Desde los primeros días de enero el gobierno «socialista» de Francia, encabezado por Francois Hollande, ha enviado tropas a Malí, en Africa, en nombre de la»defensa de los derechos humanos» y contra «los grupos terroristas». Estos falsos argumentos «humanitarios» solo esconden una nueva intervención imperialista para defender los intereses de las multinacionales francesas en Malí y en la región.
En realidad el gobierno francés tuvo que intervenir militarmente en su ex colonia, a raíz del colapso del gobierno pro francés de Toumani Touré y del ejercito de Mali, que está en desbanda fruto de una rebelión popular armada que desde hace más de un año controla la mitad del país, la región norte.
La intervención francesa tiene la aprobación del Consejo de Seguridad de la ONU y de la UE. Aunque el peso de la intervención cae en Francia, Estados Unidos ofreció sus aviones no tripulados, Dinamarca, Gran Bretaña, España y Canadá contribuirían con medios de transporte. Para dar una mascarada «multinacional» a la intervención imperialista, se ha formado la Misión Internacional de Apoyo a Malí (MISMA), en donde tropas de países africanos acompañarían a los 4 mil soldados franceses. Chad enviaría una tropa de 2 mil soldados, Nigeria unos 900 y otros centenares más de Togo, Níger, Senegal, Burkina Faso, Benin, Ghana y Guinea.
La rebelión de los pueblos del Norte de Malí
Mali es uno de los países más pobres del mundo. Se convirtió en colonia francesa en 1898. En 1960 logró su independencia. Desde entonces tuvo gobiernos dictatoriales y civiles, que fueron pactando con las multinacionales y el FMI llevando al país a una debacle económica y social. Con 15,5 millones de habitantes, Mali ocupa el puesto 175° en el Indice de Desarrollo Humano; la esperanza de vida es 51,4 años, el 65% de su territorio es desértico o semidesértico y el PBI per cápita ocupa el puesto 160° sobre 181 países (datos del El País, 20/1/13). El 90% de la población es musulmana.
Desde los años 80 se suceden las revueltas sociales y los reclamos de los diversos pueblos y nacionalidades de la región, que fueron siempre divididos por el imperialismo para favorecer el saqueo de las riquezas naturales. Desde hace décadas surgió en el norte del país una rebelión de los tuaregs del Mali, un pueblo seminómada que habita, históricamente, en una zona que abarca territorios de Mali, Niger, Argelia, Libia, Chad, Burkina Fasso y Nigeria.
El pueblo tuareg tiene fuerte presencia en el norte de Mali en la región denominada Azawad que abarca los dos tercios de país, una región de 830.000 km cuadrados, pero escasamente habitado, con 1.500.000 personas, por la gran presencia del Desierto del Sáhara. Esta región fue siendo olvidada por los distintos gobiernos de Mali que se concentran en explotar las riquezas minerales y el algodón, aliados a las multinacionales imperialistas, en especial, francesas.
Desde el 2011, en medio de la revolución árabe del Magreb, los tuaregs se rebelaron, encabezados por el Movimiento de Liberación Nacional de Azawad (MNLA) que es una organización laica tuareg que lucha por la independencia de Azawad. En mayo del 2012 declararon su independencia y nadie los ha reconocido. A partir de la caída de Kadafi los tuaregs libios que eran combatientes de su ejército, huyeron al Norte de Mali con armas y vehículos equipados con ametralladoras y se sumaron a los rebeldes. A ellos se sumaron otros grupos armados islámicos como el Grupo Salafista para la Predicación y el Combate (GSPC), que formó parte del origen de AlQaeda en el Magreb Islámico, entre otros.
En enero el MNLA lanzó una ofensiva tomando las ciudades de Tombuctu y Gao, hacia el centro del país, llegando a controlar por unos días la ciudad de Konna, poniéndose a 530 km de Bamako, la capital de Malí. Con el ejército gubernamental en desbanda y derrotado, el imperialismo francés no tuvo otra alternativa que intervenir.
Los rebeldes abandonaron Konna, pero la guerra civil continúa y puede alargarse con grandes costos políticos y militares para el imperialismo francés y sus aliados.
Francia invade para defender los intereses de sus multinacionales en la región
Hollande no puede esconder que sus tropas, con apoyo de la ONU, va a Mali a proteger los intereses de las empresas francesas no solo en Mali sino en toda esa región africana, que podría desestabilizarse completamente si triunfara la rebelión del pueblo tuareg. En especial el gigante nuclear Areva, instalada en la vecina Niger, que extrae uranio barato para las centrales francesas.
