Escribe Miguel Sorans
Hacía tiempo que no se veía una traición tan abierta y escandalosa como la del gobierno de Alex Tsipras, dirigente de Syriza, que se dice de izquierda. A pocos días del referendo y del contundente triunfo del NO del pueblo griego a un nuevo acuerdo con la Troika para seguir ajustando y así pagar la deuda, el primer ministro Tsipras y la mayoría de su gobierno resuelven desconocer esta votación y pactar a espaldas del pueblo un nuevo «rescate» de la Unión Europea y el Banco Central Europeo a cambio de nuevos recortes. Insólito. Había ganado el NO y Tispras le fue a decir «si» a la Merkel y al FMI. Nuevamente estos gobiernos de centroizquierda, de las medias tintas, son incapaces de usar la fuerza de las masas, para movilizarlas e imponer una salida obrera y popular a la crisis.
Tan grave ha sido el acuerdo con la Troika que un documento contra el mismo ya ha reunido la firma de 109 (de los 201) miembros del Comité Central de Syriza; es decir, una mayoría absoluta. El voto en el parlamento griego tuvo lugar al amanecer del 16 de julio: 229 votos SI, 64 votos NO. El acuerdo solo pudo ser aprobado gracias a los votos de los parlamentarios de la oposición patronal de Nueva Democracia, PASOK y de To Potami. El voto del grupo parlamentario de Syriza se dividió de la siguiente manera: sobre 149 electos, 110 votaron SI y 32 votaron NO, entre ellos, los ministros Panagiotis Lafazanis, Dimitris Stratoulis, Yanis Varoufakis (exministro de finanza) y Zoe Konstantopoulou (presidenta del Parlamento). La tendencia interna Plataforma de Izquierda se ha pronunciado en contra y algunos de sus dirigentes proponen una alianza con la izquierda que está fuera de Syriza y los sectores que apoyaron el NO para enfrentar este acuerdo. Lo cual pone en evidencia el inicio de una crisis en el seno de Syriza.
El 15 de julio se hizo la primer protesta en las calles en Atenas contra el gobierno de Syriza y su acuerdo. La Confederación Sindical de los empleados públicos (Adedy) llamó a una huelga general y a una marcha. Aunque la huelga no fue total, es un hecho muy importante, porque es la primera manifestación de ruptura de un sector de trabajadores con el gobierno por el que habían votado en enero. El lema era «No al nuevo memorando. No a la austeridad. No a las privatizaciones. Luchemos hasta la victoria». Gregoris Kalomenis, miembro de la dirección de Adedy, centró su discurso en la necesidad de continuar luchando contra la austeridad, sea cual sea el gobierno. La policía reprimió a los manifestantes. El KKE (Partido Comunista), volvió a dividir convocando a otra marcha.
Se abre un nuevo momento en Grecia para los trabajadores, la juventud y la izquierda. El gobierno de Syriza se prepara para aplicar un nuevo memorando contra el pueblo. La única salida es derrotarlo con la movilización. Los trabajadores deben abrir un nuevo camino en Grecia, un camino de soberanía contra el imperialismo y su coloniaje. Para ello se necesita de una nueva unidad de la izquierda y de los trabajadores. Un paso muy positivo sería que se constituya un frente o un bloque de los sectores de la izquierda de Syriza que rechazaron el acuerdo, con sectores de izquierda por fuera de Syriza como Antarsya, OKDE y los sectores sindicales y populares que estuvieron por el NO y rechazan esta traición. Para iniciar un plan de movilización nacional e imponer un plan de emergencia obrero y popular que rompa con este acuerdo, suspenda todo pago de la deuda, rompa con la UE y el Euro, convocando a la solidaridad internacional por esas banderas de ruptura.