Se firmó una tregua, pero no es ninguna garantía
Por Miguel Lamas – 22-11-2012
La firma de una tregua anunciada por Hillary Clinton junto al presidente egipcio Mahamed Mursi en El Cairo puso fin, por ahora, a un sangriento ataque militar israelí que mató a 170 palestinos e hirió a más de 1.000, entre ellos aproximadamente un tercio de niños.
El último comunicado yanqui antes de la tregua señala: «Estados Unidos condena enérgicamente este ataque terrorista y nuestros pensamientos y oraciones están con las víctimas y el pueblo de Israel. Estados Unidos está preparado para proporcionar cualquier ayuda que Israel requiera» […] Parece surrealista, después de que en Israel hubo tres muertos y 14 heridos, solo un 2% de las víctimas que hubo entre los palestinos de Gaza. Pero, se entiende, para el imperialismo yanqui los muertos palestinos están bien muertos.
Las Fuerzas Armadas sionistas de Israel emprendieron una nueva agresión militar el 12 de noviembre contra los palestinos de la Franja de Gaza. Como sucede en cada ataque -¡desde hace 64 años!-, Israel afirmó que tenía por objetivo «defenderse» y «eliminar terroristas». El mismo argumento que viene usando en una agresión que lleva décadas, la cual comenzó justamente con la fundación del estado genocida de Israel, con la ocupación sionista de la tierra Palestina mediante migrantes judíos europeos y la expulsión del pueblo palestino. El imperialismo inventó este engendro para tener un enclave armado en Medio Oriente, la región más rica en petróleo del mundo.
La Franja de Gaza es un pequeño territorio de 40 kilómetros de largo por 10 kilómetros de ancho, donde se amontonan 1.500.000 palestinos en una especie de campo de concentración gigante, cercado militarmente por Israel. Es uno de los llamados «territorios ocupados». El otro es Cisjordania, con 2.700.000 palestinos, despedazado por centenares de colonias sionistas, despojado del 80% de sus fuentes de agua y atravesado por un muro y carreteras amuralladas, controladas militarmente por Israel.
La Franja de Gaza está gobernada por Hamas, un partido palestino que ganó las elecciones, pero considerado como «terrorista» por Israel y el imperialismo. La Franja de Gaza sufre ya cinco años de bloqueo israelí que castiga a su población civil, privándola de muchos insumos, desde remedios hasta repuestos o materias primas industriales. El objetivo de ese castigo es parte de la política sionista de hacer la vida imposible a los palestinos para terminar de expulsarlos de lo poco que les queda de sus territorios nacionales. Lo que ratifica la necesidad histórica de acabar con el estado racista de Israel y lograr un estado único, una Palestina laica, democrática y no racista en todo el territorio histórico palestino.
Los motivos del nuevo ataque genocida
Esta nueva ofensiva se produjo después del asesinato por parte de Israel de Ahmad al-Jaffari, jefe de la brigada militar de Hamas, lanzando un misil contra su automóvil. Los palestinos respondieron con algunos cohetes. Israel respondió con bombardeos.
Es decir que, como sucedió incontables veces en los últimos 64 años, la crisis militar fue fabricada por Israel, donde hay elecciones en enero de 2013. La derecha sionista gobernante, encabezada por el primer ministro Benjamin Netanyahu, busca el conflicto militar para intentar silenciar el gran descontento popular interno por la crisis capitalista en el país y el empobrecimiento de los sectores populares, llamando a la unidad contra «los terroristas islámicos» y así ganar las elecciones. El otro objetivo es mantener y reforzar la enorme ayuda económica y militar yanqui que sostiene a Israel, oficialmente de 3.000 millones de dólares anuales de ayuda militar, aunque en realidad es mucho mayor por los envíos encubiertos.
La derrota militar y posterior retirada yanqui de Irak y la revolución árabe, con la caída principalmente del dictador Mubarak en Egipto (quien era el principal aliado de Estados Unidos y de Israel) y el levantamiento armado popular en Siria contra la dictadura de Al Assad, que garantizaba el orden en la otra frontera de Israel, cambiaron bruscamente el contexto político militar de la región en perjuicio de Estados Unidos y del estado sionista.¡Israel quiere ahora cobrar bien caro su papel de gendarme imperialista en Medio Oriente en esta difícil situación!
Mantener la solidaridad con el pueblo palestino
La tregua anunciada en El Cairo establece, además de una suspensión de todas las hostilidades, un levantamiento parcial del bloqueo. Aunque aún hay que ver si se cumple. La tregua tiene una posible explicación en la enorme reacción popular en los países árabes y especialmente en Egipto, que tiene fronteras con Gaza. Miles de egipcios dijeron que estaban dispuestos a ir a combatir a Gaza junto a los palestinos. La presión popular fue tan fuerte que el gobierno islámico capitalista del presidente Mahamed Mursi retiró su embajador en Israel y el propio Mursi fue a Gaza a visitar heridos en un hospital. Hillary Clinton, que dirige la diplomacia imperial, tuvo que elogiar a Mursi.
Lo ocurrido no nos debe hacer bajar la guardia en la solidaridad internacional. Hay que mantener las movilizaciones en apoyo al pueblo palestino. El imperialismo tiene que sentir que si continúa la masacre en Gaza lo pagará muy caro. Así se hizo este miércoles en Buenos Aires, donde se llevó a cabo una marcha frente a la embajada de Israel entre organizaciones palestinas y partidos de izquierda. También hubo marchas en el interior de Argentina.
¡Los palestinos no están solos! ¡Boicot y ruptura de todos los países con Israel! ¡Toda la ayuda al pueblo palestino!
Por eso, como dice la declaración de la Unidad Internacional de los Trabajadores (Cuarta Internacional): «Exigimos a los gobiernos que conforman el Mercosur, particularmente a los de Argentina, Brasil y Venezuela, que denuncien de inmediato el Tratado de Libre comercio existente entre el Mercosur e Israel. Pero son los pueblos árabes e islámicos quienes deben dar toda su solidaridad internacionalista con el pueblo palestino de Gaza, así como con la rebelión popular en Siria. En ambos casos se juega el futuro de la revolución árabe. La derrota de Israel o la caída de Al Assad en Siria, serían un poderoso impulso a la revolución árabe. El pueblo egipcio debe imponer la apertura total de la frontera de Egipto y Gaza (la única que no controla Israel), para que pase todo tipo de ayuda, comida, medicinas, personal de salud voluntario, y también armas y voluntarios para apoyar la resistencia palestina contra Israel». En las condiciones de la precaria tregua, exigir el total levantamiento del bloqueo terrestre y marítimo que Israel mantiene sobre Gaza, así como el retiro de las colonias sionistas y el muro israelí en Cisjordania.