiguieron anular. También se han realizado 36 días de huelga en los ferrocarriles franceses contra su privatización, que no lograron su objetivo por la política de las direcciones de las organizaciones sindicales mayoritarias.
Estas luchas se han dado en el marco de la política del gobierno francés que quiere imponer sus planes de ajuste para aumentar los beneficios de las empresas degradando las condiciones de vida de los y las trabajadoras y los servicios públicos, mientras Macron ha suprimido el impuesto a las grandes fortunas.
La lucha contra la privatización de las pensiones es, al mismo tiempo, una lucha internacional que ha tenido sus picos tanto en Chile como en Nicaragua, y que ha dado respuesta a los planes de privatización de los sistemas públicos de pensiones. Pero la lucha de la clase trabajadora francesa también se da en el marco de la oleada de movilizaciones insurreccionales que sacude el mundo, contra las políticas de ajuste de los gobiernos burgueses, del FMI y de la OCDE.
Total apoyo a la huelga contra la reforma de pensiones de Macron.
Unidad Internacional de Trabajadoras y Trabajadores – Cuarta Internacional (UIT-CI)
3 de enero de 2020