Por UIT-CI – 24 de julio de 2014
El ejército israelí sigue masacrando al pueblo palestino. Ya se registran más de 700 muertos y miles de heridos, una cuarta parte niños, más del 80% civiles no combatientes. Fueron asesinadas familias completas. Con misiles, aviones, artillería desde aire, tierra y mar, Israel ataca viviendas y hospitales con el pretexto de que «se esconden terroristas», como llama a los heroicos resistentes palestinos que se defienden con armas livianas y hasta piedras del ataque genocida.
Hipócritamente Israel dice que se «defiende» de Hamas que lanza «misiles» y que «esconde» sus lanzadoras en la población civil y que por eso están obligados a bombardear. Los EE.UU y la ONU avalan el ataque de Israel pidiendo un «alto el fuego» de ambas partes. Esto es falso. La resistencia palestina, encabezada por Hamas, solo se defiende de los bombardeos masivos y de la invasión terrestre. Todo lanzado con el pretexto de que Hamas habría estado detrás del repudiable crimen de tres jóvenes judíos. Cosa no demostrada y que siempre sonó a provocación de Israel para justificar su criminal ataque.
El ataque israelí, supuestamente de «defensa», no tiene la menor proporción. Los cohetes palestinos causaron un sólo muerto en Israel. Gaza no tiene defensas antiaéreas y es un pequeñísimo territorio de 40 km de largo por 10 de ancho. En realidad Gaza se ha convertido en una enorme prisión a cielo abierto, bloqueada, con pobladores indefensos frente a cada ataque de Israel. En este momento le han cortado la electricidad a la mayor parte de Gaza y destruido los sistemas de provisión de agua. Las demás bajas israelíes (más de 30) son soldados invasores, muertos por la heroica defensa palestina, calle por calle, casa por casa.
Israel enclave imperialista
Lo que ocurre ahora es otro episodio de una guerra genocida planificada desde hace casi setenta años. El estado de Israel fue creado en 1948 como enclave imperialista en la región, con el apoyo del imperialismo yanqui, inglés y de Stalin de la URSS, con población judía europea. El objetivo de crear semejante Estado fue la dominación militar, política y económica del Medio Oriente (la región más rica en petróleo del mundo), utilizando para tal fin como carne de cañón a judíos migrantes de Europa a los que se les dio tierras robadas a los árabes, con la ideología racista del sionismo de que el actual Israel era una «tierra prometida» por Dios a los judíos. Un Estado gendarme, dotado de armas poderosas por el imperialismo y con población migrante. Desde el comienzo practicó el genocidio y la «limpieza étnica» expulsando a un millón de árabes palestinos que ahí vivían. El objetivo actual del sionismo, sigue siendo el de su fundación, expulsar definitivamente a los 5 millones de palestinos que aún viven en Gaza, Cisjordania y la propia Israel, que era la antigua Palestina. El imperialismo, con Obama a la cabeza, repite que «Israel tiene derecho a defenderse». Una comisión del Congreso norteamericano estableció que Israel recibió 121.000 millones de dólares en ayuda militar yanqui (denuncia del intelectual norteamericano Noam Chomsky). El intento imperialista, lamentablemente apoyado por la dirección histórica palestina de Al Fatha, de crear «dos estados en paz» ha fracasado y no tiene futuro.
Mientras no se imponga el derecho al retorno a su país de todos los palestinos expulsados y la destrucción del Estado genocida para construir una Palestina laica y democrática en todo el territorio de la antigua Palestina, hoy ocupado por Israel, no habrá solución a la agresión militar genocida permanente del Estado de Israel contra los palestinos y otros pueblos árabes
El contexto del actual ataque israelí
Israel lanzó su ataque criminal aprovechando la contraofensiva imperialista desatada ante el proceso revolucionario de los países árabes, iniciada en 2011. La actual ofensiva militar del dictador Al Assad contra el pueblo sirio y la dictadura militar en Egipto, han aislado relativamente al pueblo palestino. Es decir, en un marco de crisis e inestabilidad política regional, Israel tiene ahora simultáneamente sus fronteras noreste (Siria) y sur (Egipto) custodiadas por dos dictaduras asesinas de sus pueblos. El dictador sirio Bacher Al Assad, en vez de disparar contra las tropas israelíes que hace años ocupan las colinas del Golán, territorio sirio ocupado por Israel, disparan y bombardean a su pueblo en Aleppo y otras zonas rebeldes en su país. En el caso de Egipto, el gobierno militar está cerrando los túneles que unían a Gaza con Egipto, que permitían romper parcialmente el bloqueo israelí. Gaza está ahogada, no tiene medicamentos, le falta de todo. La Liga Arabe (integrada por Arabia Saudita, Qatar, Yemen, Argelia y otros países) hacen alguna declaración pero no mueven un dedo para apoyar al pueblo palestino y son aliados del imperialismo.
