Salameh Kayleh es un intelectual marxista sirio de origen palestino. Pasó varios años encarcelado por la dictadura de Bashar Al Assad. Detenido nuevamente en abril del 2012 y luego deportado a Jordania. En Foro Social Mundial (FSM) de Túnez, realizado a fines de marzo, Kayleh participó del taller en favor de la revolución siria organizado por la UIT-CI. Desde allí, junto a otras organizaciones, se decidió convocar a un encuentro internacional en apoyo a la revolución en Siria el 11 y 12 de julio en Estambul, Turquía. En las últimas semanas una serie de combates, en el Norte del país y en ciudades cercanas a Damasco, mostrarían que las fuerzas de Al Assad vuelven a perder terreno.
¿Qué opina sobre lo que está pasando en Siria
La situación de Siria es difícil y compleja, Siria es ahora el centro de la confrontación de los países regionales e imperialistas contra las revoluciones que comenzaron en Túnez y se expandieron como una llama en todos los países árabes. Antes de detenerse en Siria como consecuencia de la brutalidad del régimen de Al Assad y la influencia de algunos países de la región, como Arabia Saudita y Qatar. Que impulsan la islamización y la distorsión de la revolución vía el apoyo de las facciones radicales de «jihad» como Al Nusrah, ISIS, Ahrar al Sham y el Ejército Islámico.
Entonces los pueblos, que se rebelaron con el fin de cambiar el régimen y alcanzar la libertad económica y la democracia, se colocan en una situación muy difícil. Más de la mitad de la población son refugiados y personas sin hogar tras la destrucción de ciudades y pueblos con aviones de combate y tanques, misiles de largo alcance y armas químicas. Con la salida de tanta gente la revolución ha sufrido la pérdida de seguidores. Los que se quedaron no sólo al régimen sino que además se enfrenta al ISIS y Al Nusrah. Estas fuerzas fundamentalistas, que quieren imponer la religión (según la interpretación de ellos mismos) y el establecimiento de la autoridad del Califato y la lucha contra los «apóstatas del Islam», es decir, aquellos que no están de acuerdo con ellos. Esa es su misión de combate, en lugar de luchar contra el régimen. Algunas personas están allí enfrentando la pobreza y el asedio por parte del régimen, el colapso económico y el secuestro y luchando, al mismo tiempo, contra ISIS y Al Nusrah.
Pero se puede decir que la situación ahora estaría sufriendo un déficit insuperable para la opción militar, después de que Irán apoye a Al Assad. Enviando al Hezbolá (milicias chiitas del Libano) y combatientes traídos de Afganistán, Tayikistán y también de la Guardia Revolucionaria iraní, que ahora lidera la lucha contra la revolución en toda Siria. Con todo este apoyo el régimen es incapaz de reclamar la victoria y poner fin a la lucha. Pero el caos de la revolución y de la protección de Irán al régimen y el papel de los «yihadistas», que están apoyados por el régimen, Irán, Arabia Saudita y otros, lo que lleva el conflicto a un callejón sin salida, y la solución ahora depende de una solución internacional regional, como resultado del control de algunos países, como los EE.UU., Rusia, Irán y Arabia Saudita la autoridad y los partidos de la oposición.
Sin embargo, este no es el fin de la revolución. La resistencia continua. En todos los casos, la revolución continuará hasta que el pueblo sea victorioso. Esto hace más importante y urgente la construcción de una red de solidaridad con la revolución siria.
¿Qué opina sobre lo que está pasando en Túnez?
Ahora el nuevo gobierno ha sido formado por la alianza Nidaa Tunis, que encabeza un ex ministro del antiguo régimen. Luego de las elecciones de diciembre pasado y del fracaso del gobierno del movimiento islámico Ennahda, que quiso imponer su control durante tres años después de la revolución. Pero está claro que el miedo a una nueva sublevación del pueblo, sobre todo con el regreso a la aplicación de las políticas del FMI que facilita el saqueo del imperialismo, ha llevado ha crear una alianza de los dos grupos políticos para representar a los segmentos de la burguesía que ven la necesidad de unirse en el saqueo de las personas. Ha quedado claro que la dependencia del imperialismo financiero dicta las políticas que permiten que el capital imperialista saquee aún más, ante la profunda crisis en curso del capitalismo.
Por lo tanto, no se trata de la victoria de la «vía democrática», sino que la crisis de la clase dominante los obliga a afrontarla así. Ya que mientras se profundiza la pobreza de la gente, se espera que el pueblo estalle de nuevo. Este es el camino al que se debe prestar atención, al impulso de la siguiente fase, porque el pueblo está luchando por el cambio y no se detendrá hasta tener éxito. Por eso creo que Túnez, sin duda, será testigo de una nueva revolución, lo que elevará la necesidad de discutir las políticas adecuadas para satisfacer las necesidades del pueblo.Y desarrollar su revolución con el fin de ganar verdaderamente y no ser distraídos por el proceso democrático, que refleja precisamente la devoción de la alianza de los capitalistas.
El problema es que los viejos partidos de izquierda consideran que la vía democrática es la base de la lucha, y que es la forma de cambiar. Por lo que se debilita y pierde gran parte de la juventud, que jugó un papel importante en la revolución antes y después. Esta joven generación es lo que cuenta para el cambio y es la esperanza del futuro para crear una nueva izquierda, revolucionaria marxista.
En su opinión, ¿cuáles son los pasos que deben tomar la izquierda revolucionaria en los países árabes en el futuro cercano?
La tarea consiste en formar partidos marxistas revolucionarios, dependiendo del espíritu de las revoluciones y la participación de millones de jóvenes en la política sin ninguna conciencia política. Se ha demostrado que la totalidad de los viejos partidos de izquierda están lejos de las clases empobrecidas, y sufren de fatiga ya que la mayoría de sus miembros son mayores, y también sufren de fatiga intelectual y se centran en la democracia. No son concientes de los problemas de los trabajadores pobres y de los campesinos. Esto provocó el inicio de nuevos caminos de las revoluciones que requieren el establecimiento de una izquierda revolucionaria, que esté formada por el mismo movimiento y la juventud que se encuentra frente al conflicto. La joven generación que está tratando de desarrollar su intelecto a través de la búsqueda de la lectura del marxismo y la comprensión de la realidad, y que también está en la búsqueda de las formas correctas y organizativas necesarias para ganar la revolución. Lo que parece importante ahora es:1) La evolución de la conciencia marxista, basado en el hecho de que el marxismo es un método de pensamiento que por sí solo permite el conocimiento científico de la realidad; 2) Iniciar un diálogo serio para desarrollar una visión alternativa, un proyecto alternativo para representar a los trabajadores y campesinos pobres. Que hable en nombre de ellos y determine las estrategias que conduzcan a la victoria de la revolución, siempre que estemos en la era de la revolución y 3) Entender cómo movilizar el movimiento popular hacia una revolución organizada con su propia agenda.