El vertiginoso cambio de las relaciones entre Estados Unidos y Cuba tuvo su expresión más espectacular con la histórica visita del presidente Obama. Lo acompañó una legión de empresarios ansiosos por lanzarse a hacer suculentos negocios y disfrutar el turismo en la isla.
Escribe: Mercedes Petit
De la mano del abrazo histórico entre Raúl Castro y Barak Obama, en 2016 se han acelerado las medidas de un lado y otro del estrecho de la Florida para liberar el acceso de empresarios y turistas de los Estados Unidos a la mayor isla del Caribe. Así se dinamiza el capitalismo «a la cubana» que se viene construyendo desde hace más de veinte años bajo la férrea conducción del Partido Comunista y la familia Castro*.
Veamos algunos ejemplos. Aunque aún Obama no logró la derogación definitiva del fracasado bloqueo (al que seguimos repudiando), en febrero, a través de una medida «ejecutiva» se puso en marcha la radicación de la primera inversión extranjera directa. Empresarios del estado de Alabama van a ensamblar tractores para la agricultura privada o cooperativa, que se venderán a unos 10.000 dólares. Los empresarios yanquis tienen la expectativa de vender cientos y cientos, adquiridos con los dólares de las remesas de los parientes o el apoyo de las numerosas ONGs que actúan en ese rubro. Otra medida «ejecutiva» es la exportación a Cuba de «productos que beneficien a agricultores particulares o cooperativos». Esto significa que se pondrá exportar a Cuba semillas, fertilizantes, pesticidas, herramientas, etc. Hasta ahora solo eran productos alimenticios.
Entre ambos países ya venían funcionando cientos de vuelos chárter. En febrero finalmente se firmó el acuerdo para la aviación civil y se inician los vuelos regulares, reservados exclusivamente a las empresas yanquis. Arrancan 20 vuelos diarios de ida y vuelta a La Habana y 10 vuelos diarios a Camagüey, Manzanillo y Santiago, entre otros. Aunque no hay cifras oficiales, en 2015 viajaron a pesar de las restricciones aún vigentes 160.000 yanquis de vacaciones y varios cientos de miles de cubano-estadounidenses
A pesar del bloqueo, cuando Obama pisó suelo cubano ya existían 490 autorizaciones del Departamento de Comercio de Estados Unidospara negocios por 4.300 millones de dólares. Además ya hace rato hay empresas como Carterpillar, que opera desde Puerto Rico para entrar en Cuba evitando las restricciones.
La visita histórica
Entre el 21 y 22 de marzo un distendido Obama se paseó con su familia (incluyendo a la suegra) por el bellísimo casco histórico de La Habana, se sacó fotos con los transeúntes, y seguramente le habrán cantado Chan Chan o Guantanamera en distintos lugares.
Lo acompañaron 400 hombres y mujeres de negocios, de grandes multinacionales y otras empresas. Arne Sorensen, de la cadena hotelera Marriot, Ursula Burn de la conocida Xerox, Brian Chesky de la empresa de alquiler de casas por internet Airbnb (que desde el año pasado viene alquilando hogares cubanos a turistas y ya tiene 4.000 anotados), Soledad O´Brien de Sarfish Media Group de la televisión norteamericana, el empresario gastronómico y chef español estadounidense José Andres, dueño de varias cadenas de restaurantes. La multinacional Starwood (dueña de la marca Sheraton) ya está autorizada para operar desde el año pasado. Administrará el Hotel Inglaterra y está por inaugurar en Miramar el Hotel Quinta Avenida. AT&T se prepara para instalar el roaming (que permita a usuarios yanquis hacer y recibir llamadas en Cuba). Apple y Google no podían faltar. Durante la visita, Brett Perlmutter de Google y el artista habanero Kcho inauguraron en el museo comunitario de Kcho un pequeño centro tecnológico para que los vecinos del barrio naveguen por la red. No olvidemos que el acceso a internet es restringido, escaso y carísimo.
Los dos días pasaron muy rápido, y para poner un broche de oro al desembarco imperialista, el viernes 22 medio millón de cubanos asistieron por primera vez a un recital (con entrada libre) de los británicos Rolling Stones.
