Los Británicos votaron por la salida de la Unión Europea (UE). Con más de 72 % de participación, 17,4 millones hicieron esta elección (51,9 %) mientras que 16,1 millones (48,1 %) votaron para permanecer en la UE.
El Primer Ministro conservador, David Cameron, había utilizado la amenaza de este referéndum como un medio de presión sobre las instituciones europeas y los gobiernos de los otros Estados Miembros.
Había obtenido, a la vez un endurecimiento de la política pro-capitalista a la UE y nuevas exenciones a los tratados que pensaban utilizar para designar un chivo expiatorio: los inmigrantes, que se cargan con todos los males, realmente debidos al capitalismo y a la explotación.
Al llegar de Bruselas, triunfante, el Sr. Cameron anunció la celebración del referéndum tan prometido, llamando a votar para permanecer en la UE (Remain).
A través de este referéndum, D. Cameron, quería hacer aprobar, plebiscitar, una agravación de la política llevada a favor de los capitalistas, de las finanzas parasitarias representada por la «City».
Ciertamente, algunos de los más nacionalistas, de los más reaccionarios, de los más xenófobos, los nostálgicos de Winston Churchill, prefieren mirar hacia el mar abierto (su antiguo imperio, incluidos los EE.UU, su antigua colonia)[1].
Pero al jugar con fuego, se queman; por ello, los Británicos tomaron al Sr. Cameron la palabra. ¡Los más precarios, los más explotados, los más amenazados votaron Leave!
Los barrios y las ciudades obreras, los sectores desfavorecidos de la población, la pequeña burguesía amenazada por la baja de su nivel social, votaron muy mayoritariamente por el «Brexit».
El voto Leave de los Británicos es una derrota de los capitalistas y una bofetada magistral para los que defienden la política despreciable abierta por la Sr. Thatcher y seguida con celo por sus sucesores, incluido Cameron.
Ciertamente las grandes maniobras han empezado hace tiempo para garantizar puertas de salida a los capitalistas, como la aproximación de las sociedades de valores de Londres y Frankfurt.
Ciertamente la UE, como cada vez que se enfrenta a un rechazo democrático de su política, hace todo lo posible para obtener un segundo voto que cancelaría el primero.
Sin embargo, el voto en favor del Brexit exacerba las tensiones entre los imperialismos de Europa y refuerza las contradicciones entre las distintas concepciones de una Europa al servicio del capital.
En cualquier caso, la onda de choque político es tal que el proyecto de acuerdo de libre comercio EE.UU-UE (el TTIP/TAFTA) puede considerarse como la primera víctima colateral del Brexit.
La crisis del Reino Unido es de un nivel nunca alcanzado desde el final de la Segunda Guerra Mundial. El partido conservador, el partido de Cameron, y el partido Laborista, el partido de Corbyn, que llamaron al Remain, están al borde de la explosión.
Por ello, contradictoriamente, este voto podría tener por consecuencia abrir la vía a la separación de Escocia, del Ulster, es decir, a la desintegración del Reino Unido y a la unificación de la República de Irlanda.
La crisis de la UE acaba de elevarse en un grado sin precedentes. Puede en adelante implosionar. Las reuniones y cumbres de todo tipo se multiplican.
Febrilmente, cada uno tiene su propuesta para salvar a la UE con un «sobresalto» (Holanda y Sarkozy utilizan el mismo término), sobresalto que pasaría, por ejemplo, por un nuevo Tratado.
¡No, la solución no debe situarse en el marco de las instituciones de la UE! La respuesta de la clase obrera y los jóvenes de toda la Europa debe ser la exigencia de derogación de los Tratados de la Europa capitalista.
Estos Tratados que ordenaron el dumping social, la competencia sin final entre los trabajadores, el desmantelamiento de los servicios públicos o la privatización de los más rentable de éstos, como la educación y la salud.
Estos Tratados organizan metódicamente la destrucción de la protección social y las jubilaciones, hunden a los trabajadores, a los parados, a los pensionistas en la pobreza y venden a la juventud el espejismo de las universidades «a la americana» que se traducen realmente con deudas para estar el resto de su vida en la precariedad.
Sí, los Tratados de la UE capitalista deben pura y simplemente derogarse. Sí, reafirmamos que la única salida es la ruptura con el capitalismo para otra Europa, una Europa por y para los trabajadores: ¡los Estados Unidos Socialistas de Europa!
¡Por una República Socialista federativa de las Islas Británicas, en el marco de los Estados Unidos Socialistas de Europa!
París, el 26 de junio de 2016
Grupo Socialista Internacionalista (GSI),
Sección francesa de la Unidad Internacional de los Trabajadores – Cuarta Internacional (UIT-CI)
[1] « que lo sepan : a cada vez que tendremos que elegir entre Europa y el mar abierto, elegiremos el mar abierto ». W. Churchill, le 4 juin 1944