Tras la conclusión de la huelga de 24 horas, del 9 de junio, en los establecimientos siderúrgicos de ArcelorMittal de Tarato y Genova, el consejo de la fabrica de acero mas grande de Europa decidió romper las relaciones industriales con la dirección de AncelorMittal. Sin duda, la huelga organizada por la tres centrales sindicales nacionales[1] mas representativas del sector siderúrgico fue exitosa. El paro de los sitios ArcelorMittal ex-ILVA fue completo, incluso otra sigla sigla sindical (UBS) menos representativa[2], que en esas horas estaba para terminar su huelga de 48 horas.
La señal de los trabajadores fue enviada al gobierno italiano: hay que sacar el patrón y su dirección multinacional y volverse a apoderar de un sitio estratégico como las acerias, previa reforma eco-sustentable de los alto hornos de producción. El plan industrial del patrón franco-hindu era muy sencillo: “gobierno italiano denme el dinero, aguante 4600 despidos e invertiré para remodelar la fabrica”. En realidad el chantaje de ArcelorMittal sigue desde hace dos años, y se coloca en la misma orientación de la antecedente administración del patrón italiano, Riva, socializar el coste humano de los despidos y la falsa promesa de adecuar el impacto ambiental de la siderúrgica, permitiendo, de hecho, la continuación de la tasa de ganancia hasta cuando eso sea posible.
En 2018 Mittal se comprometió a solucionar los problemas ecológicos que habian determinado un paro judicial de la empresa por parte de la fiscalía de Taranto, debido a las elevadas concentraciones de emisiones industriales, las cuales determinaron un aumento de casos de cáncer en la ciudad de Taranto. El plan de Mittal era suspender con pago disminuido por parte del Estado a cerca de 2000 trabajadores y luego volver a llamarles al trabajo una vez terminada la obra de conversión ecológica. Hoy, después de que la obra de conversión nunca se dio, y después de que los trabajadores suspendidos quedaron como despedidos, Mittal es tan descarado que pide ayudas por parte del Estado italiano por las supuestas obras. Además, pretende usar la crisis Covid-19 para ampararse en ese marco legal para las suspensiones o despidos de 4600 trabajadores.
El problema no es la nacionalidad del patron sino quien es el sujeto que gestiona y controla el medio de produccion. Durante la huelga, alguna banderas del sindicato fueron cortadas por algunos trabajadores para demonstrar a las burocracias sindicales que no siempre se mantuvieron al tanto de la condición obrera y que la linea sindical en vez de ser combativa fue muy defensiva, aceptando las suspensiones. Hoy, ni siquiera para las burocracias sindicales mas colaboracionistas de CISL e UIL es posible negar la lucha y la rabia obrera, que se materializó en la consigna: Nacionalización de la siderúrgica!, que las propias direcciones sindicales tuvieron que levantar.
Como marxistas revolucionarios, expresando nuestro apoyo a las luchas de los obreros y obreras de la siderúrgica, debemos añadir Nacionalización bajo control y gestión obrera. Conscientes de que la salvación de ese importante lugar de trabajo no pasa a través de las aulas judiciales de la magistratura, ni mediante los dirigentes del ministerio de Desarrollo Económico. Dos caras de la misma moneda burguesa las cuales dirigirán sus esfuerzos a la búsqueda de un nuevo patrón, así como hizo el gobierno italiano, con la familia Riva, ex dueño de la empresa y como ya esta tratando de hacer ahora, negociando con Mittal, sin haber convocado a los sindicatos previamente. La real salvación pasa por la toma de conciencia y la lucha de los trabajadores que pueden ser los dueños legítimos de los medios de producción que cada día manejan.
Lukas Vergara , corresponsal
[1] FIOM CGIL-FILM CISL-UILM UIL
[2] USB : pequena confederacion sindical