Muy atrás quedaron los tiempo en que el rock, en palabras de Fidel Castro (13/3/1963), se relacionaba a «desviaciones sexuales» y «libertinaje» en «shows feminoides».
Vía libre a los imperialistas yanquis en el capitalismo «a la cubana»
Este vertiginoso vuelco en las relaciones cubano estadounidenses se explica por el proceso de apertura al capitalismo que se inició hace más de veinte años, y que fue altamente aprovechado desde un principio por las grandes multinacionales canadienses y europeas, en primer lugar españolas. Hace décadas que se ha ido desarrollando en la isla una economía crecientemente capitalista, motorizada por las empresas mixtas entre las estatales y las grandes multinacionales que dominan los rubros principales de la economía, como son el turismo, el níquel y el cobalto, el tabaco y de ron, entre otros. Esta realidad está escondida por un muro de silencio levantando por los propios inversores y sus gobiernos, y fundamentalmente por el doble discurso de los Castro y el partido comunista sobre la «actualización del socialismo» y las condenas rituales a la «restauración capitalista». Jamás se mencionan a esas grandes empresas que operan hace más de dos décadas. La mayor parte de la izquierda mundial son totalmente cómplices de este silencio y doble discurso, utilizando argumentos insostenibles y ocultando celosamente los hechos contundentes.
«¡Partido único, y a mucha honra!»
Sin pena ni gloria, el 16 y 17 de abril se realizó el VII Congreso del PC. Se ratificaron las autoridades, comenzando por Raúl Castro, que se retirará en 2018. Y la presencia emotiva del legendario Fidel en la clausura del congreso confirmó la unidad férrea del Partido Comunista, las fuerzas armadas y la familia Castro en la conducción del país.
Reiterando la muletilla de la «actualización del socialismo», se ratificó una vez más nueva economía capitalista. Raúl hizo una referencia explícita a la restauración china y vietnamita: «La introducción de las reglas de la oferta y la demanda no está reñida con el principio de la planificación. Ambos conceptos pueden convivir y complementarse en beneficio del país, como se ha demostrado exitosamente en los procesos de reforma en China y de renovación en Vietnam, como ellos lo califican.» Aclaró a continuación que en Cuba lo han llamado «actualización» del socialismo.
El momento más aplaudido fue cuando dijo en tono desafiante «En Cuba tenemos un Partido único, ¡y a mucha honra!». Según Raúl: «Si lograran algún día fragmentarnos, sería el comienzo del fin, ¡no olviden nunca esto!». Tiene razón. Ese autoritario partido único es el aparato que les garantiza a los altos funcionarios del partido, a los oficiales de las fuerzas armadas, y en particular a los hermanos Castro y sus familiares, ser una minoría privilegiada que domina en forma directa el 60 o 70% de la economía, y más que nada sus resortes fundamentales, las empresas mixtas de las estatales con las multinacionales.
Ese partido único es el que les permite mantener el sistema de contratación laboral vigente, uno de los más perversos del mundo. El gobierno es el contratista de los trabajadores estatales que tienen el promedio de 25 dólares de salario (sí, ¡¡25 dólares!!, según cifras oficiales), mientras que las empresas mixtas, en el turismo o lo que sea, y también ahora en las inversiones directas extranjeras, o en los yates y cruceros que se han autorizado, en las compañías aéreas y todos los rubros, deben pagar 150 a 200 dólares por sus trabajadores cubanos, y la diferencia se la embolsa el gobierno.
Ni en China se ha implantado semejante perversión. Gracias a la creciente conflictividad laboral, las luchas y huelgas, en China los salarios son de 600 dólares de promedio (Clarín, Argentina, 30/4/16), a pesar de la represión de la dictadura del PC chino. En Cuba no existe el derecho de huelga ni la libertad de movilización y organización sindical. Por su parte, el gobierno yanqui, más allá de alguna queja, mantendrá el mismo pragmatismo con la falta de libertades en Cuba como lo viene haciendo con la dictadura del Partido Comunista Chino.
