Cientos de miles de neoyorkinos salieron a la calle a repudiar la impunidad en otro caso de brutalidad policíaca cometida contra un afroamericano en EEUU. Eric Garner de 43 años fue asesinado por la policìa el pasado 17 de Julio. Lo detuvieron por vender cigarillos sin permiso municipal. Esa era su forma de subsistencia y a la vez «gran crimen». Si bien Garner no opuso resistencia al arresto, fue sofocado por varios policías que se abalanzaron sobre el hasta ahogarlo. Garner repitiò en varias ocasiones «no puedo respirar, no puedo respirar…» pero la policía siguió ahorcándolo hasta matarlo.
Un gran jurado decidió hace unos días que el oficial de la policía de Nueva York Daniel Pantaleo, ni siquiera debe ser sometido a juicio por asesinar a Garner. Toda la escena quedó registrada en video, a pesar de lo cual, la justicia norteamericana decidió que los policías involucrados «actuaron correctamente».
Este caso sumó indignación al vaso ya colmado de la violencia racial de la policía de EUUU. Ese vaso había rebalsado con el asesinato de Michel Brown, un joven negro de Ferguson, Missouri. Y más recientemente recrudeció con la absolución del policía involucrado en ese caso.
La brutalidad policial tiende a agravarse. En los últimos años la policía fue militarizada por el Pentágono, dotada de blindados, ametralladoras, aviones y helicópteros de guerra, con el argumento de la «lucha antiterrorista».
Mantener en la opresión, discriminación y desocupación a negros y «marrones» (latinos) tiene una funcionalidad para el capital. Con eso puede dividir a los trabajadores, bajar los salarios de todos, también de los blancos y echarle la culpa de la crisis capitalista a los negros y latinos (que «nos quitan el trabajo», «nos roban»).
El 4 de abril de 1968 fue asesinado Marthin Luther King, el gran líder pacifista negro. Cinco años antes de su asesinato, en 1963, pronunció su famoso discurso «Yo tengo un sueño», en el que decía que soñaba que un día en Estados Unidos habría libertad, justicia e igualdad racial, y que negros y blancos vivirían como hermanos. Desde entonces los negros conquistaron derechos, cambiaron muchas leyes y hasta hay un presidente afroamericano, Obama. Pero se reveló que el racismo y la opresión racial derivan directamente del capitalismo. Incluso, con un presidente negro, los policías blancos siguen matando negros y Obama llama a la «paz», mientras da armas a la policía para que siga matando negros. Igual que hace con los palestinos e Israel. El sueño de Luther King no podrá cumplirse en un país capitalista, imperialista y cada día más militarizado. Como ya lo dijera Malcolm X, el otro gran líder negro, que también murió asesinado, «No puedes tener capitalismo sin racismo».