Entrevista de Lucha Internacionalista a Corriente Izquierda Revolucionaria Siria
Siria. Conversamos con Ghayath Naïsée
«Este llamado a la intervención militar imperialista ha tenido un efecto catastrófico…»
24 de septiembre de 2012
Conversamos en París con Ghayath Naïsée, actual líder de la Corriente de Izquierda Revolucionaria de Siria (CGR).
¿Cuál es la situación actual de la revolución siria?
La revolución continúa, las protestas continúan y la resistencia popular se extiende sobre una gran parte del territorio. La dictadura utiliza todas sus capacidades, incluida la aviación militar. Pero el pueblo rebelde quiere la caída del régimen oligárquico. Observamos una mejor organización de las luchas y sobre todo el desarrollo de los organismos de auto-organización y auto-gestión.
Cuéntanos un poco más sobre estos organismos. ¿Quién los forma? ¿Cómo se organizan? ¿Qué tareas asumen?
Las masas sublevadas se organizan en pequeños pueblos o barrios en comités locales. Es decir desde abajo. Estos comités participan en la coordinación a escala de una ciudad o de varios distritos de una población grande. Su función consiste en organizar luchas, manifestaciones, distribuir folletos, cuidar de los heridos, recaudar fondos para ayudar a los necesitados y, finalmente, asegurar la cobertura mediática de estas luchas: videos, notas de prensa, entrevistas con televisiones por satélite. Los órganos de autogestión son los consejos locales, la mayoría de los cuales son elegidos o elegidas por las masas para gestionar la vida cotidiana de las personas de una ciudad.
¿Cuál es el papel de la clase obrera?
A primera vista ninguna clase como tal juega un papel principal. Pero un análisis más cuidadoso revela dos elementos. El primero es que las fuerzas motrices de la revolución popular siria son la clase obrera, los campesinos pobres, marginados de las zonas urbanas y rurales, y las capas inferiores de la pequeña burguesía. En segundo lugar, esto se confirma viendo el mapa de las zonas que se han levantado desde el principio de la revolución: pueblos y ciudades de clase obrera como los suburbios de Damasco, Alepo y Homs o zonas rurales excluidas, como Idlib, Daraa y Deir al Zor. Además, cualquier actividad autónoma de la clase obrera ha estado prohibida durante cuarenta años bajo Assad padre e hijo. Los sindicatos están al servicio del régimen. La revolución es, pues, una acción emancipadora de la clase obrera: están surgiendo embriones de sindicatos de lucha en el desarrollo del proceso revolucionario.
La revolución comenzó con manifestaciones populares, pero hubo un momento en que tomó las armas. ¿Cuál es su opinión de la lucha armada?
Sí, las fuerzas revolucionarias no querían recurrir a las armas en los primeros meses de la revolución: las manifestaciones eran pacíficas. Sin embargo, dos factores han llevado a la aparición de la resistencia popular armada. El primer factor es la brutalidad de la dictadura de la burguesía en el poder en contra de los manifestantes: asesinatos, muertes bajo tortura, detenciones de decenas de miles de personas, humillaciones, violaciones, destrucción de pueblos y barrios, incendio de campos… El segundo factor fue el aumento del número de desertores desde junio de 2011. En particular, las pequeñas brigadas de civiles armados y desertores del ejército se organizaron para defender las protestas.
Háblanos del Ejército Sirio Libre. Todas estas brigadas armadas populares son el Ejército Sirio Libre.
«Ejército Sirio Libre» es el nombre genérico de la resistencia popular armada. No es un auténtico ejército, porque no tiene un comando central y unificado. Ni jerarquía. Esto tiene ventajas y desventajas. La centralización de la resistencia popular armada es necesaria, con una estrategia revolucionaria, democrática y social. En este sentido, apoyamos la resistencia popular armada sin callar nuestras críticas cuando sea necesario para la victoria de la revolución o si se descuida el trabajo en las luchas de masas.
¿Y el papel de los oficiales del antiguo régimen?
Repito lo que dicen los manifestantes: bienvenidos los que abandonan el naufragio del régimen dictatorial, pero no deben tener ningún lugar en la dirección de la revolución.
