Presentación
“Alepo: la Guernica del Siglo XXI”. El título de esta edición de Correspondencia Internacional quiere mostrar el grado de genocidio y barbarie a que llegan Al Assad y Putin, con la complicidad de los Estados Unidos y la Unión Europea. Aunque las dimensiones no son las mismas, las imágenes de destrucción de Guernica y Alepo son similares.
Guernica era un pequeño pueblo campesino vasco de 6 mil personas que no representaba ningún peligro militar para Franco y sus aliados nazis. Aplicaron ese bombardeo genocida sobre población civil para desmoralizar a los combatientes antifascistas. Fue uno de los primeros casos de la historia. Luego se generalizaría y llegaría a niveles extremos como lo hizo Estados Unidos en Hiroshima en 1945 lanzando un bombardeo atómico. En este siglo XXI, Putin lo aplicó en Grozni, la capital de Chechenia. Ahora Putin y Al Assad repiten ese método de “tierra arrasada” en Alepo.
El 26 de abril de 1937, Guernica fue incendiada por bombardeos alemanes de la siniestra Legión Cóndor de Hitler, que participaba activamente junto a los fascistas de Franco para derrotar la revolución española. Casi cuarenta aviones que bombardearon Guernica con bombas medias y pequeñas. También llevaban bombas de 250 kilos, bombas antipersonales e incendiarias. Nunca se supo con certeza el número de muertos y heridos, aunque el gobierno vasco denunció que fue afectada un tercio de la población (1.645 y 889 heridos). De los quinientos edificios de la ciudad, se incendiaron 400*.
La denuncia del holocausto de Guernica se hizo inmortal gracias a una pintura de Pablo Picasso, quien vivía exilado en París. En su boceto, toros, caballos, hombres y mujeres empezaron a entreverarse en medio de la destrucción y las llamas. El óleo definitivo de tres metros y medio de alto y casi ocho de ancho fue presentado el 4 de junio de 1937 en la exposición parisina, y entró en la historia.
Las fuerzas de la contrarrevolución quieren que Alepo sea un nuevo holocausto y termine la resistencia. La lucha, en condiciones tremendamente desfavorables, continúa en Alepo y en el resto de Siria. Nuestra corriente socialista y la revista Correspondencia Internacional seguirán impulsando la solidaridad internacional en forma incondicional con el heroico pueblo de Alepo y con la revolución siria, contra el dictador Al Assad.