Escribe Adolfo Santos
Los días 10, 11, 12 y 13 de diciembre la UIT-CI, Unidad Internacional de Trabajadoras y Trabajadores – Cuarta Internacional realizó de forma virtual su séptimo congreso mundial. Por la calidad de los documentos, los aportes presentados durante el precongreso y los intensos debates realizados, sin dudas, fue una tarea exitosa. Se coronó así un esfuerzo de elaboración colectiva realizada durante varios meses. Cabe destacar el carácter abierto de este congreso que, además de los partidos oficiales y simpatizantes de la organización, permitió la participación de grupos y dirigentes de varios países.
Las sesiones comenzaron con la propuesta de una presidencia honoraria. Fueron designados León Trotsky, de quien el congreso llevó su nombre a ochenta años de su asesinato; Federico Engels, a 200 años de su nacimiento, las revoluciones del norte de África y Medio Oriente al cumplirse diez años de su inicio y la lucha del pueblo chileno en nombre de todas las luchas contra el imperialismo y los gobiernos capitalistas. Seguidamente, por el Comité Ejecutivo Internacional (CEI), el compañero Gabriel Schwerdt dio un informe oficial de las delegaciones participantes, de sus delegados y delegadas, invitados e invitadas y leyó los saludos dirigidos al congreso.
Se inician los debates
El primer punto fue sobre la situación mundial, sobre la base del documento presentado originalmente y las actualizaciones realizadas a partir del inicio de la pandemia. El compañero Miguel Sorans, dirigente del CEI y de Izquierda Socialista de Argentina, entre otras definiciones, se refirió a la oleada de ascenso revolucionario que crece desde 2019 y a la profunda crisis económica, agravada por la pandemia, que el imperialismo no consigue superar por las luchas del movimiento obrero y popular mundial (ver página 13). Hubo mucha discusión y aportes importantes que ayudaron a precisar todavía más las características de la situación, las oportunidades que se nos abren a los revolucionarios y cómo actuar ante los procesos concretos para aprovecharlos mejor. Como parte de la situación mundial, también se discutió específicamente China y Rusia a partir de un informe presentado por el compañero Miguel Angel Hernández, miembro del CEI y del Partido Socialismo y Libertad (PSL) de Venezuela.
Otro de los puntos en debate fue sobre el tema de la destrucción ambiental. Sobre la base del extenso documento elaborado por la dirección de la Internacional, el compañero Miguel Lamas, del CEI y de ARPT de Bolivia, presentó el informe. Se realizó un amplio debate con una importante participación de los compañeros y compañeras que demostraron gran interés, algo que ya se había visto reflejado en los diferentes aportes presentados durante el precongreso. La riqueza del debate contribuyó a que una serie de propuestas fueran incorporadas a las resoluciones finales. También se aprobó realizar en 2021 una conferencia virtual para difundir el contenido del documento aprobado, “La catástrofe que nos amenaza y cómo combatirla”, y que además sirva para ampliar el debate sobre esta materia tan importante.
Un balance positivo
El sábado 12, el congreso se abocó al debate sobre el Balance y Orientación de la organización. Después del informe del compañero Joseph Lluis, miembro del CEI y de Lucha Internacionalista del Estado Español, la principal conclusión de las diferentes secciones fue que, desde el congreso anterior, la UIT-CI se ha fortalecido política y organizativamente. El propio congreso fue una demostración de eso, a partir del nivel de los documentos, del tenor del debate, del crecimiento en número de militantes y de la extensión conquistada, lo que se evidenció en la cantidad de grupos y dirigentes de países participantes.
El último día, después de discutir y votar una serie de resoluciones que atendían a cuestiones puntuales sobre campañas políticas, se realizó un emotivo cierre entonando las estrofas de La Internacional en varios idiomas. Los cuatro días de intensos debates y elaboración colectiva, con claras resoluciones para implementar en las secciones nacionales, sumado a la participación de nuevos dirigentes y militantes, así como de nuevos grupos dispuestos a reconstruir la IV Internacional, nos permite decir que fue una tarea exitosa.