Declaración del Partido Socialismo y Libertad
El pasado 6 de diciembre el gobierno de Nicolás Maduro y el Psuv, sufrieron una dura derrota política, a manos de la oposición proimperialista agrupada en la Mesa de la Unidad Democrática (MUD).
La MUD obtuvo la mayoría calificada de dos terceras partes en la Asamblea con 112 diputados, mientras que el Psuv logró 55 diputados. El chavismo perdió así la mayoría en la Asamblea Nacional, que había detentado desde hace 16 años.
Fue una derrota aplastante. La MUD obtuvo 7.707.422 votos, lo que representa el 56,2%, mientras que el chavismo logró 5.599.025 votos, un 40,8%.
La masiva votación por la MUD refleja un claro voto castigo de la mayoría del pueblo y de los trabajadores contra el deterioro creciente de su nivel de vida. Fue un voto de rechazo a la elevada inflación, las vergonzosas colas, contra el desabastecimiento de productos básicos, contra los bajos salarios, la inseguridad, los despidos, y los pésimos servicios públicos. Fue un voto castigo contra un gobierno que ha criminalizado la protesta, perseguido a los que luchan, despedido a miles de trabajadores de los organismos públicos, desconocido los contratos colectivos y violado sistemáticamente la autonomía de las organizaciones populares y sindicales.
No es un giro a la derecha, ni mucho menos. La votación obtenida por la MUD no va acompañada de una gran confianza en sus dirigentes o sus propuestas políticas, fue sobre todo un voto claro contra el gobierno y el desastre en el que ha sumido la vida cotidiana del pueblo trabajador. No es un cheque en blanco. Muchos votaron por la MUD con el “pañuelo en la nariz”.
Tampoco es el fracaso del socialismo, como algunos sectores patronales y proimperialistas pueden pretenden hacer ver. En rigor, en Venezuela no hay ningún socialismo. Lo que fracasó fue un modelo político, económico y social que ha permitido a banqueros, transnacionales de telecomunicaciones, petroleras, boliburgueses y funcionarios corruptos enriquecerse a costa del deterioro del nivel de vida de la población, usufructuando la renta petrolera, engañando al pueblo y escondiendo sus negocios detrás de un falso discurso socialista. Los responsables de que se fortalezcan estas variantes de centro derecha son el chavismo y el fracaso de su proyecto político.
En los últimos dos años el pueblo trabajador venezolano ha visto desplomarse su nivel de vida. Los venezolanos y venezolanas están pasando muchísimo trabajo. Sus salarios los destruye todos los días la inflación. La penuria de las largas y agotadoras colas para adquirir los productos básicos ha colmado la paciencia del pueblo. El drama de los pésimos servicios públicos, el desastre del transporte, la falta de agua y luz, ha ocasionado que la vida cotidiana de millones de personas se haya hecho insoportable. Todas estas vicisitudes son las que explican el contundente voto castigo del pueblo trabajador contra el gobierno de Maduro y el Psuv.
Es evidente que la mayoría no se creyó el cuento de la “guerra económica”, detrás de la cual el gobierno ha intentado evadir su responsabilidad en la severa crisis económica. El pueblo no compró los eslóganes electorales que utilizaban la figura del presidente fallecido como bandera. “Somos los de Chávez”, “Los candidatos de Chávez”, no pudieron superar el descontento que se ha venido acumulando en el pueblo venezolano. Los resultados electorales desmintieron a un encuestador ligado al gobierno que aseguró antes de las elecciones, que el pueblo venezolano era “culturalmente chavista”.
Los resultados del 6D sólo son una nueva fase de la crisis política, económica y social. Ahora hay dos poderes patronales enfrentados, uno que controla el poder ejecutivo y otras instituciones, y otro controlando mayoritariamente al parlamento. Entendemos el rechazo del pueblo al gobierno, pero no podemos depositar ninguna confianza en la nueva Asamblea Nacional y en los diputados de la MUD.
El Partido Socialismo y Libertad plantea que los trabajadores y el pueblo debemos seguir confiando en nuestras propias fuerzas, en nuestra movilización independiente y autónoma, tanto respecto del gobierno como de la MUD. Esto es fundamental para impulsar desde abajo, desde los trabajadores nuestra propia agenda de exigencias a la nueva Asamblea.
En tal sentido, el PSL exige que en la AN se apruebe una Ley de Aumento General de Salarios, que contemple que el salario mínimo se ajuste a la canasta básica y se aumente cada 3 meses de acuerdo a la inflación. Una Ley de Reenganche de todos los trabajadores despedidos injustificadamente, que incluya el reenganche de nuestros camaradas Bladimir Carvajal y Orlando Chirino, y el pago de salarios caídos. Una Ley de Amnistía para todos los luchadores sindicales, comunitarios, estudiantiles, indígenas, y dirigentes políticos detenidos o con medidas cautelares por protestar o manifestar su posición política. Entre ellos, Rodney Alvarez, trabajador de Ferrominera detenido desde hace 5 años por un delito que no cometió. Los indígenas pemones con juicios abiertos. Investigación parlamentaria sobre el asesinato de Sabino Romero, así como sobre la masacre de La Encrucijada , el asesinato de dos trabajadores de la Mitsubishi en enero de 2009 en el marco de una huelga, la masacre del Hato Las Flores contra indígenas yukpa, y sobre la desaparición de Alcedo Mora en Mérida. Plantear la reforma de las leyes que restringen el derecho a manifestar y a huelga. Y la rescisión de los Contratos de Empresas Mixtas en el sector petrolero, para que Pdvsa sea 100% estatal sin transnacionales, y gestionada por sus trabajadores, técnicos y profesionales, entre otras leyes .
El propio presidente Maduro y el ex diputado psuvista Elvis Amoroso anunciaron medidas económicas y un nuevo ajuste, lo cual agravaría las penurias del pueblo trabajador. Es posible que estén contemplando el aumento de la gasolina y otras medidas antipopulares. En esto, los diputados de la MUD tienen plena coincidencia con el gobierno. La nueva situación demanda fortalecer la organización autónoma del pueblo y los trabajadores, y la movilización para enfrentar al gobierno y a la Asamblea Nacional, para poder resistir ante los planes de ajuste y las medidas regresivas que ambos intentarán impulsar.
11 de diciembre de 2015