¿Cuál es la política de la izquierda en Siria?
Varios grupos de la izquierda trabajan en tres niveles: 1) participar en la coordinación y organización de las luchas de masas, 2): Sensibilizar y radicalizar su lucha para reivindicar cambios políticos y sociales más profundos y radicales, 3) Trabajar para formar una amplia alianza de la izquierda revolucionaria y democrática, para intervenir en el proceso revolucionario abierto. Y al mismo tiempo trabajar por la unidad de las fuerzas revolucionarias a la izquierda en un programa de transición para la transformación de la revolución democrática con un potencial social como revolución siria en revolución permanente. Teniendo en cuenta estos elementos, para nosotros no es de izquierda quien – en Siria o en cualquier lugar del mundo- no apoya la revolución popular.
¿Y el PC?
El PC sirio histórico se divide en tres fracciones. Todos tienen sus raíces en el PC de Khaled Bagdash, famoso estalinista conocido en la región, que murió hace unos años. Su hijo también heredó una fracción de este partido, que es un fiel aliado del régimen de la dictadura. La segunda fracción es el PC «unificado», tan estalinista como el partido madre y aliado del régimen. El tercer grupo es la fracción de Qadri Jamil quien se convirtió en viceprimer ministro en el gobierno formado por el dictador hace unos dos meses. Muchas de las estructuras básicas y los activistas jóvenes de estas fracciones han dejado estos partidos oportunistas para unirse a la revolución.
¿Cuáles son vuestras críticas al Consejo Nacional de Transición y a la dirección política de los islamistas?
Las críticas al CNS son muchas. Su formación en octubre de 2011 no fue democrática: un grupo desconocido en Estambul, en un hotel cerrado, eligió a sus miembros, en algún caso sin siquiera preguntarles. Dos, luego se convirtió en prisionero de los estados que lo tutelan: Qatar, Turquía, Arabia Saudita y Francia… Tres, su estrategia desde el principio no se basa en la fuerza y la voluntad del pueblo sirio. Se construye y continúa haciéndolo sobre una intervención militar extranjera, que rechazamos. Cuatro, la fuerza hegemónica en el CNS es la Hermandad Musulmana. Los islamistas como la Hermandad Musulmana, están subordinados y financiados por Qatar y Arabia Saudita. Su programa, en la mayoría de casos, es confesional y por lo tanto reaccionario, y pone en peligro el proceso revolucionario; cualquier acción o propaganda religiosa es parte de la reacción
¿Por qué rechazáis la intervención imperialista?
Este llamado a la intervención militar imperialista ha tenido un efecto catastrófico, ya que levantó la ilusión de un final cercano y fácil del régimen. Además esto ha sembrado división en el seno de las fuerzas revolucionarias. Este llamado a la intervención imperialista ha tenido un efecto desmoralizador en las masas revolucionarias que la rechazaban. Sin intervenciones militares imperialistas el número de víctimas mortales supera los 25.000. ¿Cuál sería si hubiera una intervención directa? Un año y medio después aún no hay una intervención militar imperialista directa… si no contamos Rusia e Irán.
¿Hasta qué punto este apoyo es importante para el régimen?
Rusia le ofrece un apoyo militar, diplomático, económico y social. Irán también ofreció cinco mil millones de dólares al régimen. Le compró la mitad de la cosecha con un año de antelación. Por no hablar de los asesores militares, etc. Hezbollah ofrece al régimen apoyo político y logístico, así como el acoso y los ataques contra los sirios revolucionarios en el Líbano o cerca de la frontera sirio-libanesa.
Después de 25.000 muertos, ¿el fin del régimen está cerca?
Espero y creo también que el régimen está acabado y que va a caer tarde o temprano. El proceso revolucionario en Siria está tan radicalizado que no aceptará otra cosa que barrer la sangrienta dictadura de la burguesía. Es el optimismo de la voluntad y el pesimismo razón. Estamos frente a un proceso revolucionario que probablemente durará varios años, con los objetivos democráticos de la libertad y la dignidad, además de la igualdad y la justicia social, es una revolución permanente. Venceremos.