Por Miguel Ángel Hernández, dirigente del PSL-Venezuela y la UIT-CI
16/11/2021. El pasado lunes 15 fue un día de mucha tensión y expectativa en Cuba. Para ese día estaba prevista la realización de una marcha en La Habana y otras ciudades de la isla, convocada por el grupo Archipiélago, encabezado por el dramaturgo Yunior García.
Desde los días anteriores el gobierno dictatorial y de partido único de Díaz Canel, se dio a la tarea de detener, perseguir y hostigar a distintos activistas y disidentes, tanto de Archipiélago como de organizaciones de la llamada izquierda crítica cubana. Todo con el objetivo de impedir la concreción de la convocatoria.
El lunes la tensión acumulada se trocó en impotencia. Fue imposible que se produjeran las marchas. Ese día el gobierno a través de la seguridad del Estado desarrolló un vasto operativo policial y de grupos de civiles del Partido Comunista y otras organizaciones controladas por el régimen, para intimidar a los que pretendieran marchas.
Entre el domingo y el lunes se detuvo a varios activistas; se apostaron policías de civil en las viviendas de otros, imponiéndoles arresto domiciliario para impedir que marcharan; se hizo lo mismo con conocidos periodistas, para evitar que informaran sobre la situación de represión que se estaba produciendo. Cercaron sedes de medios independientes como fue el caso de La Hora de Cuba en Camagüey. Se cortó el internet y las comunicaciones vía celular. Además se movilizó a militantes del Partido Comunista, de la Unión Jóvenes Comunistas (UJC), de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC), miembros de los CDR para llevar a cabo unos aberrantes “actos de repudio” frente a las residencias de los activistas y organizadores de la marcha. Como ya desde el domingo se había hecho con Yunior García, al que se le impidió caminar ese día, como previamente había anunciado.
Desde la Unidad Internacional de Trabajadoras y Trabajadores/Cuarta Internacional (UIT-CI), rechazamos todas estas medidas represivas ejercidas por el régimen autoritario y de partido único de Cuba, contra las personas que intentaban marchar el pasado lunes 15. Nuestra corriente internacional difiere totalmente de las posiciones políticas del grupo Archipiélago y de los convocantes de la marcha prevista para el pasado lunes, pero reivindicamos su derecho a protestar, lo cual no se le permite a nadie en Cuba, so pena de ser despedido de su trabajo, ser detenido o condenado a largas penas de cárcel, como ya ocurrió con algunas personas que salieron a marchar el 11 de julio.
El pasado 11 de julio se produjo una inédita y masiva protesta surgida en los barrios más pobres y olvidados de La Habana y otras ciudades. Miles de cubanas y cubanos salieron a las calles hartos de la pobreza y la desigualdad que padecen; agravada por el paquetazo de ajuste denominado eufemísticamente “Tarea de Reordenamiento”, que el gobierno de Díaz Canel viene aplicando desde enero, profundizando el hambre y las carencias.
Sin duda que el bloqueo imperialista que aún persiste también influye en la situación social. Si bien rechazamos el criminal bloqueo y las sanciones más recientes, consideramos que esa no es la causa fundamental de los males que sufre el pueblo cubano.
En Cuba ya no hay socialismo. Desde hace años existe un capitalismo “a la cubana con inversiones extranjeras y empresa mixtas con multinacionales. Un sistema represivo y totalitario donde se han profundizado las desigualdades sociales. Mientras las trabajadoras y trabajadores viven en viviendas ruinosas y ganan salarios miserables de 30 o 40 dólares al mes, los dirigentes del partido, los jefes de los CDR, de las organizaciones sindicales, y los militares viven en lujosas mansiones y construyen grandes hoteles para la industria turística explotada conjuntamente por el gobierno y las transnacionales. Tienen altos ingresos, acceso a dólares y a las exclusivas Tiendas en Moneda Convertible (MLC), donde pueden adquirir todo género de artículos importados.
Desde las protestas de julio el gobierno ha incrementado la persecución y represión a los disidentes, incluyendo a los activistas de las organizaciones de la izquierda crítica cubana. Su argumentación es que se trataría de protestas “desestabilizadora”, lo mismo que decían los gobiernos derechistas de Piñera en Chile y Duque en Colombia, ante las recientes rebeliones populares en esos países.
Desde la UIT-CI reivindicamos el derecho del pueblo trabajador cubano a movilizarse por libertades democráticas y contra el ajuste del gobierno, y apoyamos y nos solidarizamos con la lucha popular por: ¡Plenas libertades para el pueblo y los trabajadores cubanos! Libertad para los presos políticos! Por el derecho a disentir y protestar; por el derecho a huelga, a la libertad y autonomía de las organizaciones sindicales, estudiantiles y populares. ¡Basta de régimen de partido único, por la libre organización de partidos políticos! ! Basta de discriminaciones racistas! Plenos derechos al movimiento de mujeres y de LGTB¡ Libertad de expresión e información; libre uso del internet y redes sociales. No más censura, ¡Plena libertad en el arte y la cultura; plena autonomía académica en las universidades!
Apoyamos toda movilización de la clase trabajadora y del pueblo cubano contra los salarios de miseria pactados entre el gobierno y las transnacionales. Libertad de discusión salarial y contractual en el Grupo de Administración Empresarial, S.A. (Gaesa), que agrupa a más de 57 empresas y controlado por los militares, así como en todas las empresas mixtas, no mixtas y públicas. ¡Por un salario mínimo en dólares! ¡Basta de los privilegios de los burócratas y funcionarios del régimen! ¡No más tiendas ni mercados para ricos que se pagan en divisa con tarjetas especiales! ¡Basta de salarios de privilegios para los funcionarios del gobierno, del PCC y las Fuerzas Armadas! Que cobren el salario medio de un trabajador cubano. ¡No a las empresas capitalistas, mixtas o privadas! ¡Por un plan económico nacional de emergencia, con democracia obrera y popular, que termine con las desigualdades sociales, y con la corrupción de los altos funcionarios!
¡Por un plan de producción de alimentos, basado en la consulta a las y los productores, cooperativas agrarias, campesinos y las y los trabajadores de la industria alimenticia, que termine con la escasez y la importación del 80% de lo que se consume! ¡Por la recuperación de las conquistas en salud y educación logradas en los primeros años de la revolución! Menos gasto e inversión en hoteles de lujo y más inversión en salario, comida, viviendas, educación y salud.
El verdadero cambio de fondo en Cuba pasa por lograr un gobierno de la clase trabajadora, la juventud y el pueblo que avance en un verdadero socialismo sin represión y con democracia para el pueblo trabajador.