El 28 de abril se realizará una huelga general de 24 horas, convocada por las 9 centrales sindicales contra las contrareformas de jubilaciones y laboral.
Por:Â Miguel Lamas
Después de las grandes jornadas de movilización de marzo, con 500 mil personas en las calles y paro en varios sectores, el gobierno de Michael Temer, del derechista PMDB, empezó a perder el poco apoyo popular con que asumió el 31 de agosto del 2016, después de la destitución parlamentaria de Dilma Rousseff del PT. También perdió a buena parte de sus aliados en el Parlamento que ya no se animan a votar sus proyectos por el intenso repudio popular. Temer intenta imponer dos contrareformas exigidas por la patronal, que son la reforma de la ley de jubilaciones y de la ley de trabajo. Ambas son un brutal ataque a la clase trabajadora. Lleva jubilaciones a 65 años para hombres y mujeres, y 49 años de aportes para tener jubilación completa. La ley de trabajo facilita la tercerización laboral.
Por otra parte, sigue el escándalo de corrupción de la llamada operación «Lava Jato», la investigación de coimas a los políticos del régimen por parte de las grandes empresas constructoras como Odelbrecht. Esto llevó a enjuiciar a Lula y a la caída de Rousseff. Ahora está acusado el propio Temer.
El resultado de esta crisis política, medida en encuestas, es que Temer tiene un 10% de aprobación y el 80% de la población rechaza la reforma jubilatoria.
La Corriente Socialista de los Trabajadores del PSOL (CST/PSOL), sección de la UIT-CI en Brasil, llama a construir la huelga desde las bases, con asambleas y reuniones en fábricas, lugares de trabajo, barrios, escuelas, universidades, y plenarios abiertos de las centrales sindicales en cada Estado, para que pueda expresar toda la indignación popular, para barrer las contrareformas antipopulares del gobierno.
La CST/PSOL alerta que «las conducciones de las principales centrales de trabajadores no son confiables», explicando que algunos dirigentes sólo quieren un mejor espacio en el actual gobierno y otros, los ligados al Partido de Trabajadores, tienen como objetivo la elección de Lula en el 2018. Y por ese motivo no están impulsando una lucha a fondo para derrotar las medidas de Temer y sacarlo del poder.
Por eso la CST/PSOL plantea agrupar a los sectores combativos para la huelga y su continuidad y un Frente de Izquierda y Socialista, que incluya al PSOL, al PSTU, NOIS, MAIS, Esquerda Marxista, MTST, UP, Insurgencia, MES, y otras organizaciones de izquierda, con un programa por la suspensión de pagos de la deuda, para destinar los fondos a áreas sociales, reponer pérdidas salariales, prohibiendo los despidos, confiscar los bienes de los empresarios corruptos, estatizar empresas comprometidas en las coimas a políticos.