Por Miguel Lamas de la UIT-CI
Madaya es una pequeña ciudad montañosa que padece las consecuencias de la guerra y del genocidio que practica el dictador Bashar Al Assad, avalado por Rusia y las potencias imperialistas. Situada a tan solo 40 kilómetros al norte de Damasco, la capital siria, y controlada por los rebeldes, actualmente está sitiada desde el 15 de julio por las tropas de Al Assad y por el Hezbollah de Líbano. Desde la última distribución de comida, el 18 de octubre, éste se ha convertido en un estado de sitio total.
La hambruna atormenta a sus habitantes hasta límites impensados. Perros, gatos, pastos y basura sirven como alimento improvisado contra el hambre que somete a adultos y niños por igual. Recién el jueves 14 el régimen de Bashar al Assad permitió que las Naciones Unidas arribaran al lugar con ayuda humanitaria. Sin embargo, la hambruna continúa y la situación sigue siendo grave.
«Madaya ya es una prisión al aire libre para un estimado de 20.000 personas, incluyendo bebés, niños y ancianos. No hay forma de entrar o salir, dejan morir a la gente,» […] «Este es un claro ejemplo de las consecuencias de utilizar un estado de sitio como una estrategia militar,» dice Brice de le Vingne, director de operaciones de Médicos sin Fronteras (MSF). Se trata de un nuevo crimen de lesa humanidad de Al Assad.
Desde la UIT-CI seguimos convocando a los pueblos del mundo a redoblar la movilización contra la dictadura de Al Assad, diciendo NO al ISIS y No a las intervenciones militares y bombardeos de Rusia, EE.UU, Gran Bretaña y Francia. Apoyamos al pueblo sirio rebelde que exige libertad, pan y trabajo unido al pueblo kurdo por sus derechos.
En ese camino llamamos a la solidaridad internacional de los pueblos y de todas las organizaciones que se reclaman democráticas para exigir el cese del sitio a Madaya y que se permita la evacuación médica de los pacientes enfermos y la libre entrada de alimentos, el reabastecimiento de medicamentos y de todo tipo de asistencia humanitaria.