Por: Simón Rodríguez Porras
Fue una marcha de 400 kilómetros, que arrancó de Ankara el 15 de junio y llegó a Estambul, el 9 de julio. El detonante de la protesta fue la condena contra el diputado Enis Berberoglu a 25 años de cárcel por «revelación de secretos». El parlamentario es integrante del principal partido de la oposición patronal, el Partido Republicano del Pueblo (CHP), fundado por Kemal Ataturk, que convocó la movilización con la consigna muy general de «Justicia» (adalet en turco). Posteriormente adhirió el Partido de la Democracia del Pueblo (HDP) kurdo, con una decena de diputados encarcelados, así como organizaciones de izquierda.
El dirigente de CHP Kemal Kilicdaroglu, ofreció un discurso al cierre de la movilización en el que reclamó la liberación de periodistas y denunció la ilegitimidad del referendo constitucional de abril, en el cual el primer ministro Erdogan, quien gobierna desde 2002, impuso el paso a un régimen presidencialista con mayor concentración de poderes. Erdogan respondió a la movilización deteniendo a 72 trabajadores universitarios y acusando al CHP de «cooperar con terroristas». El Partido de la Democracia Obrera (IDP), sección turca de la UIT-CI, participó en la movilización, exigiendo el levantamiento del estado de emergencia, el fin de las restricciones a las libertades sindicales y restitución de los puestos de trabajo a los trabajadores del sindicato de trabajadores universitarios KESK. Desde el fallido golpe de Estado del 15 de julio de 2016, el gobierno turco ha despedido a más de 140.000 trabajadores.
Erdogan también prepara una nueva ofensiva contra el pueblo kurdo en el norte de Siria. A comienzos de julio miles de kurdos se movilizaron en Efrin contra la amenaza de invasión.