Por Miguel Sorans, dirigente de la UIT-CI (English version) (Versão em Português)
Los socialistas revolucionarios, que hacemos parte de Unidad Internacional de los Trabajadores (UIT-CI), nos solidarizamos con el dolor del pueblo venezolano por la muerte del presidente Hugo Chávez. Como también compartimos esa solidaridad con sus familiares y con los miles de seguidores que Chávez y su movimiento tienen en Latinoamérica y el resto del mundo.
En el mismo sentido se ha expresado nuestro partido hermano el Partido Socialismo y Libertad (PSL) de Venezuela, que encabeza Orlando Chirino.
El impacto de su muerte trasciende las fronteras de Venezuela, porque Chávez ha sido un líder político de masas que abrió enormes expectativas de cambio para millones de trabajadores y sectores populares. Millones que en Venezuela y en toda Latinoamérica están hartos de la entrega, del saqueo imperialista, de las multinacionales, los oligarcas y del creciente nivel de pobreza, mientras los ricos son cada vez más ricos. Millones que vienen luchando contra los planes de ajuste.
La muerte de Chávez deja planteado hasta donde su proyecto político respondió a esas expectativas y cual será el futuro de su movimiento.
Chávez surgió canalizando la crisis del Caracazo
Chávez era un militar desconocido en los 90. Y se convierte en presidente en 1998, canalizando el rechazo de masas a los viejos líderes y partidos políticos capitalistas que había llevado al desastre social a Venezuela. El «que se vayan todos» venezolano se dio en 1989, en la rebelión social conocida como el «Caracazo». Miles salieron a la calle contra el ajuste. Chávez salió a cubrir ese enorme vacío político, levantando banderas nacionalistas, antiimperialistas y populares. Se termino de consolidar cuando fracasó, por la movilización revolucionaria del pueblo venezolano, el golpe proyanqui de abril del 2002, impulsado por Bush y la vieja oligarquía del país.
Nuestra corriente socialista en Venezuela, integrada por militantes de larga trayectoria como Orlando Chirino, José Bodas, Miguel Ángel Hernández, Emilio Bastidas o Armando Guerra, entre otros, estuvieron entonces junto a la clase obrera y el pueblo impulsando la movilización para derrotar el golpe proimperialista defendiendo el derecho democrático del pueblo que había elegido a Chávez. Se ganaron la autoridad para expresar sus discrepancias con el proyecto político de Chávez y su movimiento, desde una postura consecuentemente antiimperialista y socialista.
En el año 2005, Chirino señalaba, como uno de los principales dirigentes de la central obrera UNT, que «el proyecto político del presidente Chávez se sigue cimentando en esa ilusión de que es posible desarrollar un proyecto nacionalista burgués…Allí radica nuestra diferencia estratégica con lo que hasta ahora viene planteando el presidente Chávez. La única clase social que está dispuesta a ir hasta el final, justamente es la clase obrera, los trabajadores…Eso de impulsar un proyecto basado en la supuesta «función social» del capital, ni es nuevo, ni lamentablemente es socialismo» ( libro Reportajes a dirigentes de la UNT, junio 2005, páginas 65 y 67).
De esta forma se expresaba las limitaciones del proyecto del chavismo para lograr soluciones de fondo para los trabajadores y el pueblo. Efectivamente, el proyecto no era nada nuevo. Desde el primer momento el proyecto de Chávez tuvo puntos de contactos con lo que fue el peronismo en los 50, en Argentina. También Perón tuvo roces con el imperialismo y pudo dar algunas concesiones sociales por una buena coyuntura económica de pos guerra. Pero al no romper con el capitalismo nunca logró realmente solucionar los problemas de fondo de los trabajadores y el pueblo. Chávez también aprovechó una coyuntura de precios petroleros altos para dar algunas concesiones como las Misiones. Pero al mantener la estructura capitalista del país, conviviendo con las multinacionales, los banqueros, los grandes empresarios y una nueva burguesía, la llamada «boliburguesia», luego de 14 años de gobierno, los problemas vitales del pueblo venezolano (salario, salud, educación, vivienda) siguen sin solución.
La lucha de los trabajadores y el pueblo venezolano va a continuar
Hoy en Venezuela, el dolor por la muerte de Hugo Chávez, pondrá una pausa de duelo. Mañana el pueblo venezolano seguirá su lucha por sus reivindicaciones y los cambios sociales a los que aspira.
Sabemos que aún amplios sectores de masas tienen expectativas de que, aún sin Chávez, el gobierno del PSUV le responda a sus aspiraciones. Respetando esa opinión, seguiremos diciéndoles que con este proyecto, gobierne quien gobierne, Maduro o Diosdado Cabello, no habrá salida para los problemas del pueblo trabajador.