El asesino de Netanyahu e Israel aprovechan esto para tratar de recuperar terreno perdido, seguir colonizando la tierra palestina y reventar la unidad que se había logrado para un gobierno único palestino entre Al Fatha y Hamas, luego de seis años de divisiones. Y por otro lado, con la «guerra» buscan superar la crisis social interna, ante el fracaso de su proyecto. Fomentando la «unidad nacional» contra «el terrorismo».
Movimiento mundial de solidaridad
¡Es urgente detener a los genocidas sionistas que están masacrando impunemente a la población civil! ¡Exigimos el inmediato cese de los bombardeos, fin del bloqueo a Gaza y libertad a los presos políticos palestinos!
En centenares de ciudades de los cinco continentes ha ganado las calles un poderoso movimiento de masas de solidaridad con los palestinos, de indignación ante la masacre y repudio a la agresión israelí. Este movimiento hasta incluye a destacados intelectuales judíos y hasta a una organización encabezada por rabinos judíos ortodoxos, que denuncian el genocidio y están contra Israel y el sionismo.
En contraste con este sentimiento popular, la ONU no hace prácticamente nada y sólo «condena» la violencia de «ambos lados» (¡como si pudiese igualarse al cuarto ejército del mundo con un pueblo sin aviones, ni barcos, ni tanques!). El Comité de derechos humanos de la ONU, que no tiene ningún poder efectivo, dijo que «Israel podría estar cometiendo crímenes de guerra» y anunció una investigación… Los gobiernos imperialistas defienden de hecho el «derecho a defenderse» de Israel y sólo pide que no cometa «excesos». Rusia y China pidieron un alto el fuego a «ambos lados». Y, en Latinoamérica, destacan los gobiernos de Cuba, Venezuela y Bolivia que han acusado a Israel de crímenes de guerra y genocidio y roto relaciones diplomáticas. Pero estas denuncias no tienen consecuencias en medidas prácticas y de hecho prosiguen sus relaciones económicas y de todo tipo con Israel. En el caso del Mercosur tiene un tratado de Libre Comercio e incluso relaciones militares.
Por eso, convocamos al movimiento de solidaridad mundial con el pueblo palestino a seguir ganando las calles, haciendo actos de repudio ante embajadas de Israel o yanquis, pero con la exigencia al gobierno de cada país a tomar medidas concretas de boicot a Israel y apoyo a los palestinos. En primer lugar la ruptura de todas las relaciones diplomáticas, económicas, militares, académicas, turísticas, deportivas, artísticas con Israel, embargo de empresas israelíes o sociedades que incluyan capitales israelíes. A los sindicatos de trabajadores a negarse a cargar, descargar o tripular, barcos o aviones que vayan o vengan de Israel, negarse a fabricar mercancías que vayan a Israel; al pueblo egipcio en especial luchar por la reapertura de la frontera con Gaza, para que pueda entrar todo tipo de ayuda. A los pueblos árabes que exijan a sus gobiernos el envío de ayuda, incluyendo ayuda militar a Hamas en Gaza y voluntarios para luchar junto a los palestinos, como ya lo están haciendo jóvenes de diferentes países que colaboran en lo que pueden auxiliando a la población, médicos en sus hospitales, y en la resistencia en general.
¡Basta de bombardeos y genocidio! ¡Fuera sionistas de Palestina!
¡Todo el apoyo al pueblo Palestino!!!
Unidad Internacional de los Trabajadores-Cuarta Internacional (UIT-CI)
24 de julio 2014