En el año 2006 el gobierno peruano fue al Tribunal Internacional de la Haya para que dirimiera el límite marítimo con Chile. Desde esa fecha poco se habló del tema. Sin embargo ante la proximidad del fallo una ola informativa invadió los medios debido al triunfalismo peruano y la preocupación creció ante el temor de una pérdida, cosa que finalmente ocurrió. Desde el gobierno, la oposición y los partidos, pasando por todos los periodistas, opinólogos y expertos en el tema cerraron filas para defender la integridad territorial chilena aunque criticando al gobierno de Piñera por no defenderla bien pues manejó el conflicto con la orientación de las «cuerdas separadas».
LA SOBERANIA SUPEDITADA A LOS NEGOCIOS
Estas complicadas palabras «cuerdas separadas» significan que la contienda en La Haya por el límite marino no pueden impedir los negocios entre los dos países y es aquí donde Piñera puso el acento. En efecto, las inversiones chilenas en Perú han aumentado considerablemente bajo su gobierno. «En este minuto existen alrededor de 300 empresas chilenas de las cuales la mitad están hace menos de cuatro años» dijo Camilo Navarro, director comercial de ProChile Perú.
Las mismas empresas que explotan al pueblo chileno, explotan allá al pueblo peruano, incluso ganan allí más que en Chile; nos referimos a Cencosud, Falabella, Ripley cuya principal tajada la sacan del negocio financiero. Es importante señalar que nuestro canciller, Alfredo Moreno, fue director de Falabella antes de asumir su cargo. Pero la lista también está integrada por otras importantes empresas como LAN, Sonda, Salfa, Indura, Sigdo Koppers, Entel, etc. Por su parte, Perú lleva invertido 1000 millones de dólares en Chile.
Lo mismo que el imperialismo, la burguesía chilena se dio cuenta que ganancias fuera de lo común se obtenían como resultado de la entrega que han hecho del Perú los distintos gobiernos de Fujimori, Toledo, Alan García y ahora Ollanta Humala al capital extranjero de todas las actividades económicas y especialmente la minería. Es como una película de terror pero real, la misma que padece el pueblo chileno. Entonces resulta tragicómico la defensa de la soberanía que hacen ambos gobiernos cuando hace rato la han perdido a manos de los grandes capitales y las transnacionales extranjeras. La palabra soberanía no es más que un eufemismo que significa en realidad la defensa de sus negocios. Por eso resultó tan ridículo ver a personeros del gobierno, días antes del fallo, en Arica defendiendo la soberanía marítima para que los pescadores artesanales pudieran ejercer su labor, cuando en realidad todo el mar chileno fue entregado a perpetuidad a 7 grupos económicos. En cambio, quieren ocultar esta realidad de entrega y sumisión mediante un nacionalismo tardío y trasnochado tomando como símbolo de la nacionalidad a la selección chilena de futbol pero que, sin embargo, está auspiciada por la Coca Cola.
EL IMPERIALISMO ES QUIEN DIRIME LOS CONFLICTOS
El imperialismo, el mismo que explota despiadadamente a nuestros pueblos en complicidad con la burguesía de ambos países, es el que dirimió el conflicto, es decir el gato al cuidado de la carnicería. El tribunal de La Haya, con su pretendida aureola de imparcialidad, no es más que un tribunal de las Naciones Unidas organismo que es, como se sabe, dirigido políticamente por EE.UU en complicidad con otras naciones imperialistas. Entonces La Haya es un tribunal que defiende estratégicamente sus intereses y los fallos se dictarán de forma tal en concordancia con esos intereses que no son precisamente los de los trabajadores y los pueblos. Si en determinado momento por defender esos intereses tiene que poner el acento del fallo favorable a Perú, lo hará, si en otro momento debe favorecer a Chile, lo hará del mismo modo. Para llevar adelante este propósito debe ocultar su accionar en una maraña de procesos judiciales. Se llega entonces al contrasentido de que todo se hace secretamente a las espaldas del pueblo cuando, por el contrario, debiera ser el soberano en la marcha de su propio destino.
SÓLO LOS TRABAJADORES DE AMBOS PAISES RESOLVERÁN LOS CONFLICTOS
Como dijo Marx, los trabajadores no tienen patria, sólo los capitalistas la tienen porque la necesitan como plataforma para defender sus negocios. Y si para defender esos negocios tienen que enajenar la economía nacional, lo harán, como lo han hecho siempre, manteniendo las fronteras, la canción nacional, la bandera como atributos vacíos de esa nacionalidad. En cambio, los trabajadores siempre son explotados de la misma forma por capitalistas de distintas nacionalidades. Es por ello que chilenos, peruanos, brasileños, argentinos, en fin, los obreros del mundo, son hermanos pues los unifica la explotación capitalista imperialista mundial.
Los problemas limítrofes sólo desparecerán cuando los trabajadores chilenos y peruanos terminen con sus gobiernos capitalistas vendidos al imperialismo e instauren sus propios gobiernos que unirán democráticamente sus economías socialistas y complementarias.
Como homenaje a la solidaridad obrera vaya este testimonio de la matanza en Iquique a principio del siglo pasado:
«La matanza de la Escuela Santa María de Iquique, junto a trabajadores chilenos murieron obreros bolivianos y algunos peruanos. Cuando los cónsules les pidieron salir, se negaron, dijeron: «con los chilenos vivimos, con los chilenos morimos, no somos bolivianos, no somos peruanos, somos trabajadores»
Movimiento Socialista de los Trabajadores (MST) de Chile, sección de la UIT-CI
29 de enero de 2014.