El pueblo seguirá padeciendo una altísima inflación y bajos salarios, a causa del ajuste que está aplicando Maduro que, según él, fue aprobada por Chávez. Basada en una devaluación del 46, 5%, una medida típica de ajuste capitalista. Seguirá la lucha por la defensa del salario y contra la criminalización de la protesta, tal como se evidenció en la represión brutal de que fueron víctima nuevamente los Yukpa y el asesinato por sicarios de su dirigente Sabino Romero.
Tampoco son solución los dirigentes de la oposición burguesa proyanqui reciclados en la MUD, que ahora quieren aparecer como los adalides de la Constitución que ellos mismos pisotearon con el golpe y el paro-sabotaje petrolero en el 2002.
Por todo ello hacemos nuestra la propuesta levantada por el PSL en Venezuela, que «plantea transformaciones concretas para avanzar hacia una sociedad mucho más justa y solidaria, partiendo de que el petróleo sea 100% del Estado venezolano, sin empresas mixtas ni transnacionales, y sea gestionado directa y democráticamente por los trabajadores y técnicos de nuestra principal industria. Partiendo de la recuperación de nuestro principal recurso, se podrán enfrentar los problemas del país, convirtiéndolo en una gran palanca económica al servicio de salud y educación gratuita para todos, viviendas dignas, salario mínimo igual a la canasta básica, seguridad social y personal, jubilaciones a tiempo y retroactividad de las prestaciones sociales, trabajo digno y productivo, desarrollo industrial y reforma agraria, en el marco de un modelo sin explotación de unos seres humanos por otros, ni depredación irracional de la naturaleza.
Para nuestro partido, solo a través de la organización obrera y popular autónoma y la movilización, en la perspectiva de la lucha por conquistar un gobierno de los trabajadores y el pueblo explotado, se podrá encontrar solución para los problemas que nos aquejan. De allí que la actual coyuntura que atraviesa el país ratifique la necesidad de construir una alternativa verdaderamente de izquierda y revolucionaria, que supere el falso socialismo del siglo XXI y la falsa democracia que pregona la derecha. Una alternativa política que en la calle, en las universidades, en los portones de las fábricas, en las áreas petroleras, así como en el terreno electoral, se erija en herramienta de lucha para los trabajadores, las comunidades y la juventud» (Declaración PSL 16 de enero 2013).
Revolutionary socialists before the death of Hugo Chavez
By Miguel Sorans, leader of UIT-CI
Revolutionary socialists, those who are part of the International Workers Union (IWU-FI [UIT-CI in Spanish), we sympathize with the pain of the Venezuelan people for the death of President Hugo Chavez. We share this solidarity with his family and with the thousands of supporters that Chavez and his movement have in Latin America and the rest of the world.
Similar thoughts have been expressed by our sister party the Socialism and Freedom Party (PSL) of Venezuela, headed by Orlando Chirino.
The impact of his death transcends the borders of Venezuela, because Chavez has been a mass political leader who opened huge expectations of change for millions of workers and popular sectors. Millions who in Venezuela and throughout Latin America are fed up with kowtowing, of imperialist plunder, the multinationals, the oligarchs and the increasing level of poverty, while the rich are getting richer. Millions who are fighting the austerity plans.
Chavez’s death raised the question of how far his political project responded to those expectations and what will be the future of his movement.
Chavez emerged channeling the Caracazo crisis
Chavez was an unknown military man in the early 1990s. And he became president in 1998, channeling mass rejection of the old capitalist leaders and political parties that had led Venezuela to social disaster. The Venezuelan «they all must go» happened in 1989, in the social rebellion known as the «Caracazo». Thousands took to the streets against the adjustment. Chavez emerged to fill this huge political vacuum, raising nationalist, anti-imperialist and popular flags. He finished consolidating when the pro-US coup of April 2002, driven by Bush and the old oligarchy of the country, failed due to the revolutionary mobilization of the Venezuelan people.
Our socialist current in Venezuela, made up of long-time militants like Orlando Chirino, José Bodas, Miguel Angel Hernandez, Armando Emilio Bastidas or Armando Guerra, among others, were then right next to the working class and the people driving the mobilization to defeat the pro-imperialist coup, defending the democratic rights of the people who had elected Chavez. They earned the authority to express their disagreement with the political project of Chavez and his movement, from a position consistently anti-imperialist and socialist.
In 2005, Chirino, as one of the main leaders of the UNT union federation, noted: «the political project of President Chavez is still cemented in the illusion that it is possible to develop a bourgeois nationalist project … Therein lies our strategic difference with what, so far, president Chavez has been raising. The only social class that is willing to go all the way, is precisely the working class, the workers … The claim that to promote a project based on the alleged «social function» of capital is neither new, nor unfortunately is socialism.» (Book Interview to leaders of UNT, June 2005, pages 65 and 67).
