Por Lucha Internacionalista
Una situación marcada por la crisis del régimen
Es evidente la crisis de un régimen que se desmorona por arriba: como producto combinado de la política del PP –y CiU a nivel catalán- ante la crisis de los últimos años que ha hundido a los y las trabajadoras en el paro, la precariedad y la miseria; y el problema nacional irresuelto que arrastra des del franquismo y que ha tenido en las masivas y reiteradas movilizaciones catalanas la punta de lanza. Cómo siempre que un régimen se tambalea, arrastra un montón de derivadas. El estallido de los casos de corrupción que con este régimen se multiplican y salpican todas sus instituciones, empezando por la Monarquía, pero siguiendo por sus puntales políticos, judiciales o sindicales, son el resultado de un capitalismo en crisis con la impunidad heredada de la Transición. El aplastante resultado del independentismo en las elecciones del 27S en Catalunya, pusieron la guinda.
Los partidos del régimen, tanto PP como PSOE, como a otro nivel CiU o IU reflejan esta situación y sus continuados retrocesos electorales son una prueba. Por eso la burguesía se ha afanado ahora a dar alas a C’s como posible recambio por la derecha: su posición en el terreno nacional, así como en el social, reúne todas las garantías.
Con serias debilidades
La más grave, la falta de movilizaciones al nivel de la agresión que representan las políticas criminales dictadas por la troika. El aislamiento de las heroicas luchas obreras que han saltado no ha podido superarse: Panrico, Movistar, Eulen…
La otra es la falta de una alternativa clara de ruptura. La importancia de una opción rupturista queda también patente en los resultados del 27S en Catalunya con los obtenidos por la CUP-CC planteando la doble ruptura, la democrática con el régimen y la anticapitalista con la deuda y la UE. Pero ahora no es el caso: a pesar de que lo propusimos, la CUP se negó a hacer el llamamiento al necesario frente por la doble ruptura que hacía falta a nivel estatal. Para nosotros era un error tanto en el terreno del internacionalismo ante el resto de pueblos del mismo –incluidos los del resto de Països Catalans- como dentro del Principado donde se habían empezado a acercar a estas posiciones una importante franja que incluye sectores de los cinturones industriales.
No somos abstencionistas
Esta situación ha llevado a la misma CUP a llamar a la abstención «activa», como acostumbran a hacer diferentes sectores del anarquismo. No lo compartimos por varias razones:
1. Porque la abstención es inhibirse respete un proceso político. Creemos que a los trabajadores y las clases populares, nunca las debemos animar a que se inhiban de ningún proceso político. Esto ya lo hace la burguesía que le es igual qué legitimidad obtenga si puede mantener el poder –el caso norteamericano es ejemplar: por más altos que sean los índices de abstención, el gobierno que sale es el gendarme mundial del imperialismo-. Creemos lo contrario: los de abajo, siempre deben implicarse en uno u otro sentido y jugar un papel activo, y la abstención no lo es por más adjetivos que se le pongan.
2. Porque la abstención es una opción individual, que no organiza. Otra cosa, a la que en ocasiones hemos apoyado es el boicot. Este sí es activo y organiza. Pero para llamar al boicot hacen falta unas condiciones que lo posibiliten, que lo hagan real y esto quiere decir un sector significativo que encabece la ruptura con el sistema democrático burgués: y creemos que no estamos en esta situación.
3. Por último: abstenerse en una asamblea o en unas elecciones es el «me da igual», «acepto aquello que salga»… ¿realmente nos da igual para las luchas que vendrán? Una cosa es el carácter pro-burgués de todos los programas, ¿pero todos los gobiernos son iguales? ¿Todos afectan en igual medida al régimen de dominación?…
A nosotros ni nos da igual, ni proponemos salidas individuales, queremos que los y las trabajadoras no se inhiban,… y no vemos condiciones para llamar al boicot.
Sin ilusiones, un voto a la izquierda que siga debilitando el régimen del 78
Llamamos a votar aquellas opciones de izquierda que dicen no querer la continuidad del régimen del 78, y concretamente, las variantes de Podemos a nivel estatal. No hablamos de ERC porque, además de su trayectoria histórica, los últimos años apoyando a los recortes de CiU y la reciente presencia en JxS dando cobertura a la figura de Mas o al «pressing CUP» para investirlo presidente, lo invalidan.
No llamamos a votar a las variantes de Podemos por su programa que hemos denunciado reiteradamente por reformista, tanto a nivel social como nivel nacional. Porque creemos que, como su homólogo griego, Syriza no aporta soluciones de fondos a la situación que viven los y las trabajadoras. Cómo ellos, creemos que se encuentran atrapados en una contradicción que acaba aplicando los planes de la troika contra los pueblos y no al contrario: la traición de Tsipras es todo un símbolo. Tampoco a nivel nacional: desconociendo las masivas movilizaciones catalanas y los resultados del 27S, con idas y venidas «de olvido» del derecho a la autodeterminación, de reaccionarios llamamientos a los antepasados para parar la voluntad de independencia, recolocando el imposible referéndum en el programa deprisa y corriendo… y el Ada demostrando que esperan una reforma autonómica cuando habla de Madrid como capital de los catalanes. No, ni a nivel social ni nacional, su programa no puede alimentar ni una migaja de ilusión.
Tampoco por su estructura muy burocratizada, que ha ido difuminando el peso de los círculos -de las bases que querían un cambio de fondo-, para pasar al control de la cúpula de Pablo Iglesias. Las crisis andaluza, catalana, vasca… las roturas ya antes de las municipales, son muestras del resultado de la política y los métodos intervencionistas de Iglesias. Tampoco por aquí, creemos que se pueden crear ilusiones.
La inclusión de IU –como en las Mareas galegas-, o ICV, cuando se han hecho tantas declaraciones contra los viejos partidos comprometidos con bancos y régimen, tampoco dejan espacio a ninguna esperanza.
¿Entonces? No queremos hacer buenas las opciones de Podemos para llamar al voto. Lo hacemos por dos elementos que nos parecen nada despreciables.
De un lado porque esta formación ha expresado y todavía recoge un amplio sector de jóvenes y trabajadoras que quieren una cosa diferente a la que dice su dirección: y sin callar ninguna crítica, nos parece un potencial enorme al que queremos acompañar. Incluso desde una opción diferente con elementos de ruptura, habría que tener una política hacia estas bases. No habiéndola, caminaremos con ellos alertando de los peligros y la necesidad de construir este referente de ruptura que su dirección no quiere.
Del otro, y al margen de las voluntades y el programa, las variantes de Podemos son objetivamente, entre las opciones presentadas, la que más acelera la crisis del régimen. Es parecido al que pasó con Syriza: per se, por lo que significan para millones de personas –mucho más que por lo que dicen o realmente son en manos de sus direcciones- que quieren utilizarlas como herramientas para acabar con las viejas instituciones, aceleran una crisis que los lleva a choque frontales con la burguesía y la UE, y las traiciones posteriores ya empujan a un paso más allá, planteándose abiertamente opciones de ruptura.
Así pues, por ambos motivos, llamamos al voto crítico a las variantes de Podemos.
16/12/2015
Lucha Internacionalista