Los manifestantes se congregaron fuera del Hospital de St. Thomas, frente al Palacio de Westminster y la Torre del Big Ben, para exigirle a las autoridades del país que detengan las reformas jubilatorias.
La propuesta del gobierno, anunciada ayer por la reina Isabel II ante el Parlamento, será debatida próximamente en la Cámara de los Comunes.
El plan busca incrementar substancialmente los aportes de los trabajadores públicos, aumentar la edad de jubilación a los 68 años y reducir las pensiones.
Los sindicatos que agrupan a dichos trabajadores consideran que los cambios «son un robo» para los empleados, que tendrán que aportar más de sus sueldos para la jubilación, hasta un 15%, y deberán trabajarán por más tiempo, para percibir pensiones más bajas Sin embargo, el gobierno indicó que el actual sistema jubilatorio «es injusto», además de ser «demasiado costoso» para el Estado debido a una creciente expectativa de vida de la población.
Entre los trabajadores públicos afectados por la reformas de pensión hay mandarines de oficinas estatales, empleados del Servicio Nacional de Salud (NHS), del servicio de guardacostas, inspectores de fronteras e inmigración, trabajadores de museos, bibliotecas y galerías de arte públicas, y profesores universitarios. También se sumaron a la huelga empleados de penitenciarías y cárceles de Inglaterra y Gales, una medida que fue calificada como ilegal por la Corte Suprema de Londres. Gail Cartmail, sindicalista del gremio Unite, que representa a trabajadores del NHS y otros organismos públicos, afirmó que los afiliados rechazaron las propuestas del gobierno en un voto «por una amplia mayoría, del 94%».
«Estas propuestas significan que los trabajadores tendrán que aportar más, deberán trabajar por más tiempo y al final recibirán una jubilación más pequeña. La mayoría de los empleados públicos se hartó», dijo la gremialista. Por su parte, Mark Serwotka, secretario general del sindicato PCS, declaró a la radio 5 de la BBC que el costo de las pensiones públicas «está cayendo en proporción con el PIB británico».
En tanto, hoy unos 32.000 agentes de la Policía Metropolitana marcharon por el centro de Londres en la mayor protesta de esos trabajadores desde 2008, para repudiar recortes y ajustes impuestos por las autoridades.