Thus he expressed the limitations of the Chavista project to achieve fundamental solutions for the workers and the people. Indeed, the project was nothing new. From first moment the project of Chavez had points of contact with what was in the 1950s Peronism in Argentina. Peron also had brushes with imperialism and could give some social concessions due to a good post-war economic situation. But on not having broken with capitalism he never really managed to solve the underlying problems of the workers and the people. Chavez also took advantage of an economic situation of high oil prices to give some concessions such as the Missions. But maintaining the capitalist structure of the country, coexisting with multinationals, bankers, big business and a new bourgeoisie, the so called «Bolivarian bourgeoisie», after 14 years in office, the vital problems of the Venezuelan people (wages, health, education, housing) remain unresolved.
The struggle of the workers and the people of Venezuela will continue
Today in Venezuela, the grief over the death of Hugo Chavez will pause for mourning. Tomorrow the Venezuelan people will continue their struggle for their demands and the social changes to which they aspire.
We know that large sections of the masses still have expectations that, even without Chávez, the PSUV government would respond to their aspirations. Respecting that view, we will continue telling them that with this project, govern who may govern, Maduro or Diosdado Cabello, there will be no solution to the problems of working people.
The people will continue to suffer from hyperinflation and low wages, caused by the adjustment that Maduro is applying which, according to him, was approved by Chavez. Based on a devaluation of 46, 5%, a typical measure of capitalist adjustment. The struggle for the defense of wage and against the criminalization of protest will continue, as evidenced by the brutal repression of which the Yukpa people victims again and the murder by hired assassins of their leader Sabino Romero.
Neither is the solution the leaders of the pro-US bourgeois opposition recycled in the MUD, who now want to appear as the champions of the Constitution that they trampled with the coup and oil strike and sabotage in 2002.
For all this we make ours the proposal raised by the PSL in Venezuela, which «raises specific transformations to move towards a much more just and united society, starting with oil that is 100% of the Venezuelan state, without mixed nor transnational companies, and it is directly and democratically run by workers and technicians of our main industry. Based on the recovery of our main resource, we will be able to face the problems of the country, making it a great economic leverage in the service of free health and education for all, decent housing, minimum wages equal to the basic basket, social and personal security, pensions in time and back dated social services, decent and productive work, industrial development and land reform in the framework of a model without exploitation of human beings by others nor irrational predation of nature.
For our party, it’s only through autonomous labor and popular organization and mobilization, in the perspective of the struggle to achieve a government of workers and the exploited people, that we will be able to find a solution to the problems that ails us. Hence, in the current situation facing the country, we ratify the need to build an alternative truly of the left and revolutionary, which overcomes the false XXI century socialism and the false democracy which the right proclaims. A political alternative which on the streets, in the universities, in the factory gates, in the oil areas and in the electoral arena, becomes a fighting tool for workers, communities and youth» (Statement PSL, 16 January 2013).
Os socialistas revolucionários ante a morte de Hugo Chávez
Por Miguel Sorans, da redação da revista Correspondência Internacional
Nós, socialistas revolucionários, que fazemos parte da Unidade Internacional dos Trabalhadores (UIT-CI), nos solidarizamos com a dor do povo venezuelano pela morte do presidente Hugo Chávez. Também compartilhamos essa solidariedade com seus familiares e com os milhões de seguidores de Chávez na América Latina e no resto do mundo.
No mesmo sentido tem se expressado nosso partido irmão, o Partido Socialismo e Liberdade (PSL) da Venezuela, encabeçado por Orlando Chirino.
O impacto de sua morte transcende as fronteiras da Venezuela porque Chávez foi um líder político de massas que abriu enormes expectativas de mudança para milhões de trabalhadores e setores populares. Milhões na Venezuela e em toda a América Latina estão fartos da entrega, do saque imperialista, das multinacionais, os oligarcas e do crescente nível de pobreza, enquanto os ricos ficam cada vez mais ricos. Milhões de pessoas estão lutando contra os planos de ajustes.
A morte de Chávez levanta a questão de até onde seu projeto político respondeu a estas expectativas e qual será o futuro de seu movimento.
Chávez surgiu canalizando a crise do Caracazo
Chávez era um militar desconhecido nos anos 90. E se converte em presidente em 1998, canalizando o rechaço das massas aos velhos líderes e partidos políticos capitalistas que haviam levado ao desastre social a Venezuela. O «que se vayan todos» venezuelano se deu em 1989, na rebelião social conhecida como o «Caracazo». Milhares saíram às ruas contra o ajuste. Chávez saiu a ocupar esse enorme vácuo político, levantando bandeiras nacionalistas, antiimperialistas e populares. Terminou de se consolidar quando fracassou, pela mobilização revolucionária do povo venezuelano, o golpe pró-ianque de abril de 2002, impulsionado por Bush e a velha oligarquia do país.