La crisis de la deuda en los años 80 tuvo un impacto desastroso para Malí, que dio lugar a la privatización masiva de las empresas en beneficio de multinacionales a la vanguardia de las cuales están las francesas. El ferrocarril se vendió a una empresa canadiense por nada. La distribución de energía eléctrica pasó al control de la francesa Bouygues, que está también presente en la mineria, como la mina de oro de Morila. La Compañía de Desarrollo Textil de Malí, que gestionaba el sector del algodón se ha vendido parcialmente al grupo Dagris. La Oficina del Niger, que gestiona la tierra cultivable de la cuenca del rio Níger, se ha convertido en un promotor del acaparamiento de tierras. A esto se suma la presencia de multinacionales como Delmas y Bolloré con almacenes de 100.000 m2 para el almacenamiento de algodón.
Fuera la intervención imperialista francesa y de la ONU en Mali! Por el derecho a la independencia nacional de pueblo taureg!
Rechazamos toda la argumentación del presidente «socialista» Hollande, en defensa de los «derechos humanos» y de condena al «terrorismo» como pretexto a la intervención militar francesa. Se trata de otra intervención imperialista que buscar seguir saqueando a los pueblos del mundo y en especial de Mali y de esa región africana.
Por otro lado, el gobierno de Hollande no tiene dudas en gastar millones de euros para sostener esta intervención militar imperialista mientras sigue ajustando a los trabajadores y al pueblo de Francia, intentando que la crisis capitalista la pague el pueblo. Llamamos a los trabajadores, a la juventud y a los sectores populares de Francia, a movilizarse para repudiar esta intervención militar y exigir el inmediato retiro de las tropas de Francia y la ONU de Mali y de toda Africa.
Más allá de las diferencias políticas que podamos tener con el MNLA y los grupos islámicos que encabezan a los rebeldes, apoyamos la lucha del pueblo tuareg por el derecho al reconocimiento de la independencia de Azawad.
Nos sumamos a las voces en el mundo que repudian la intervención imperialista en Mali y llamamos a hacer todo tipo de acción solidaria internacional con la lucha del pueblo de Mali contra esta invasión.
Unidad Internacional de los Trabajadores-Cuarta Internacional ( UIT-CI)
24 enero de 2013
Mali: Fora o imperialismo francês
Desde os primeiros dias de janeiro, o governo «Socialista» da França, encabeçado por François Hollande, tem enviado tropas à Mali, na África, em nome da «defesa dos direitos humanos» e contra «os grupos terroristas». Estes falsos argumentos «humanitários» somente escondem uma nova intervenção imperialista para defender os interesses das multinacionais francesas em Mali e na região. Na realidade, o governo francês teve que intervir militarmente na sua ex-colônia frente ao colapso do governo pró-francês de Toumani Touré e do exército de Mali, que está se dissolvendo, fruto de uma rebelião popular armada que há mais de um ano controla a metade do país, a região Norte.
A intervenção francesa tem a aprovação do Conselho de Segurança da ONU e da UE. Ainda que o peso da intervenção seja da França, os Estados Unidos ofereceram seus aviões não-tripulados, Dinamarca, Grã-Bretanha, Espanha e Canadá contribuíram com meios de transporte.
Para dar uma mascara «multinacional» à intervenção imperialista, formou-se a Missão Internacional de Apoio à Mali (MISMA), pela qual tropas de países africanos acompanhariam os 4 mil soldados franceses. Chad enviaria uma tropa de 2 mil soldados, Nigéria uns 900 e outras centenas mais de Togo, Níger, Senegal, Brukina Faso, Benin, Gana e Guiné.
A rebelião dos povos do Norte de Mali
Mali é um dos países mais pobres do mundo. Converteu-se em colônia francesa em 1898. Em 1960, conquistou sua independência. Desde então, teve governos ditatoriais e civis que foram pactuando com as multinacionais e o FMI, levando o país a um desastre econômico e social. Com 15,5 milhões de habitantes, Mali ocupa o posto 75º no Índice de Desenvolvimento Humano; a expectativa de vida é de 51,4 anos; 65% do seu território é desértico ou semi-desértico; e o PIB percapita ocupa o 160º lugar dentre 181 países (dados do El País, 20/1/13). 90% da população é muçulmana.
