Los candidatos socialistas para la Casa Blanca hacen una parada en su gira de campaña en Sunnyside
Laura Gjovang y John Fannin
El desmembramiento de las fuerzas militares de EE.UU. y el salario mínimo de $20 son sólo dos de las promesas del candidato presidencial del Partido de Libertad Socialista, Stephen Durham.
Durham y su compañera de campaña Christina López estuvieron en Sunnyside ayer, miércoles, en una de sus paradas en su gira de campaña.
Reconocen que no es factible que ganen con una campaña de voto por escrito para presidente y vicepresidente de los Estados Unidos.
«La motivación principal de nuestra campaña es difundir nuestras ideas entre la gente trabajadora común y corriente», indicó López, la candidata para vicepresidente del Partido de Libertad Socialista. «Las probabilidades de que ganemos la Casa Blanca son muy pequeñas. Nuestro propósito principal es salir y mezclarnos con la gente que está bastante frustrada con el sistema bipartidista.
«He sido testigo de que hay mucha gente que está frustrada», agregó.
Industria nacionalizada
La plataforma del partido de esta pareja, el Partido de Libertad Socialista, incluye la meta de parar la guerra, de crear empleos para todos, de proveer cuidado médico de «la cuna a la tumba», de abrir las fronteras, de poner fin a la discriminación y de terminar con la guerra contra las drogas.
«Esta campaña es para todo el país», afirmó Durham, activista sindical y antiguo candidato para la Asamblea del estado de Nueva York. «Hay cosas importantes que los candidatos necesitan aprender de la gente de las áreas rurales. Existe una dominación por parte de las ciudades, pero vivimos en una economía globalizada. Lo que está sucediendo en América Latina está influyendo en lo que está ocurriendo aquí en las granjas.»
«Hacemos un llamado por la nacionalización de la industria petrolera bajo el control de los trabajadores», declaró López, nativa de Phoenix, Ariz. y presidente de las Mujeres Radicales de Seattle.
«Debemos buscar más formas alternativas de energía», agregó López.
Comentan que las pequeñas empresas recibirían apoyo a través de beneficios fiscales y subsidios para permitirse el salario mínimo de $20.
Durham también considera el desmantelamiento de las fuerzas militares de EE.UU. como una manera de resolver muchos de los males que aquejan al país, pues liberaría dólares presupuestarios para garantizar que la Seguridad Social y el Medicare conserven su solvencia.
Declara que otro beneficio de terminar con el involucramiento militar en otros países sería el liberar a los EE.UU. de su dependencia del petróleo extranjero.
«Sólo quiero hacer notar que el consumidor más grande de combustibles fósiles de todo el mundo son las fuerzas militares de EE.UU. Un avión F-16 consume en 30 minutos la misma cantidad de crudo que un conductor promedio usa durante toda su vida para conducir su coche», asevera Durham.
«La dependencia del petróleo va de la mano de la guerra, no sólo para su consumo sino para asegurar sus fuentes.»
Tasa de impuestos del 70 por ciento
Además de utilizar dólares del presupuesto militar para apoyar programas domésticos, la plataforma del Partido de Libertad Socialista hace un llamado a favor de una tasa de impuestos del 70 por ciento para los estadounidenses más ricos.
Durham declara que sólo se aplicaría al 1% de los asalariados de este país.
Aunque las grandes empresas podrían enfrentarse a la nacionalización y a altas tasas de impuestos, el partido afirma que aun así el pueblo tendría incentivos para producir y alcanzar el éxito.
La diferencia, declaran, es que más gente se beneficiaría y no sólo los empresarios.
«La idea de ser socialistas es que los beneficios de la tecnología se repartan entre toda la sociedad y no sólo que produzca ganancias rápidas», afirmó Durham.
«Hay muchos trabajadores y somos la mayoría», agregó. «Nosotros somos quienes vendemos nuestra mano de obra y creamos bienes y servicios.»
Apertura de las fronteras
«El capital viaja a todas partes», afirmó Durham. «¿Por qué los trabajadores, no?»
Eso es parte de su llamado y del llamado del Partido de Libertad Socialista para abrir las fronteras con México.
«Pensamos que la gente que está aquí y trabaja, y trabaja por un salario, que es lo que hace la mayoría de los inmigrantes, merece tener los beneficios de la ciudadanía», dijo. «O sea que apoyamos el hacer ciudadanos a todos los que ya están aquí.»
Durham arguye que la frontera de EE.UU. y México viola el Tratado de Guadalupe Hidalgo. Asevera que dicho tratado incluía la frontera abierta entre sus estipulaciones.
«Las fronteras están funcionando para reducir los salarios de los trabajadores», reclama Durham. «Por ejemplo, México cuenta con el salario mínimo más bajo de toda América Latina. Por eso la gente no puede ganarse la vida en su propio país y viene aquí. ¿Y qué ocurre? Los inmigrantes que vienen aquí terminan trabajando por menos y eso hace que toda la estructura salarial se desplome.
«La clase capitalista obtiene toda su riqueza de la mano de obra. Realmente dependen de la mano de obra barata y las funciones de la frontera para crear dicha mano de obra barata.»
López afirma que la represión fronteriza ha tenido un impacto negativo en la agricultura aquí en el Valle de Yákima y en todos sitios.
«(La industria agrícola) ha estado contratando a trabajadores indocumentados durante mucho tiempo, ¡por generaciones! Sólo ahora que conviene al interés de los grupos xenofóbicos reprimen a los inmigrantes. Y esto ha tenido un gran impacto en la industria agrícola», observa.
Revolucionarios
Durham y López afirman que su objetivo va más allá que postularse para un puesto político; tiene que ver con una completa restructuración del gobierno y la economía de EE.UU.
«La base que existe es el capitalismo», afirma López. «Esencialmente, también somos revolucionarios. Afirmamos que la base se tiene que desplomar para que surja una transformación total.»
Como parte de su llamado a favor de «la democracia de la clase trabajadora», Durham declara que la estructura misma del gobierno de EE.UU. tiene que cambiar.
«El interés del gobierno debe ser alimentar, vestir, dar vivienda y educar al pueblo», afirma. «Creemos que eso sí es posible.»