Nossa corrente socialista na Venezuela, integrada por militantes de larga trajetória como Orlando Chirino, José Bodas, Miguel Angel Hernandes, Emilio Bastidas ou Armando Guerra, entre outros, estiveram então juntos com a classe trabalhadora e povo impulsionando a mobilização para derrotar o golpe pró-imperialista defendendo o direito democrático do povo que havia elegido a Chávez e seu movimento, com um perfil conseqüentemente antiimperialista e socialista.
No ano de 2005, Chirino assinalou como um dos principais dirigentes da central operária UNT, que «o projeto político do presidente Chávez segue alicerçado na ilusão de que é possível desenvolver o nacionalismo burguês. Essa é nossa diferença estratégica com o que até agora vem propondo o presidente Chávez. A única classe social que está disposta a ir até o final, justamente é a classe operária, os trabalhadores… Isso de impulsionar um projeto baseado na suposta função social do capital não é novo, nem lamentavelmente é socialismo» (libro Reportajes a dirigentes de la UNT, junho 2005, páginas 65 e 67).
Desta forma se expressam as limitações do projeto chavista para lograr soluções de fundo para os trabalhadores e o povo. Efetivamente, o projeto não era nada novo. Desde o primeiro momento o projeto de Chávez teve ponto de contato com o que foi o peronismo nos anos 50, na argentina. Também Perón teve atritos com o imperialismo e pode dar algumas concessões sociais por uma boa conjuntura econômica do pós-guerra. Porém, ao não romper com o capitalismo nunca logrou realmente solucionar os problemas de fundo dos trabalhadores e do povo. Chávez também aproveitou a conjuntura dos preços petroleiros altos para dar algumas concessões como as missões. Porém, ao manter a estrutura capitalista do país, convivendo com as multinacionais, os banqueiros, os grandes empresários e uma nova burguesia, a chamada «boliburguesia», depois de 14 anos de governo, os problemas vitais do povo venezuelano (salário, saúde, educação, habitação) seguem sem solução.
A luta dos trabalhadores e do povo venezuelano vai continuar
Hoje na Venezuela, a dor pela morte de Hugo Chávez, impõe uma pausa para o luto. Amanhã o povo venezuelano seguirá sua luta por suas reivindicações e mudanças sociais que aspira.
Sabemos que agora amplos setores de massas têm expectativas de que, agora sem Chávez, o governo do PSUV responda a suas aspirações. Respeitando essa opinião, seguiremos dizendo-lhes que com este projeto, governe quem governe, Maduro ou Diosdado Cabello, não haverá saída para os problemas do povo trabalhador.
O povo seguirá padecendo de uma altíssima inflação, serviços precários de luz e água, baixos salários e desabastecimento de produtos de primeira necessidade. Seguirá a luta pela defesa do salário e contra a criminalização do protesto, tal como se evidenciou na repressão brutal de que foram vítimas novamente os índios Yukpa com o assassinato por pistoleiros de seu dirigente Sabino Romero.
Tampouco é saída os dirigente da oposição burguesa pró-ianque reciclados na MUD, que agora querem aparecer como os defensores da constituição que eles mesmos pisotearam com o golpe e a paralisação-sabotagem petroleira em 2002.
Por tudo isso fazemos nossa a proposta defendida pelo PSL na Venezuela, «transformações concretas para avançar para uma sociedade muito mais justa e solidária, partindo de que o petróleo seja 100% do Estado venezuelano, sem empresas mistas nem transnacionais, e seja gerida direta e democraticamente pelo trabalhadores e técnicos de nossa principal indústria. Partindo da recuperação de nosso principal recurso, se poderá enfrentar os problemas do país, convertendo-o em uma grande alavanca econômica a serviço de saúde e educação gratuita para todos, habitações dignas, salário mínimo igual a cesta básica, seguridade social e pessoal, aposentadorias por tempo e garantia dos benefícios sociais, trabalho digno e produtivo, desenvolvimento industrial e reforma agrária, no marco de um modelo sem exploração de um ser humano por outro, nem depredação irracional da natureza.
Para nosso partido, só através da organização operária e popular autônoma e a mobilização, na perspectiva da luta por conquistar um governo dos trabalhadores e do povo explorado, se poderá encontrar solução para os problemas que nos afligem. Daí que na atual conjuntura que vive o país ratifique a necessidade de construir uma alternativa verdadeiramente de esquerda e revolucionária, que supere o falso socialismo do século XXI e a falsa democracia que prega a direita. Uma alternativa política que nas ruas, nas universidades, nos portões de fábricas e nas áreas petroleiras, assim como no terreno eleitoral, se erija como uma ferramenta de luta para os trabalhadores, as comunidades e a juventude.» (Declaração PSL, 15 de janeiro de 2013).