¡Apoyamos el derecho a autodeterminación del pueblo kurdo!
Tras las elecciones del 7 de junio el Presidente Erdogan y su gobierno del Partido de Justicia y Desarrollo (AKP) dieron por acabado el «proceso de solución» en el que negociaban con el movimiento político kurdo. Inmediatamente se incrementó la opresión del Gobierno sobre el pueblo kurdo. A finales de julio, bombas suicidas del Estado Islámico (IS) asesinaron 20 activistas jóvenes en Suruç que hacían un viaje de solidaridad a Kobani y, dos días después, el Gobierno atribuyó al PKK la muerte de dos policías en sus casas. Estas fueron las excusas del Gobierno para intensificar su política de guerra en el Kurdistán turco. A partir de entonces el gobierno siguió «castigando» al pueblo kurdo antes y después de las elecciones generales del 1 de noviembre, en las que con la política de terror y miedo pudo conseguir la mayoría absoluta en el parlamento.
En las provincias donde el movimiento político kurdo está más organizado y donde el Partido Democrático del Pueblo (HDP) consiguió sus mejores resultados en las elecciones del 7 de junio, como Diyarbakir, Hakkari y Sirnak, el gobierno decretó toques de queda para organizar operaciones militares, matando más de 100 personas con cientos de heridos y detenciones. Con los toques de queda se prohibió entradas y salidas de ciudades y pueblos, así que cientos de familias quedaron privadas de sus necesidades básicas como alimentación, agua y luz. Cientos de miles de personas han sido obligadas a abandonar sus casas y refugiarse en otras zonas. El toque de queda en Sur (provincia de Diyarbakir) sigue desde hace más de 30 días, y en Silopi y Cizre (provincias de Sirnak) desde hace 20 días. En las operaciones organizadas en estas ciudades, no solamente los equipos especiales de las fuerzas de la policía sino también las fuerzas armadas con tanques y artillería pesada llevan a cabo matanzas y destrucción de edificios, dejando ciudades y pueblos en ruinas, dando la imagen de zonas destruidas por fuerzas coloniales.
Existen dos motivos básicos detrás de la política de guerra de Erdogan y el gobierno de AKP. El primero es que el HDP que surgió en las elecciones de 7 de junio como una barrera frente a los planes de Erdogan que quería ganarlas con una mayoría suficiente para cambiar la Constitución hacia un sistema presidencialista. Justo antes de esas elecciones cuando vio que HDP iba creciendo en las encuestas en un entorno de paz y «proceso de solución» para poder superar la barrera electoral del 10%, Erdogan y su gobierno dieron por acabadas las negociaciones con el líder de PKK en la cárcel, Abdullah Öcalan. Cuando HDP obtuvo en las elecciones un 13% de votos y AKP perdió la mayoría absoluta en el parlamento, Erdogan y el gobierno pusieron en marcha la política de guerra. A la vez convocaron nuevas elecciones para destruir esta vez al HDP con el terror y atraer todos los votos nacionalistas antikurdos. La respuesta del movimiento kurdo a esta agresión fue declarar la «autogestión» en varias ciudades. Sin embargo el gobierno destituyó los alcaldes y representantes municipales electos del HDP y comenzó con las operaciones policíaco-militares. En las elecciones del 1 de noviembre, con una oposición social aterrorizada, AKP logró la mayoría absoluta para poder formar gobierno, pero no pudo dejar a HDP por debajo del listón electoral mínimo. Hoy continúa la agresión en la zona kurda del país.
El segundo motivo de la política de guerra del gobierno es la consolidación del control y poder del PYD (Partido de la Unión Democrática) e YPG (Unidades de Defensa Popular), organizaciones declaradas como «terroristas» por el gobierno turco, en el Kurdistán sirio (Rojava). El gobierno, temiendo que el ejemplo de Rojava sea un modelo para los kurdos de Turquía en sus territorios, decidió abrir la ofensiva en dos frentes, tanto afuera contra las organizaciones políticas y armadas de Kurdistán sirio como sobre el pueblo kurdo dentro del territorio turco.
Recientemente en el Congreso de la Sociedad Democrática, que agrupa varios sectores del pueblo kurdo, se aprobaron la demanda de «autonomía democrática» para otorgar estatus político al pueblo kurdo y la petición al gobierno para emprender de nuevo las negociaciones de paz con los representantes legítimos de ese pueblo. No compartimos la formulación de la «autonomía democrática» porque no responde al legítimo derecho de autodeterminación del pueblo kurdo ni a las demandas económicas y sociales del pueblo trabajador kurdo. Desde la Unidad Internacional de los Trabajadores- Cuarta Internacional defendemos sin condiciones el derecho de autodeterminación del pueblo kurdo y nos ponemos a su lado contra los ataques brutales del Gobierno turco.
¡El gobierno turco tiene que parar inmediatamente sus operaciones en las tierras kurdas y levantar los toques de queda!
En este sentido llamamos a todas las organizaciones políticas, sindicales, de juventud, de derechos humanos y otras organizaciones democráticas, a organizar una campaña internacional para apoyar y solidarizarse con el pueblo kurdo.
Unidad Internacional de los Trabajadores-Cuarta Internacional (UIT-CI)
2 de enero, 2016