Desde os anos 80 se sucedem revoltas sociais e reclamações dos diversos povos e nacionalidades da região que sempre foram divididos pelo imperialismo para favorecer o saque das riquezas naturais. Há décadas surgiu no norte do país uma rebelião dos tuaregs de Mali, um povo seminômade que habita, historicamente, uma zona que abarca territórios de Mali, Níger, Argélia, Líbia, Chad, Burkina Fasso e Nigéria.
O povo tuareg tem forte presença no norte de Mali, região denominada Azawad que abarca 2/3 do país; uma região de 830.000km², mas escassamente habitada com 1.500.000 pessoas, pela grande presença do Deserto do Saara. Esta região foi sendo esquecida pelos distintos governo de Mali que se concentram em explorar as riquezas minerais e o algodão, aliados às multinacionais imperialistas, em especial, francesas.
Desde 2011, em meio à revolução árabe do Magreb, os tuaregs se rebelaram, encabeçados pelo Movimento de Libertação Nacional de Azawad (MNLA) que é uma organização laica tuareg que luta pela independência de Azawad. Em maio de 2012, declararam sua independência e ninguém a reconheceu. A partir da queda de Kadaki, os tuaregs líbios que eram combatentes de seu exército, foram pro Norte de Mali com armas e veículos equipados com metralhadoras e se somaram aos rebeldes. A eles se somaram outros grupos armados islâmicos como o Grupo Salafista para la Predicación y el Combate (GSPC), que fez parte da origem da Al-Qaeda no Magreb islâmico, entre outros.
Em janeiro, o MNLA lançou uma ofensiva tomando as cidades de Tombuctu e Gao, até o centro do país, chegando a controlar por uns dias a cidade de Konna, colocando-se a 530km de Bamako, a capital de Mali. Com o exército governamental em debanda e derrotado, o imperialismo francês não teve outra alternativa senão intervir.
Os rebeldes abandonaram Konna, mas a guerra civil continua e pode se estender com grandes custos políticos e militares para o imperialismo francês e seus aliados.
França invade para defender os interesses de suas multinacionais na região
Hollande não pode esconder que suas tropas, com apoio da ONU, vão proteger os interesses das empresas francesas não só em Mali, mas também em toda essa região africana que poderia se desestabilizar totalmente se triunfa a rebelião do povo tuareg. Em especial a gigante nuclear Areva, instalada no país vizinho Níger, que extrai urânio barato para as centrais francesas.
A crise da dívida nos anos 80 teve um impacto desastroso para Mali, que deu lugar à privatização massiva das empresas em benefício de multinacionais na vanguarda das quais estão as francesas. A ferrovia foi vendida a uma empresa canadense por quase nada. A distribuição de energia elétrica passou ao controle da francesa Bouygues, que também está presente na mineração, como a mina de ouro de Morila. A Companhia de Desenvolvimento Têxtil de Mali, que geria o setor de algodão foi vendida parcialmente ao grupo Dagris. A oficina de Níger, que gerenciava a terra cultivável da Bacia do rio Níger, converteu-se num promotor da grilagem de terras. A isto se soma a presença de multinacionais como Delmas e Bolloré com armazéns de 100.000 m² para o armazenamento de algodão.
Fora a intervenção imperialista francesa e da ONU em Mali! Pelo direito à independência nacional do povo taureg!
Rechaçamos toda a argumentação do presidente «socialista» Hollande, em defesa dos «direitos humanos» e de condenação ao «terrorismo» como pretexto à intervenção militar francesa. Trata-se de outra intervenção imperialista que busca seguir saqueando os povos do mundo e em especial de Mali e dessa região africana.
Por outro lado, o governo de Hollande não tem dúvidas em gastar milhões de euros para sustentar essa intervenção militar imperialista enquanto segue aplicando os ajustes aos trabalhadores e povo da França, tentando com que a crise seja paga pelo povo. Chamamos os trabalhadores, a juventude e os setores populares da França a se mobilizar para repudiar esta intervenção militar e exigir a imediata retirada das tropas da França e da ONU do Mali e de toda África.
Para além das diferenças políticas que possamos ter com o MNLA e dos grupos islâmicos que encabeçam os rebeldes, apoiamos a luta do povo tuareg pelo direito ao reconhecimento da independência de Azawad.
Nos somamos as vozes no mundo que repudiam à intervenção imperialista no Mali e chamamos a fazer todo tipo de ação solidária internacional com a luta do povo Mali contra esta invasão.
Unidade Internacional dos Trabalhadores – Quarta Internacional (UIT-QI)
24 de janeiro de 2013
(Tradução para Fundação Lauro Campos: Michel Tunes)