-Su partido se llama Socialismo y Libertad. ¿Puede existir el socialismo sin libertad?
-Los antiguos regímenes llamados socialistas de Europa Oriental, además de Corea del Norte, Cuba y China, han sido modelos de partido único, perseguidores de la disidencia y cercenadores de la libertad de prensa, la libertad de asociación sindical y política.
-¿Es cierto que usted se resistía a ser candidato y que su partido se lo impuso?
-No. En las primeras de cambio tenía resistencia pero la discusión colectiva nos condujo a tomar la decisión por unanimidad.
-¿Cuál es su programa de gobierno?
-Nacionalizar cien por ciento el petróleo. Plena garantía democrática y popular. Defensa de la autonomía de las organizaciones sindicales, comunales, estudiantiles, gremiales. Homologación del salario mínimo a la cesta básica. Defensa del programa Empleo Decente, que significa empleo de calidad. Y, por supuesto, seguridad social plena.
-¿Más lejos de Chávez o de Capriles?
-Ni cerca ni lejos de ninguno de los dos. La nuestra es una alternativa distinta, de autonomía e independencia, de lucha por el verdadero socialismo con democracia. Reto a ambos a debatir conmigo para comparar nuestros programas y que el país saque la conclusión de qué tan lejos o qué tan cerca están ellos de mí.
-¿Su postulación no favorece indirectamente al gobierno?
-Ni favorece a Chávez ni a Capriles. Creemos que hay un espacio muy grande para reivindicar a los verdaderos revolucionarios. La política del gobierno ha desprestigiado al socialismo, la moral revolucionaria, la ética. Mi postulación reivindica el derecho de quienes tenemos una visión distinta de presentarle un programa distinto a sociedad.
-¿No teme que lo arrolle la polarización?
-Es innegable que existe una polarización muy grande, pero somos una organización política que no parte de temores sino de apostar a un cambio y al derecho de construirlo a través de nuestro propio programa.
-¿De dónde saldrán los reales para la campaña?
-Ni vamos a asaltar bancos ni utilizaríamos los recursos públicos si estuviéramos en el gobierno, como lo hace el actual. Además, no dependeremos nunca ni del imperio ni de empresarios. Apostamos a la cotización de nuestros militantes y de muchísimos trabajadores que conocen de nuestra historia y de nuestras luchas, cuyos aportes vamos a recaudar.
-¿No arriesga su prestigio como líder sindical?
-Al contrario, esta candidatura va a estar al servicio de las luchas de los trabajadores, de las huelgas, de los conflictos, de la contratación colectiva. Esta postulación lo que hace es reafirmar lo que yo soy: un luchador al servicio de los trabajadores, quienes por primera vez van a tener la posibilidad real de gobernar.
-¿Por qué su nominación provocó desagrado entre sus compañeros del Frente Autónomo por la Defensa del Empleo, el Salario y el Sindicato?
-Ningún desagrado. Hay diferencias políticas con algunos compañeros que prefieren decidirse por el mal menor, que ellos plantean que es Capriles. Pero FADESS es un esfuerzo muy grande unitario, plural, democrático y autónomo que tiene como objetivo la refundación del movimiento sindical venezolano y que por su autonomía da plena libertad a los cuadros sindicales de pronunciarse según sus individuales criterios.
-¿Llegará hasta el final o podría terminar apoyando a Chávez o a Capriles?
-Categóricamente, hasta el final. No tenemos la práctica ni el propósito de engañar a la gente para luego entrar en negociaciones.
-Capriles se presenta como el “flaquito” y Chávez como el “búfalo”. ¿Cómo se identificará usted en la campaña?
-Como un guerrero principista e intransigente.