Ante las penurias… salir a luchar
Raúl Castro dijo a la pasada en el congreso del PC que «los salarios y pensiones siguen siendo insuficientes para satisfacer las necesidades básicas de la familia cubana». También se refirió al envejecimiento creciente de la población y al peligro de difusión de enfermedades como el cólera y el dengue, antes olvidadas. Se están instalado aceleradamente los males del capitalismo: pobreza y penurias para la gran mayoría; bienestar y riquezas para la minoría de empresarios, funcionarios e inversores extranjeros. El medio millón de «cuentapropistas» tienen esos dos polos como sus perspectivas. La mayor parte comparte penurias con los «empleados estatales».
En Cuba está planteada la lucha por salarios dignos, por el derecho a la protesta, terminar con el represivo régimen del partido único y por recuperar las conquistas logradas hace ya muchas décadas por la revolución socialista.
*Véase los artículos anteriores de Correspondencia Internacional que han venido siguiendo con amplia información el proceso de la restauración del capitalismo. «¿Se viene el fin del bloqueo?» (Nº 27, ag. 2009); «Cuba: ¿qué hay detrás del ajuste?» (Nº 29, ag. 2010); «VI Congreso del PC ratifica la restauración capitalista» (Nº 30, mayo 2011); «Acuerdo Obama-Castro: nada bueno se puede esperar» (Nº 36, marzo 2015).
El Caribe de fiesta… para los negocios
Actualmente ya existen más de 300 ofertas oficiales de proyectos de inversión extranjera, por un monto de 8.173 millones de dólares, muchas de ellas en la Zona de Desarrollo Especial del Puerto Mariel.
Para los “cuentapropistas” (esa heterogénea clase media que se viene desarrollando y que Obama llamaría “emprendedores”), el 13 de abril anunció el Granma que desde el 2 de mayo permitirá a las cooperativas gastronómicas privadas obtener productos como arroz, granos, azúcar, pollo, salchichas y aceite, en mercados mayoristas y a precios 20% más bajos que en el menudeo.
Otros grandes cambios vienen por el mar. Desde el 1º de mayo podrán por fin transitar los yates y cruceros entre las dos orillas del estrecho de Florida. Ese día zarpó de Miami hacia La Habana el Adonia, primer crucero de la mayor empresa del rubro del mundo, Carnival. Llevó unos 700 pasajeros, entre ellos al presidente y al vice de la propia compañía. El vice es cubano, y pudo viajar porque el gobierno de Raúl dio otro paso en los grandes cambios: permitió que los cubanos pudieran ir y venir a los Estados Unidos por mar, hasta ahora prohibido. Los magnates yanquis cumplirán su sueño de amarrar sus lujosas naves en la isla. Miles de turistas llegarán en cruceros (que ya venían desde Canadá y Europa hace años). Los cubanos por su parte también han sido autorizados, no solo a navegar, sino también a trabajar como tripulantes. Eso sí, ganarán los 25 dólares de los empleados “estatales” y todo lo demás de sus salarios lo embolsará el gobierno.
El desembarco yanqui incentivará las iniciativas de las empresas europeas, que les llevan más de 20 de experiencia y presencia. Raúl en febrero viajó a Francia para agradecer personalmente a Hollande que gracias a sus gestiones en el Club de París le condonaron 8.500 millones de dólares, para destrabar su acceso a los préstamos de la entidad. La conocida empresa Chanel hizo el 3 de mayo su primer gran desfile de moda en el Paseo del Prado. Desde 1999 ya estaban Paco Rabanne y otras grandes marcas. Hollywood no podía faltar y ya están filmando Rápidos y Furiosos 8. El presidente de la Asociación de Empresarios Españoles en Cuba declaró para el diario El País que “está llegando un aluvión de compañías de España” (10/4/16). Las empresas yanquis de comunicaciones e internet tendrán que competir con la china Huawei, que en febrero acordó con la estatal Etecsa comenzar a multiplicar los accesos al wifi. No se dio la información sobre las tarifas. Actualmente una hora de internet le cuesta a un cubano 2 o 3 CUC (1 CUC = 1,2 dólar), esto es de mínima un 10% del salario promedio.
Observatorio Crítico sobre la visita de Obama
Reproducimos fragmentos de esta página cubana (www.observatoriocriticocuba.org ). Quienes la impulsan son a menudo censurados y reprimidos por el gobierno.
