El dictador Al Assad montó una farsa electoral para legitimarse como Presidente de un país que lleva 3 años de un alzamiento popular generalizado, en el marco de las revoluciones árabes.
Nunca en 50 años hubo más de un candidato, pero los dos títeres que completan este circo los eligió el propio dictador para simular pluralidad en unas elecciones donde sólo compiten y votan los leales al régimen. Uno de ellos, fue un destacado referente del PC Sirio.
Mientras se vota en los barrios controlados por Assad, en las zonas liberadas llueven barriles explosivos y artillería contra civiles y combatientes rebeldes.
Pero más grande que este montaje ha sido el repudio mundial que despertó. En decenas de ciudades del mundo hubo actos y manifestaciones por la caída del dictador y el triunfo de la Revolución. Desde la UIT-CI, nos sumamos a los miles de activistas alrededor del mundo. Nuestra sección Argentina (Izquierda Socialista) revistió con banderas el obelisco de Buenos Aires.
Un combatiente rebelde dijo: «¿Ir a votar, para qué? No seré yo quien vote para dar legitimidad a Assad y que tenga carta blanca para seguir matando a gente. No… Hoy le mandaré mi voto en forma de mortero para que lo incluya en el recuento» (El Mundo – 3/6/14).