Cada 4 años el régimen político de la Constitución de 1980 llama al pueblo a elegir a sus gobernantes y lo hace en un formato en donde los candidatos de la derecha, de la Nueva Mayoría y sus aliados, disponen del 99% de la propaganda electoral ya sea callejera, escrita, televisiva o radial. Es el momento de los ofertones, de las promesas vacías, con tal de conseguir los votos para llegar a la presidencia o al parlamento, momento después del cual ese discurso demagógico es botado al fondo del basurero. En los últimos «debates» presidenciales de Anatel el record de las mentiras se lo llevó Bachelet al prometer que va a implantar la educación gratuita cuando en realidad fue en su administración anterior la que profundizó la privatización y el lucro.
Después de la gran rebelión estudiantil la mayoría de los candidatos no pueden aparecer oponiéndose a la educación gratuita, en cambio coquetean con ella para no perder votos, pero no proponen ninguna medida concreta para realizarla. Bachelet, Matthei, Parisi, MEO, Sfeir y Joselyn Holt desde distintos ángulos, son los que defienden el actual modelo político y económico que nos gobiernan. Sólo Marcel Claude y Roxana Miranda son las candidaturas que por su programa rompe con los pilares básicos del modelo que ha creado las mayores inequidades al pueblo.
Las luchas son ignoradas
Nunca como ahora conflictos de todo tipo se desarrollan ante nuestros ojos. Empleados municipales en huelga hace 19 dias, también en Starbuck, HyM y Asmar. Ayer fueron los recolectores de basura y los empleados del registro civil solo por nombrar algunas. Monserrat, una huelga símbolo con más de 60 dias, demuestra la dureza con que el Código Laboral trata a los trabajadores mientras premia a su dueño, Alvaro Saieh, un reconocido especular financiero. Todo trabajador que lucha por sus demandas experimenta en carne propia la legislación laboral heredada de la dictadura: persecución y prácticas antisindicales, rompehuelgas, intervención de las Fuerzas Especiales para proteger a los empresarios, permitir el multirut para atomizar los sindicatos, etc. Solo Marcel Claude y Roxana Miranda han ido personalmente a solidarizar con esas luchas y han propuesto terminar con el Código Laboral. Para los demás candidatos la falta de derechos que consagra esa ley no es un tema que les preocupe puesto que están para servir a los empresarios aunque enmascaren ese apoyo mediante la cháchara electoral
A votar por Marcel Claude
Marcel Claude ha repetido insistentemente que Chile no es un país de derechos sino de negocios y tiene razón. La dictadura de Pinochet ha modelado un sistema político y económico que durante 40 años ha provocado la concentración de la riqueza más alta del mundo. Todas las actividades económicas se han privatizado y han sido presa de los grandes capitales nacionales y extranjeros que han sido ayudados por un estado subsidiario en la tarea de superexplotar a los trabajadores y rapiñar los recursos naturales. Se consumó este robo mediante instrumentos creados por la dictadura y perfeccionados por los gobiernos de la Concertación. Estos son la ley de Isapres, de las AFP, de Educación, de Minería, del Plan Laboral (hoy Código Laboral), de las inversiones extranjeras, del Código de Aguas, etc. Y todos coronados por la Constitución de 1980 de Pinochet y Lagos.
No habrá salarios, ni salud, ni educación ni previsión dignas, tampoco habrá democracia mientras no se destruyan esos instrumentos que han provocado el paraíso de una ínfima minoría de ricos que es Chile. Marcel Claude ha llamado al pueblo a destruirlos para refundar el país desde abajo hacia arriba.
Formemos una organización revolucionaria
Cuantos más votos saqué Marcel Claude más cerca estaremos de construir una organización que combata al régimen de la derecha y la Nueva Mayoria con sus aliados del PC. Todo aquel que quiera terminar con el Código Laboral, con las Isapres, con las AFP, con la Ley de Educación. Todo aquel que este por la educación y salud pública y gratuita, por la nacionalización de cobre y todos los recursos naturales, incluida el agua; todo aquel que considere convocar a una asamblea constituyente para alcanzar la democracia, debe tener un lugar en el movimiento Todos a la Moneda.
Este movimiento debe formarse ya de manera concreta haciendo Marcel Claude un llamado a confluir en una gran asamblea como un acto de cierre de campaña, que siente las bases de la nueva organización. Esta organización será muy necesaria para los tiempos que vienen para darles cabida a todos los luchadores que provocará el desencanto de un segundo gobierno de Bachelet. Será más necesaria aun para sacar a la burocracia sindical de la CUT y de todas las organizaciones sindicales y muy especialmente a los burócratas del PC y el PS que traicionan, dividen o aíslan cada una de las movilizaciones de los trabajadores en beneficio de sus acuerdos con Bachelet y por su intermedio con los empresarios.