El antiimperialismo no se negocia
(Red de Jóvenes Anticapitalistas)
[…] Es imposible sostener vínculos normales con un gobierno que no ha abandonado su vocación hegemónica sobre Cuba; y aun cuando lo hiciera, las relaciones de sometimiento que mantiene con otros pueblos nos obligan a continuar la lucha. […]
El hecho de que la persona símbolo del imperialismo visite al país del antiimperialismo sin asomo de protesta cívica puede contribuir a la naturalización de los Estados Unidos como potencia imperial.
[…] Es indispensable que las organizaciones de masas y otras expresiones de la sociedad civil puedan realizar agitación política ante la visita de mandatarios como Obama y François Hollande, o ante las arbitrariedades cometidas por gobiernos con los que se tienen relaciones económicas prometedoras. […]
Necesitamos aglutinar toda nuestra creatividad para afianzar en el imaginario popular las siguientes posturas:
– Las soluciones de Cuba nunca vendrán de la mano de las políticas estadounidenses.
– El bienestar de las potencias centrales se basa en la pobreza de los países subdesarrollados.
– El capitalismo es incapaz de ofrecer libertad y felicidad de forma permanente a todos los pueblos del mundo.
– Solo mediante la radicalización del socialismo cubano lograremos salir con dignidad de la crisis económica.
¡Empoderamiento popular, democracia de base, pensamiento crítico, respeto a las diferencias, creatividad política y solidaridad sin límites!
Qué bien se arma el rompecabezas
(Rogelio M. Díaz Moreno)
[…] En la época de la Unión Soviética y cuando aquí se decía que la inversión extranjera y el dólar eran malos, dicha faceta [del bloqueo como obstáculo a la expansión del capitalismo] no se hacía sentir. Con la caída del campo socialista, muchas cosas cambiarían. Por ejemplo, los capitalistas europeos y chinos empezaron a comprar los espacios que La Habana, de pronto, estaba ansiosa por vender.
Con la sucesión de crisis económicas de las últimas décadas, más y más capitalistas estadounidenses empezaron a fijarse en un mercado a las puertas de su casa. Once millones de habitantes, mano de obra calificada, recursos naturales no desdeñables y una posición geográfica envidiable eran valores que invitaban a la naturaleza inherente del capital de expandirse. […]. Súbitamente, las diferencias ideológicas subrayadas por el bloqueo, empezaron a resultar obstáculos en el camino de un buen negocio.
La existencia de un régimen unipartidista no les quitará el sueño a los potenciales hombres de negocios estadounidenses. La experiencia de las relaciones con China mostraba que incluso esto podía constituir una ventaja. Es más fácil el control social y la gobernabilidad, y por lo tanto las ganancias son más seguras, cuando una población recuerda poco de sus tradiciones de insubordinaciones cívicas y luchas democráticas.
[…] Al sur del estrecho de la Florida, por lo menos una parte de los capitalistas extranjeros dejaron de ser «malos» en cuanto se acabó el apoyo soviético. Las reformas avanzaban a trompicones, con lazos y retrocesos, pero el impulso general es indetenible, hacia la liberalización. Concedían derechos de arrendamiento por un centenar de años; acceso a recursos naturales; décadas de exenciones de impuestos, derechos de explotación de una fuerza de trabajo con derechos laborales limitados. Los funcionarios cubanos no dejan de propagar las bondades, para el inversor extranjero, de la Zona Franca del puerto del Mariel. Todas estas salsas, ofrecidas de buen grado y en cualquier divisa; solo los de la tierra de los dólares estaban impedidos de venir al banquete ¡por su propio gobierno!
[…] La actual administración de Washington necesita trabajar «sin prisa, pero sin pausa». Su selección de pasos tiene una coherencia total con las lógicas del mercado capitalista.
[…] No se trata, entonces, de una paranoia ultraizquierdista. No hay una conspiración oculta. Es, simplemente, el desmontaje de una política anti-capitalista, por los capitalistas a los que afectaba. Si hay un caballo de Troya, es de transparente cristal, y se saludan entusiastas desde adentro y desde afuera de la bestia. Pues en la ciudad, la alcaldía hace todo lo posible para ayudarle a entrar. Manteniendo las formas: el discurso de la dignidad, la soberanía y todo lo demás.