El 25 de noviembre de 1960, las hermanas Minerva, Patria y María Teresa Mirabal fueron brutalmente asesinadas en República Dominicana, por ser mujeres y por atreverse a enfrentar a la dictadura de Trujillo. Hoy, a más de 50 años de sus femicidios, las mujeres del mundo conmemoramos su lucha y salimos a pelear contra la violencia patriarcal y capitalista que nos asedia y nos mata en todo el mundo.
A escala global, estudios internacionales señalan que al menos el 50 por ciento de las mujeres sufrió o sufrirá violencia física y/o sexual por parte de sus parejas a lo largo de la vida. También los datos indican que el 50 por ciento de los asesinatos de las mujeres en el mundo provienen de agresores que son parejas o familiares de las mismas, es decir, son femicidios. Y, aunque no hay estudios específicos, del resto de los asesinatos de mujeres, se infiere que muchos otros también son femicidios realizados por personas sin vínculo cercano con las mujeres como las asesinadas por las redes de trata, las mujeres lapidadas, los ataques sexuales de desconocidos seguidos de muerte, entre otros. A su vez, más de 700 millones de mujeres que viven actualmente se casaron siendo niñas. Y 200 millones de niñas y mujeres han sufrido algún tipo de mutilación genital en 30 países de África y Oriente Medio.
La trata de mujeres y niñas para la explotación sexual y laboral constituye el tercer negocio ilegal más grande del mundo (luego del tráfico de armas y drogas). Mueve cerca de 32.000 millones de dólares. Desde Latinoamérica, Asia y el Este de Europa, las mujeres son vendidas hacia Estados Unidos y el resto de los países europeos, con total complicidad de los gobiernos.
El derecho al aborto es ilegal en la mayoría de los países del mundo (70 por ciento). Se trata de los países más pobres donde, además, representa a una de las principales causas de muertes de mujeres. Y en países como Italia, Polonia y el Estado Español, este derecho se encuentra permanentemente amenazado por las presiones de la Iglesia Católica. A su vez, en países como China, se promueve el aborto selectivo de mujeres, por considerarlas de menos valor social.
El 70 por ciento de los pobres y analfabetos en el mundo, son mujeres. Entre las trabajadoras, además de estar relegadas a las tareas menos calificadas, se estima que cobran al menos un 30 por ciento menos que los varones frente a igual tarea. Y en el actual contexto de crisis económica mundial, los planes de ajuste de todos los gobiernos capitalistas que golpean al pueblo trabajador, afectan exacerbadamente a las mujeres que están a cargo de los hogares más pobres.
Estos datos y muchos más, muestran con claridad la terrible situación que viven las mujeres en todo el mundo. Y también resaltan que la violencia hacia las mujeres es un proceso mundial, consecuencia del sistema patriarcal que oprime a las mujeres al definirlas como inferiores socialmente; y del sistema capitalista-imperialista que se aprovecha de esa condición para sobreexplotar a las mujeres trabajadoras. Los femicidios, los golpes, las violaciones y demás formas de violencias que viven las mujeres de todos los países, son parte de una política de disciplinamiento constante para todas las mujeres que garantizar la dominación del capitalismo patriarcal.
Pero, tal como sucedió a lo largo de nuestra historia, nuevamente las mujeres han decidido tomar las calles contra la violencia. Desde las grandes movilizaciones por el Ni Una Menos y Vivas nos queremos de Argentina, México, Perú, Brasil, el Estado Español; hasta el paro de mujeres de Polonia y las movilizaciones en Italia por el derecho al aborto o la lucha de las mujeres indias contra las violaciones colectivas, este 2016 termina con las mujeres del mundo diciendo ¡Basta!
Por eso, desde la Unidad Internacional de las y los Trabajadores – Cuarta Internacional, llamamos a seguir en las calles y a realizar grandes jornadas de lucha la semana del 25 de noviembre en todo el mundo. Como feministas luchamos contra la opresión patriarcal; y como socialistas revolucionarias peleamos contra la explotación capitalista-imperialista que también es mundial. Por eso, ante la movilización, llamamos a no confiar en variantes capitalistas que se ofrecen como referentes de las mujeres, pero gobiernan para el imperialismo. Ni Michel Obama (EE.UU.), Hilary Clinton (EE.UU.) o Ángela Merkel (Alemania) defienden nuestros derechos. Tampoco presidentas de países oprimidos como Michelle Bachelete (Chile), Cristina Fernández (Argentina), Dilma Rousseff (Brasil), Ellen Johnson Sirleaf (Liberia) o Patribha Patil (India) que ya gobernaron y no son nuestra alternativa. Solo podremos lograr nuestra emancipación organizándonos independientemente como mujeres y trabajadoras, para conquistar nuevas bases sociales luchando por un mundo socialista con plenas libertades para las y los trabajadores.
Este 25 de noviembre día de lucha contra la violencia hacia las mujeres, decimos:
¡Patria, Minerva y María Teresa, presentes!
¡Basta de femicidios! ¡Ni una menos! ¡Vivas nos queremos!
Contra toda forma de opresión y explotación seguiremos hasta que todas seamos libres.
Unidad Internacional de las y los trabajadores – Cuarta Internacional (UIT-CI)
14 de Noviembre de 2016